En Source Code el capitán Colter Stevens, que participa en un programa experimental del gobierno para investigar un atentado terrorista, se despierta en la piel de un viajero del tiempo cuya misión es vivir una y otra vez el atentado a un tren hasta que consiga averiguar quién es el culpable. Una oficial de comunicaciones guiará a Stevens en su viaje a través del tiempo. En el tren el joven conoce a una viajera por la que se sentira atraído.

  • IMDB Rating: 7,5
  • Rottentomatoes: 92%

Película / Subtítulo

https://www.youtube.com/watch?v=hm6W5NzJYGo

Luego de su multipremiado y aclamado debut con el film de ciencia ficción Moon, el hijo de David Bowie rodó este thriller sobre un militar (piloto de helicópteros), cuyo último recuerdo es haber estado en una misión en Afganistán y que, al despertarse, percibe que es enviado al (y se siente en) el cuerpo de otra persona que está a bordo de un tren de la ciudad de Chicago en compañía de una atractiva muchacha (Monahan). Eso no es todo: al poco tiempo todo vuela por los aires producto de un atentado con explosivos. Sin embargo, no muere sino que vuelve a su estadio anterior, donde es instruido por los responsables del proyecto Source Code (Jeffrey Wright) para regresar al mismo lugar y tratar de descubrir al culpable y de desactivar la bomba.

La idea en Source Code de regresar una y otra vez al mismo lugar y revivir una situación determinada (con los sucesivos cambios que el protagonista puede imprimirle) no es nueva (hasta fue utilizada en una notable comedia como Hechizo del tiempo), pero sí efectiva, ya que sirve para generar una buena dosis de suspenso y de identificación porque el espectador sabe cómo arranca el conflicto, pero no cómo puede modificarse su resolución.

La extrañeza, la sensación de «invadir» un cuerpo ajeno, la realidad virtual, el poder de una maquinaria mucho más poderosa que la fuerza de un simple humano son elementos que Duncan Jones ya había elaborado en Moon. Aquí, en Source Code, la cosa resulta menos lírica e intimista, pero quizás más sólida en una mezcla entre la ciencia ficción y el thriller hitchcockiano que funciona con solvencia durante los (in)tensos 93 minutos de relato. Un muy buen segundo paso para un artista con vuelo propio. Sin dudas, un director a seguir.