¿Estás listo para un viaje al espacio interior (Innerspace)? El temperamental piloto Tuck Pendelton se presta voluntario para un experimento que consiste en miniaturizarle en el interior de una cápsula que debe ser introducida en un conejo. Pero unos delincuentes intentan apropiarse del invento, y Pendelton acaba por casualidad en el interior de un ser humano hipocondríaco llamado Jack Putter. A partir de ahí, ambos se verán obligados a colaborar para conseguir que Tuck pueda salir del cuerpo de Jack.

  • IMDb rating: 6.7
  • RottenTomatoes: 81%

Película/Subtítulo (Calidad 1080p)

Los años 80 tienen en Joe Dante uno de sus principales «agentes de marketing». Sin ser tan popular como titanes de la talla de Steven Spielberg, supo acercar el terror, la fantasía y la ciencia ficción al gran público. Innerspace es una versión aventurera y apta para todos los públicos de Fantastic Voyage de Richard Fleischer, donde se apostaba por llevar el apartado de ciencia ficción al interior del cuerpo humano, como si se tratara de un viaje espacial. La película supo combinar perfectamente los componentes de tanque comercial dirigida al gran público, al mismo tiempo que se convertía en un continuo homenaje a la ciencia ficción clásica con los giros de su guión y la presencia de actores clásicos de la serie B de los años 50.

Innerspace es una comedia fantástica de Joe Dante. Dante es un favorito de esta sección, simplemente porque es un director que ama profundamente el cine clásico de ciencia ficción (y las caricaturas de los Looney Tunes) y se esfuerza en demostrarlo en cada filme que ha rodado, plagándolos de referencias cinéfilas. Lamentablemente el exceso de referencias y la falta de equilibrio y pulido en los guiones que ha tomado en los últimos 30 años ha hecho que Dante termine por ser marginado de Hollywood, simplemente porque sus filmes se hunden en la taquilla (y, sobre todo, por haber estrellado una costosísima mega franquicia como la de las caricaturas de la Warner en el proyecto live action Looney Tunes: Back in Action). En todo caso lo de Dante es otro ejemplo típico de cineasta con talento y mala estrella, lo cual lo pone al lado de nombres como el de George A. Romero, John Mc Tiernan, John Carpenter y tantos otros; tipos que mantienen una constante de calidad y originalidad en sus obras pero que, por algún motivo, sus filmes son esquivados por el gran público y terminan siendo objeto de adoración por unos pocos. Oh, sí, esta gente ha tenido grandes éxitos, pero el 80% de su carrera está compuesto por cintas que han volado debajo del radar en la taquilla, con lo cual el triunfo se ha convertido en la excepción y no en la regla.

Innerspace es otro de esos no-hits de Dante. Es simpática y está plagada de efectos especiales (e incluso tiene su cuota de referencias dantescas, sea el cameo obligatorio de Dick Miller, la presencia de Kenneth Tobey – The Thing from Another World (1951) – en un papelito, e incluso un conejo llamado Bugs como sujeto central del experimento en el que participa Dennis Quaid), pero la historia está llena de pavadas y cosas traídas de los pelos. En sí, lo que hace Innerspace es tomar el clásico Fantastic Voyage (1966) y transformarlo en una comedia ochentosa de enredos – como las que solía protagonizar Tom Hanks en aquél entonces – en donde todos persiguen al protagonista, el libreto transpira humor blanco por todos sus poros, y se pone a un cómico televisivo al frente del cast. Aquí tenemos a Martin Short – otro hijo dilecto de Saturday Night Live -, el cual es potable es pequeñas dosis o en papeles secundarios pero, bajo la dirección de Dante, tiende todo el tiempo a irse de madre. A Short le inyectan por accidente un líquido que contiene un microscópico submarino tripulado por Dennis Quaid – otro que parecía destinado al estrellato y que después se desbarrancaría por problemas de alcohol y adicciones, comenzando un lento pero firme comeback en los últimos años -, y todo el mundo empieza a perseguirlo para recuperarlo. Habiéndose escapado de todos (buenos y malos, cada uno de los cuales tiene reservada su propia cuota de ocurrencias sádicas para sacar el submarino del organismo de Short), el tipo bien podría haberse ido a su casa y dejar que el molesto Quaid se pudra en su nave pero, como si nada, decide regresar al bardo e ir a enfrentar a los malos él solito, con la no muy convencida Meg Ryan (mas bonita que nunca, y siglos antes de convertirse en un chimpancé excedido de botox) como aliada. Todas las idas y vuelta de la historia hacen crujir la credibilidad, comenzando por el imposible cambio facial que Quaid le hace a Short programando sus músculos y nervios (y convirtiéndolo en un clon de Robert Picardo), siguiendo por cómo Meg Ryan supone que el personaje de Picardo está vinculado a la red de criminales de alta tecnología que lidera Kevin McCarthy (otro guiño de Dante: Invasion of the Body Snatchers, de 1956), o el absurdo intercambio de cuerpos que realiza el submarino cada vez que Short y Ryan se dan un beso.

Dante le inyecta energía al filme y eso lo hace entretenido, pero el libreto no es muy bueno ni muy gracioso que digamos. Honestamente, si lo hubieran trabajado por el lado serio – como una remake de Fantastic Voyage, haciendo que el público se maravillara con el universo escondido en el cuerpo humano – les hubiera ido mejor que con esta comedieta típica de relleno de videoclub ochentoso, la cual no hace nada extraordinario si uno le poda todas las secuencias de efectos especiales. (Alejandro Franco – PortalArlequín.com)