En Blue My Mind, y justo antes de las vacaciones de verano, Mia, de 15 años, se traslada con sus padres a los suburbios de Zurich. Durante mucho tiempo se ha sentido alejada de sus progenitores, y cuando les pregunta si ha sido adoptada, su madre se ofende pero no responde. Mientras Mia se sumerge en un comportamiento rebelde como adolescente, su cuerpo comienza a sufrir extraños cambios. Al principio apenas son perceptibles, pero luego suceden con fuerza y empieza a perder la razón. En su desesperación, intenta evadirse con sexo y drogas, con la esperanza de detener el torbellino que la abruma. Pero la naturaleza es más poderosa…

Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actriz en los Premios del Cine Suizo 2017

  • IMDb Rating: 6,3
  • RottenTomatoes: 78%

Película / Subtitulos (Calidad 720p)

 

Sí, otro coming of age y van. Es cierto que, al menos para mí, es una narrativa muy rica en matices, motivos y situaciones, pero llega un momento en que es inevitable que se reiteren o que se vuelvan un tanto, cómo decirlo, ¿tontas? En Blue My Mind, una adolescente de 15 años llega a un colegio nuevo y trata de integrarse al grupete de chicas populares que primero la ningunean y luego terminan, a regañadientes y tras pasar unas pruebas, aceptándola. A sus padres, en tanto, el asunto no parece importarles mucho porque son el cliché del padre burgués europeo al que nada le importa más que sus muebles nuevos.

Pero Mia se pone las pilas y demuestra ser tan o más fiestera y “rebelde” que sus nuevas amigas: bebiendo de más, seduciendo a chicos, robando en un shopping y así. Pero pronto Blue My Mind pega un giro inesperado que la lleva a un terreno fantástico. No diremos demasiado pero podemos resumir en que la chica empieza a sufrir algunas transformaciones físicas raras. Transformaciones que a falta de mejor término bien podríamos llamar con el término médico de “metáforas”.

En ese terreno entre lo real y lo fantástico se mueve Blue My Mind, película suiza, cuyo mayor problema es que no logra armar una lógica propia con la fantasía que propone y entonces no puede impedir que el espectador en lugar de entrar en el juego de la fábula oscura (muchos compararán a este filme con Shape of Water) la enfrente a un realismo que la película no puede sostener. Para el final, cuando la lógica desaparezca y la crueldad de los jóvenes se muestre en todo su horrendo esplendor hormonal, no habrá vuelta atrás. Sí, la película habrá mostrado brutalmente la confusión y mutaciones de la vida adolescente pero lo habrá hecho de una manera tan simplista y adolescente como las metáforas que maneja. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com)

 

Mia tiene 15 años y como su familia acaba de mudarse a otra ciudad, ingresa a mitad de año en un nuevo colegio. En principio ella es víctima del bullying de sus flamantes compañeros, pero pronto hará todo lo que sea necesario para ser aceptada en el grupo que integran las tres chicas más populares de la clase. La inquietante ópera prima de Brühlmann arranca como un típico coming-of-age (angustia adolescente, etcétera), pero poco a poco la directora suiza va incorporando elementos que distancian al film de ese subgénero de escuela secundaria para llevarlo hacia terrenos propios del cine fantástico. Quizá la alegoría sobre el no pertenecer o no encajar en los cánones tradicionales puede resultar un poco obvia, pero Blue My Mind -sostenida en una rigurosa y potente narración y una cautivante interpretación de Luna Wedler- resulta una película tan fascinante en la construcción de un universo propio como incómoda, perversa y perturbadora. (Diego Batlle – Diario La Nación)