En Miss, Robert tiene más de 30 años y vive obsesionado con la idea de batir algún récord mundial, el que sea. Cuida de una lujosa casa de las afueras mientras trabaja como extra en anuncios. Un día Robert conoce a Laura; la sigue, la busca y entablan una extraña amistad, por lo que decide que quiere batir ese récord con ella.

  • IMDb Rating: 7,0

Película

A partir del hallazgo de un personaje muy especial con el que se cruzó por pura casualidad en un casting, Robert Bonomo construyó para Miss, su debut en la dirección, una comedia romántica naïf y estilizada que aprovecha muy bien la singularidad del protagonista: hijo de una madre brasileña de familia japonesa y de un padre chino, Roberto es un treintañero desgarbado, notoriamente cándido, fanatizado con los récords mundiales y, sobre todo, necesitado de amor. Es su atípica lógica la que entra en colisión con la de un mundo siempre hostil con los que no están todo el tiempo en guardia. Debajo de una superficie de humor liviano aparece de a ratos una aguda melancolía. La música de Lucas Martí es un aporte clave, igual que la gracia de Malena Villa. La película también reinventa Buenos Aires, adecuando con inteligencia y buen gusto locaciones de la ciudad muy vistas que esta vez lucen renovadas y completamente funcionales a su programa estético. (Alejandro Lingenti – Diario La Nación) 

Robert es un muchacho más extrañado por el mundo que extraño. Sueña con películas y
con récords mundiales, y un buen día sigue a una chica que estudia para ser modelo. Con
sensibilidad, con un recorrido por Buenos Aires que recuerda lo mejor de Wes Anderson -Miss es
una película de planos fijos de gran belleza- con ironía, Bonomo cuenta algo así como una historia
de amor y un cuento de hadas urbano. De lo mejor del año y va casi en secreto. (Leonardo D’Esposito – Noticias)

Tomar el formato más trillado del cine para aplicarle una mirada personal y contar esa historia en apenas setenta minutos, dejando al espectador con la sensación de haber sido testigo de un hecho artístico inusual, no es poca cosa.

Miss es aquella vieja historia que el cine viene contando desde el principio de su historia pero puesta en pantalla a través de la sensibilidad y la mirada de su protagonista central. Roberto L. Makita es Robert, que anda por la vida imaginando películas y trabajando como cuidador de casas, no es un sereno, no es un casero o un portero, es un persona que vive en la casa de otras que se van de viaje o dejan sus hogares por alguna razón. Robert es amable, inocente, simpático y algo enamoradizo o al menos lo es hasta que conoce a Laura (Malena Villa). Robert sufre un cimbronazo y se enamora de esa chica que vive en la Capital pero es oriunda de San Clemente del Tuyú. Laura se fue de esa localidad de la costa Atlántica Argentina para ser modelo y de ahí llegar a Miss Mundo.

El director Robert Bonomo (aquí la entrevista) fue asistente de Martín Rejtman y ayudado en la escritura del guión por Juan Villegas y Santiago Giral, logra una sólida ópera prima en donde se adivinan algunas influencias de Wes Anderson y del ya nombrado Rejtman, pero esas referencias son eso, no un robo como en tantos otros casos.

La película de Bonomo es además una especie de documental sobre ese personaje levemente extravagante y encantador que es el descendiente de chinos y japoneses, Roberto Makita, que se deslumbra con la bella Laura y la sigue hasta llegar al desenlace. Miss es una comedia romántica que se ve con interés y que cuando termina, deja al espectador con una ancha sonrisa. (Jorge Barnárdez – Subjetiva.com.ar)