En Louder Than Bombs, una exposición de la obra de la fotógrafa de guerra Isabelle Reed, tres años después de su prematura muerte, lleva a su hijo mayor de vuelta a la casa familiar. Allí pasará tiempo con su padre y su hermano menor. Estando los tres bajo el mismo techo, Gene tratará de estrechar lazos con sus dos hijos mientras ellos luchan por reconciliar sus sentimientos hacia su fallecida madre, a la que recuerdan de manera diferente.

  • IMDb rating: 6.7
  • RottenTomatoes: 72%

Mejor película en el Festival de Estocolmo 2015

Película / Subtítulo

Tejiendo su historia tanto en una línea circular como lineal, entrelazando dispositivos estilísticos que fragmentan la percepción (superponiendo el pasado y el presente, fundiendo los límites de los sueños con la realidad, materializando lo imaginario, usando voces en off que se responden a sí mismas, y mucho más), ofreciendo a veces visiones alternativas que contradicen las primeras impresiones, Joachim Trier se cuestiona en Louder Than Bombs el tema de la percepción, de lo verdadero y lo falso, de las imágenes que las personas tienen de los demás.

Los secretos salen a la luz, los papeles se vuelven y los personajes empiezan gradualmente a verse entre sí bajo una luz diferente. El padre está inmerso en un romance secreto con una de las profesoras de su hijo pequeño, que empieza a verse incluso a sí mismo bajo esa luz diferente cuando conoce la verdad sobre la muerte de su madre. El hijo mayor descubre, viendo las últimas fotos de su madre, una aventura que ella escondió de su padre.  Malinterpretaciones y múltiples falsas impresiones se diseccionan en un tiempo congelado experimentado por los personajes, que están atrapados en diferentes maneras de aislamiento social (escapando a través de sus nuevas identidades en el mundo virtual, en donde se refugian en pedazos del pasado) que rompen su percepción de la realidad. Al final, todo tiene que ver con la percepción y no con la imagen. Erradicando el caos poco a poco, el padre y sus hijos restablecen su identidad, la esencia fundamental del viaje de la vida.

Joachim Trier da libertad al poder de una narrativa que explota en mil elementos que giran sobre sí mismos, sumergiendo al público en el torbellino de la imaginación y la memoria. Esta importante ambición de deconstrucción formal descolocará a unos y molestará a otros, pero no hace en absoluto que Louder Than Bombs deje de ser una película que valga la pena ver una segunda vez.