Escritor, artista visual y pionero del movimiento Queer en América Latina, Pedro Lemebel sacudió a la conservadora sociedad chilena durante la dictadura de Pinochet en los años ochenta. Cuerpo, sangre y fuego fueron protagonistas en su trabajo que intentó perpetuar en los últimos ocho años de su vida en una película que nunca pudo ver terminada. Un viaje íntimo y poético a través de sus arriesgadas actuaciones relacionadas con la homosexualidad y los derechos humanos.

  • IMDb Rating: 6,7
  • FilmAffinity: 6,9

Película (Calidad 1080p)

 

Escritor y artista visual, Pedro Lemebel en 1987, junto a Francisco Casas, formó el colectivo de arte Yeguas del Apocalipsis, que realizó un extenso trabajo plástico en performance, fotografía, video e instalación. En plena dictadura pinochetista no tuvo miedo a declarar su homosexualidad y ser la bandera de causas propias y ajenas. Desde 1989 publicó sus crónicas en diversos medios chilenos y extranjeros y su obra narrativa está integrada por la colección de relatos Incontables (1986) y la novela Tengo miedo torero (2001), llevada al cine. Pedro Lemebel muere el 23 de enero de 2015 cuando Reposi aún no había terminado la película.

El documental comienza por el final, cuando Lemebel, días antes de morir de un cáncer fulminante, es trasladado en una silla de ruedas hacia lo que sería el último homenaje que recibiría en vida. La imagen es sucia y la voz en off de la directora nos introduce a lo que viene: un documental experimental, fiel al reflejo del personaje retratado, que funcionará no solo como una autobiografía homenaje al hombre sino también a la lucha del movimiento queer en un Chile peligroso.

Reposi juega con las imágenes buscando siempre la imperfección en cada plano, desestabilizando cada cuadro, corriéndose del foco y buscando el desencuadre. Una puesta en escena caótica –en el buen sentido- que se nutre de diapositivas, fotos, home video y archivos personales y públicos que se complementan con el testimonio del protagonista que dialoga y es interpelado por dicho material, pero no como en un clásico documental de entrevistas, sino como esquirlas de aquellos recuerdos que aparecen en la memoria de alguien que no solo supo vivir sino también luchar por lo que consideraba justo.

Lemebel es un acercamiento honesto, descontracturado y original a la figura de un icono regional que lo muestra a través de un formato que conceptualmente funciona como un reflejo. (Juan Pablo Russo – EscribiendoCine.com)

 

Pedro Lemebel (1952-2015) fue un escritor, performer y activista chileno que se convirtió en una celebridad literaria mundial, en símbolo de la resistencia al pinochetismo, en referente de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ y varias cosas más que pueden googlear o leer en su entrada en Wikipedia. Joanna Reposi Garibaldi conoció al artista en 1999 y en 2007 ambos decidieron iniciar este proyecto cinematográfico que durante muchos años quedó en stand by. Hasta ahora.

Con un material de archivo extraordinario por la intimidad y visceralidad de sus imágenes (la directora contó además con la colaboración en el terreno visual de Niles Atallah, realizador de Rey), Reposi Garibaldi va exponiendo el pensamiento, el accionar, las sensaciones, las contradicciones, los traumas y el genio creativo de Lemebel.

Si bien hay fragmentos de algunas conferencias y de una brillante aparición en 2001 en el programa De Pé a Pá en TVN (¡la carita del conductor Pedro Carcuro cuando lanza decenas de sinónimos bien callejeros de la palabra homosexual!), los ejes del film son dos: sus performances donde muchas veces aparecía desnudo y jugaba literalmente con fuego y sus charlas confesionales con sus recuerdos familiares (“Mi mami, mi mami, mi mami”, repite una y otra vez cuando le proyectan una foto de su madre Violeta), su vinculación con el Partido Comunista y con el movimiento hippie, y su visión idealizada de los tiempos de la Unidad Popular de Salvador Allende. El resultado es un fascinante collage, un patchwork narrativo y visual matizado con aportes en off de gente que lo conoció, lo frecuentó y lo quiso mucho (Sergio Parra, Carmen Berenguer o Constanza Farías).

Sus interminables noches por bares como Jaque Mate o Insomnio, sus extravagantes looks que imitaban por momentos a Frida Kahlo o provocaban como el traje con agujas que llevó a Stonewall (ver la foto que ilustra esta reseña), su aporte al combativo colectivo homosexual Las Yeguas del Apocalipsis, las cuestiones musicales (desde una discusión por Pimpinela hasta el uso por parte de la directora del tema Corazón de poeta, de Jeanette) hasta su etapa final con una degradación producto del alcohol y la depresión, y más tarde por la quimioterapia en su lucha desigual contra el cáncer (desgarrador el momento en que pide perdón en público por su voz casi irreconocible luego de una operación) forman parte de esta suerte carta de amor y despedida en pantalla.

Mucho se ha debatido en Chile sobre la película a partir de los fuertes cuestionamientos de Víctor Hugo Robles (más conocido eomo El Che de los Gays), quien fuera un cercano compañero de ruta durante mucho tiempo, respecto de los recortes que hizo la realizadora (como la omisión de su amistad con Gladys Marín, legendaria Secretaria General del Partido Comunista de Chile) o la predilección por un retrato demasiado sombrío que esconde las facetas más lúdicas y alegres de Lemebel, pero estamos ante una (muy buena) película construida con una mirada autoral (que se podrá compartir en un todo, en parte o en nada) y no ante un informe periodístico que debe incluir sí o sí todos los aspectos, etapas, logros y relaciones de su existencia.

Más allá de las polémicas, lo que verdaderamente importa es que en su film Reposi Garibaldi logra transmitir la pasión, el talento, la intensidad, la capacidad de provocación, el espíritu de lucha y varias de las multiples facetas de un artista que buscó siempre trascender los límites, los prejuicios y las represiones de una sociedad bastante pacata como la chilena. Y lo hizo poniendo la cabeza, el cuerpo y el corazón hasta el último segundo y aliento de su vida. (Diego Batlle – OtrosCines.com)