Night in Paradise cuenta la historia de Tae-gu, un criminal de una banda liderada por Mr. Yang, quien intenta corregir el rumbo de su vida para ayudar a su hermana enferma y su sobrino. Hasta que un día ambos son asesinados de forma accidental cuando querían matar a Tae-gu y éste decide vengarse.

  • IMDb Rating: 6,7
  • Rotten Tomatoes: 67%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Una película de gángsters coreana con la eficacia formal del cine de acción de ese país pero con una temática más cercana al espíritu del cine japonés de yakuzas, Night in Paradise es un violentísimo y muy efectivo policial que trae a la memoria las películas de Takeshi Kitano solo que con una estética más comercial. Presentada fuera de competencia en el Festival de Venecia 2020, la nueva película del director de New World y guionista de The Unjust y I Saw The Devil es una bienvenida adición al género en su sangrienta variante del Este asiático.

La película procede a lanzar un fárrago de información narrativa en sus primeros 20 minutos que preceden al título del film a modo de un largo prólogo que pone las cosas en literal movimiento. Tae-goo (el actor Uhm Tae-goo, de The Age Of Shadows, entre muchas otras) es un gángster que trabaja para su canoso jefe, Yang, que está en conflicto con su rival, Doh. Un día, su hermana y su sobrina son asesinadas en el auto en el que viajan y el hombre se venga brutalmente del tal Doh, a quien supone responsable de sus muertes. Tras este acto, su jefe Yang decide «sacarlo» de la zona y le da un pasaje a la isla Jeju, donde espera pasar una semana antes de exiliarse del todo en Vladivostok, Rusia.

Pero las cosas, obviamente, no salen como están planeadas ni son como se piensan. La película narrará, por un lado, las experiencias de Tae-goo en la isla en cuestión, donde quedará bajo la «protección» de Kuto, un veterano traficante de armas, y su sobrina, Jae-yeon (Jeon Yeo-been, de After My Death), una chica conflictiva de fuerte personalidad y algunos problemas de salud. Y, por el otro, seguirá los conflictos entre las bandas de mafiosos generados a partir de los violentos crímenes del principio. Es obvio que, entre traiciones, engaños, mentiras y una enorme cantidad de sangre derramada, ambas puntas del relato tarde o temprano se unirán.

Night in Paradise –un título que poco parece tener que ver con los hechos que se narran– tiene los elementos típicos del cine de acción coreano de las últimas décadas, que van desde la elegancia y la estilización de la puesta en escena (y en los vestuarios) a un amplio presupuesto para escenas de acción y persecución pasando también por una extensión y giros narrativos a veces excesivos del guión. Park se maneja con muchísima soltura y solvencia en ese territorio, creando varias violentísimas set pieces en función de los distintos enfrentamientos que se van produciendo en ambas líneas del relato.

Pero lo que sorprende de la película es que, más allá de las siempre tortuosas vueltas de tuerca de la historia (a lo largo de la primera hora si uno pestañea se pierde algún dato), de a poco su film va estableciendo un tono firme y seguro no solo en lo que respecta a la acción sino en relación a sus personajes. Es que más allá de saber quién traiciona a quién con quién, Park logra poner el eje en la cambiante relación entre Tae-goo y Jae-yeon, que empieza muy mal y que, a partir de las violentas circunstancias que los atraviesan, se va modificando. Quizás estos segmentos del relato sean un tanto menos intensos en términos de acción, pero son sin dudas los que construyen las bases de los brutales hechos que vendrán.

Es que se trata de dos personas con poco apego por la vida –en el caso de él por el asesinato de toda su familia, en el de ella por su severa enfermedad– que se ven obligados a protegerse entre sí del caos que los va envolviendo. Esa mezcla de violencia, depresión y romanticismo que tienen los personajes de la película traen a la mente films de Kitano como Flores de Fuego, entre otros. Si bien la búsqueda de Park no es tan ambiciosa en lo temático ni en lo formal –su película no pretende ser mucho más que un sólido relato de acción y suspenso–, hay innegables ecos de esos films que logran colar fuertes dramas personales en medio de brutales palizas, tiroteos sangrientos y destructivas persecuciones.

Si bien no es del todo apta para los que le escapan a la violencia que bordea con el gore (por acá corren litros de sangre y el sonido de los golpes tienen un lugar de privilegio en la mezcla de sonido), Night in Paradise funcionará muy bien con los fans del cine de acción del este asiático, aún con lo que implica. Y lo mejor es verla antes de que llegue la inevitable remake hollywoodense, en la que seguramente se le cambiarán muchas cosas. La brutal lógica de este tipo de películas suele alterarse cuando pasa por las manos de los guionistas occidentales. Y acá pueden disfrutarla en toda su trágica, romántica y violentísima gloria. (Diego Lerer – micropsiacine.com)