En La Voie Lactée dos trotamundos franceses que, desde las afueras de París, deciden ir de peregrinaje a Santiago de Compostela, conocen numerosos personajes y viven situaciones estrechamente vinculadas a las creencias religiosas.

Premio Interfilm en el Festival de Berlín 1969

  • IMDb Rating: 7,5
  • RottenTomatoes: 94%

Película / Subtítulo (Calidad 1080p)

 

Pierre (Paul Frankeur) y Jean (Laurent Terzieff), son dos peregrinos franceses que se dirigen a la ciudad de Santiago de Compostela. Durante el trayecto se topan con todo tipo de personajes, muchos de ellos anacrónicos, que les pondrán en contacto con las diferentes herejías surgidas a lo largo de la historia del cristianismo.

Luis Buñuel, el ateo más profundamente religioso de la historia del cine, se había consolidado en Francia con trabajos como Diario de una Camarera o Belle de Jour. Ahora, con el apoyo del productor Serge Silberman y al alimón con Jean-Claude Carrière (su coguionista habitual durante la etapa francesa), le tocaba afrontar una obra mucho más personal: La Voie Lactée.

Bajo su apariencia de comedia surrealista, La Voie Lactée esconde una honda, documentada y crítica reflexión acerca de algunos de los misterios más importantes de la fe católica (la Transubstanciación, la doble naturaleza de Cristo, el libre albedrío, la Trinidad, la Inmaculada concepción, la virginidad de María, los milagros marianos…); constituyendo un lúcido canto a la tolerancia religiosa.

Jesús, María, el obispo Prisciliano o el marqués de Sade son algunos de los personajes que aparecen en un relato que se salta las reglas del tiempo y el espacio, y que bebe tanto de Cervantes como de la obra de Jan Potocki El manuscrito encontrado en Zaragoza.

El viaje de los dos peregrinos, no deja de ser una mera excusa argumental para que el genio de Calanda dé rienda suelta a su desbordante imaginería. Consiguiendo alumbrar algunas de las escenas más controvertidas y sugerentes de toda su obra: Jesucristo dispuesto a afeitarse la barba, el niño con estigmas, el cura que ha escapado de un manicomio, el fusilamiento de un Papa, la monja a la que crucifican en el interior de una iglesia… Buñuel en estado puro.

En estos tiempos de anticlericalismo (antirreligión en realidad) radical y hueco, resulta interesante prestar atención a la mirada sumamente crítica e intelectual, de un ¿creyente? que siempre antepuso su espíritu rebelde e irreverente a los dictámenes del dogma. (EsculpiendoElTiempo.blogspot.com)

Humor surrealista y profundas reflexiones teológicas se dan la mano en una de las últimas películas de Buñuel. El argumento es mínimo: dos mendigos parten de Francia, inspirados por Dios Padre, para hacer el camino de Santiago. A lo largo del viaje se les van mostrando las atrocidades, herejías, supersticiones y fanatismos en los que ha estado implicada la religión católica a lo largo de su historia. He seleccionado una escena que ilustra muy bien la doctrina de una de las variantes que compitió durante siglos con el cristianismo oficial: el gnosticismo. Según éste el hombre se compone de un principio luminoso, el alma, y un principio oscuro y malvado, el cuerpo. Como decían los órficos y Platón el cuerpo es la cárcel del alma. Sin embargo, en lugar de una moral represiva, la consecuencia que los gnósticos extraen de este dualismo radical es que cuanto más se entregue el cuerpo a imperfecciones como la lujuria más brillará en su toda su pureza el principio divino, el alma. Sus costumbres eran, por tanto, bastante libertinas, tal y como se muestra en el fragmento que puedes ver más arriba. Por desgracia, Prisciliano, el líder de la secta, fue condenado por hereje y decapitado en 385.

A lo largo de La Voie Lactée, además de justificar el ateísmo en variadas ocasiones, Buñuel deja traslucir cierta ambigüedad respecto al tema religioso. Dice odiar tanto la ciencia y la tecnología que teme terminar por creer en Dios. El positivismo científico, que reduce el mundo a la mera realidad empírica, era algo que a Buñuel le horrorizaba. Entendía que la sensibilidad religiosa o artística eran imprescindibles para completar nuestra experiencia del mundo dando cabida a lo irracional, los sueños, lo espiritual, el caos…

En definitiva, una lección magistral de teología y filosofía que no debes perderte. Otros temas que Buñuel trata con rigor y claridad son la predestinación, el pecado original, la gracia, la transubstanciación, la naturaleza humana o divina de Cristo y la Inquisición. (auladefilosofia.net)