En Shaolin Soccer, Sing es un discipulo del Shaolin cuya ambición es popularizar el kung fu en la sociedad moderna. Un día se encontrará con Fung, antiguo futbolista fracasado. Ambos tendrán la idea de formar un equipo que mezcle fútbol con artes marciales.

  • IMDb Rating: 7,3
  • RottenTomatoes: 90%

Película / Subtítulos (Calidad 1080P)

 

Ya hemos hablado de Stephen Chow en otras ocasiones. Occidente comenzó a adorar a Chow a partir de Kung Fu Hustle (2004), pero dicho filme no era más que la culminación de una larga y próspera carrera como comediante en el cine de Hong Kong. De hecho, la carta de presentación de Chow en Occidente fue Shaolin Soccer, y pronto Miramax, Columbia y otros estudios comenzaron a escarbar en la filmografía del actor, resucitando viejos títulos y lanzándolos en video, y persiguiendo a Chow para ofrecerle respaldo financiero para los proyectos que quisiera materializar. De hecho, uno podría asumir que tanto el éxito como el acoso de los estudios le provocaron pánico escénico a Chow, ya que el tipo se tomó 4 largos años antes de reaparecer con la tibia CJ7 (2008), amén de decirle que no al proyecto de Seth Rogen de The Green Hornet (la que terminó por transformarse en una sabia decisión).

La versión que ahora comentamos es la llamada “extendida” – otro de esos engendros inventados por Hollywood para vender dos veces el mismo pescado -. El problema con las versiones extendidas es que meten a prepo recortes y descartes, cosas que el mismo director había filtrado y que consideraba que arruinaban la fluidez del relato. Pero aún en un mal día la creatividad de Chow da para filmar 10 películas juntas. En Shaolin Soccer se repiten varios temas clásicos y presentes en toda su filmografia: gente pobre y menospreciada que posee enormes valores / talentos y que los demuestran en el momento justo; una conjunción de factores sobrenaturales que aparecen en el instante adecuado en el que el protagonista se “ilumina” y procede a reestablecer el balance y la justicia; y una fuerte creencia en que la humildad hace al poder de las personas. Lo de Chow pareciera, por momentos, una interpretación metafísica del vagabundo de Chaplin: el pobre, el marginado, es un individuo mas sano, leal y talentoso que el corrupto adinerado. La pobreza es un estado de virtud que, a la larga, termina por dar dividendos.

en Shaolin Soccer, Chow es una especie de Maestro Po de cuarta, un vagabundo convencido de la supremacia de su instrucción Shaolin. Entusiasmado por el proyecto de un ex jugador fracasado – que ve a la oportunidad como una revancha de la vida -, Chow arma un equipo con habilidosos del kung fu, los cuales se comportan como si fueran un team de superhéroes. Así es que tenemos un tipo capaz de patear la pelota a 100 km por hora, otro que puede volar 15 metros sobre el suelo para cabecearla, u otro que la lanza con tanta fuerza que la bola se convierte en un meteoro prendido fuego por la fricción del aire. Como todo es exagerado, los rivales del equipo shaolin no son menos, y van desde un grupo de chicas andróginas que juegan sucio hasta el “equipo del mal”, los villanos de la historia que están pasados de drogas y poseen oscuros superpoderes.

Ciertamente Shaolin Soccer no es tan fluida o satisfactoria como Kung Fu Hustle. Hay una subtrama romántica demasiado torpe e insatisfactoria. Están los mencionados gags que quedan bizarros o fuera de lugar – el filme abunda en situaciones WTF, como canciones estridentes y cuadros de baile en los momentos menos pensados -. Pero dichas secuencias no duran demasiado y, cuando el equipo comienza a entrenar y competir, el filme se transforma en un verdadero delirio. El estadio de futbol se convierte en un campo de batalla entre fuerzas del bien y del mal, con una galeria interminable de disparates y excesos. Shaolin Soccer es como ver un capítulo de Los Supercampeones en acción viva o a los personajes de Dragon Ball Z jugando fútbol mientras el escenario explota en pedazos.

Es posible que el humor de Chow no sea para todos pero, si usted se pone en su onda, verá que Shaolin Soccer es una gozada. Hay desprolijidades, es cierto, pero hay muchísima creatividad y gracia involucrada y, si se engancha, verá que prontó comenzará a buscar más películas de Chow, donde sea que estén, simplemente porque son tan frescas que no se parecen a nada que haya visto antes. (Alejandro Franco – Sssm.com.ar)