Get Low transcurre en las estribaciones de los Montes Apalaches, al este de Tennessee. Allí circulan terribles historias sobre Felix Bush, un hombre que vive aislado como un anacoreta. Algunos recuerdan que era un joven inquieto e inteligente que sólo soñaba con recorrer el mundo, pero, en realidad, nadie conoce su secreto. Sin embargo, el temible solitario está preparando su propio funeral y piensa asistir a él para revelárselo a todos.

Mejor Ópera Prima (Premios Independent Spirit 2010)

  • IMDB Rating: 7,1
  • Rottentomatoes: 85%

Película / Subtítulo

Robert Duvall, uno de los mejores actores dramáticos de nuestros tiempos, lanzó su carrera cinematográfica en 1962, como el enigmático y aislado Boo Radley en To Kill a Mockingbird (Matar a un ruiseñor). Para ese papel, se tiñó el cabello de rubio, exhibió un bigote corto y veía al mundo con una mirada perdida. Ahora, en el ocaso de su vida, Duvall nos trae recuerdos dolorosos de aquel papel en su caracterización del recluso Felix Bush en Get Low. Aunque ambos exhiben la misma mirada atormentada, en esta ocasión, Bush, contrario a Radley, tiene una cabellera canosa, larga y desaliñada, y una barba que le llega al pecho. Ambos son hombres alejados de la sociedad por su propia voluntad, y Duvall sabe justo cómo hacer que los espectadores se pregunten por qué.

Duvall ha dicho que aceptó este reciente papel porque le gustó el guión. Get Low se basa en una historia verídica de un hermitaño de Tennessee llamado Felix «Bush» Breazeale, quien, en 1938, llevó a cabo su funeral cinco años antes de morirse. El evento atrajo a cerca de 10.000 personas y generó cobertura de la prensa nacional, incluso un artículo en la revista Life, pero la motivación de Breazeale quedó como un enigma.

El cineasta Aaron Schneider, luego de ganar un Oscar por Mejor Cortometraje de Acción por Two Soldiers en el 2004, decidió tomar el inconcluso asunto de este minúsculo hecho de la vida real como base para su debut como director. Contrató a los guionistas Chris Provenzano y C. Gaby Mitchell para que desarrollaran el misterio que explicaría por qué Bush saldría de su exilio autoimpuesto de 40 años para permitir que cualquier persona que tuviera un cuento sobre él lo ensalzara en su presencia. En Get Low la trama nos presenta a un convincente grupo de personajes como residentes de un pueblo sureño en la época de la Depresión, que incluyen a Mattie Darrow, un antiguo amor de Bush, caracterizado tiernamente por Sissy Spacek, y al dueño de la funeraria, Frank Quinn, un personaje de mala pinta y gracioso, interpretado apropiadamente por Bill Murray. Schneider aplica su toque mágico con la cámara, estableciendo el tiempo y lugar con escenas de tonos sepia, una tras la otra. A pesar de esto, la escena del funeral toma visos de carnaval gracias a las vestimentas y a los diseños de utilería.

Es este exceso de excelentes atributos; tres actores increíbles, complejos y dolidos, en un entorno rico en nostalgia, lo que destaca a Get Low como una de las mejores producciones independientes del año. Pero es realmente el tema subyacente de la película lo que la coloca en una clase aparte. Al final, esta es una historia sobre cómo los errores del pasado permanecen arraigados en aquellos que tienen conciencia, hasta que, a lo último, salen a la superficie. En una confesión desgarradora durante su funeral, Bush abre su corazón y se libera de su carga. Esto, de seguro, generará comentarios. (Meg Grant – AARP)