En Beau Travail, un sargento de la Legión Extranjera en Djibouti, África, siente atracción, luego celos y, finalmente, odio por uno de sus soldados más sobresalientes. El enfrentamiento entre los dos hombres se convierte en la única guerra concreta para ellos, sumergidos en el tedio del entrenamiento y los rituales cotidianos de los militares en tiempos de paz.

  • IMDb Rating: 7,4
  • RottenTomatoes: 81%

Película / Subtítulos (Calidad 720p)

 

Un maravilloso espejismo en una película, esta ensoñación de Claire Denis sobre la legión extranjera francesa en el este de África, inspirada en Billy Budd, marinero de Herman Melville, se beneficia especialmente por haber sido coreografiada (por Bernardo Montet, que también interpreta a uno de los legionarios). La combinación del extraordinario ojo para las locaciones, la fotografía de Agnès Godard y la decisión de la directora de tratar con la misma importancia tanto los detalles centrales como los menores transforman algunos ejercicios y adiestramientos militares en una conmovedora pieza cinematográfica que sobrepasa incluso a Full Metal Jacket y convierte una disco en un espacio de observaciones poderosas. La historia, que se deriva de recuerdos fragmentados, está contada a partir de la perspectiva de un ex-sargento solitario (Denis Lavant, el protagonista de Los amantes de Pont Neuf) que vive en Marsella y recuerda su odio por un recluta muy popular (Gregoire Colin) que precipitó su despido: el hecho de que su superior se llame igual que el héroe del film de Jean-Luc Godard El soldadito y que esté interpretado por el mismo actor después de casi 40 años (Michel Subor) le suma un motivo sugestivo, como también sucede con todos los pasajes en los que se escucha Billy Budd, la ópera de Benjamin Britten. Más que nada, Denis, cuya infancia transcurrió en parte en Djibouti, captura y muestra la poesía y la atmósfera –y, más sutilmente, a la mujer– de África como pocos directores antes que ella lo han hecho. Una obra maestra.  (Jonathan Rosenbaum – ConLosOjosAbiertos.com) 

Diez años después, y con la experiencia de ya varios filmes sobre su espalda, Claire Denis regresa a África para dar el salto cualitativo definitivo en su carrera. Beau Travail (1999), una de sus cintas más poderosas, nos presenta un conflicto que entrelaza a tres soldados pertenecientes a la Legión Extranjera Francesa, un cuerpo de élite asentado en el insólito desierto de Djibouti. Con un cuidado escultórico, Denis y Agnès Godard, su fotógrafa de cabecera, cincelan los cuerpos de sus bellos soldados durante el día a día, entre rutinas de entrenamiento y sus tareas diarias. Soldados fuera de lugar, anacrónicos, cuya existencia debió dejar de hacer falta hace años (¿alguna vez hicieron falta?) en aquella tierra, filmados de tal forma que los convierte en la imagen de la perfección física, —casi como la del ideal ario— y que, sin embargo, son observados por los nativos como algo menos que parte del paisaje, como si fueran piedras, entes ajenos a ellos. En medio de esto, surge una rivalidad que se traduce en deseo; para el coronel Galoup, la llegada del joven soldado Gilles Sentain, cuyos principios no se doblegan ni con la más extrema de las pruebas, genera en él un deseo hasta ahora desconocido, una mezcla de atracción erótica y rechazo moral. En el fondo Galoup aspira a ser como él, pero a la vez pretende destruir su espíritu. Las consecuencias de esta tensión serán funestas y llevarán a Galoup a exiliarse en Marseille. La ciudad, contrapunto del desierto, se convierte en un purgatorio, el espacio en el que tendrá que exculpar sus pecados antes de estallar en éxtasis en la escena final de baile, cuya locación, aunque familiar, ahora nos resulta desconocida. Aquí se repite el tema del baile como método de alcanzar una compresión mayor del otro y de uno mismo. De cierta forma, los personajes danzan a través de la puesta en juego de sus diferencias. En el cine de Claire Denis la narrativa es un pretexto que instrumentaliza la forma y tanto en Beau Travail, como en L’Intrus, el montaje resulta imperativo para el desarrollo no cronológico de su apuesta. (Eduardo Cruz – CorrespondenciasCine.com)