En 1985, un joven homosexual veinteañero de Texas que todavía no ha salido del armario, regresa a casa por vacaciones de Navidad por primera vez en varios años. Allí se dará cuenta de que le cuesta mucho revelar sus circunstancias a su conservadora familia.

  • IMDb Rating: 6,6
  • RottenTomatoes: 94%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Ser seropositivo hoy en día es equivalente a ser diabético. Es posible que esta afirmación simplifique demasiado lo que supone tener VIH, pero lo cierto es que puedes hacer vida perfectamente, sin siquiera revelar que tienes el sida, de la misma manera que tampoco vas por ahí pregonando que eres diabético. No es necesario. Puedes hacerlo porque puede ayudar a quienes todavía tienen problemas para asumirlo y asimilarlo, como no sucede con quienes son diabéticos, pero ya es una opción personal. Las cosas no eran así en 1985, cuando ser portador de VIH era equivalente a tener una sentencia de muerte, lo que se multiplicaba por el hecho de que en aquel tiempo todavía era difícil salir del armario.

Yen Tan nos transporta hasta el año en que se estrena Back to the Future (Robert Zemeckis, 1985, EE.UU.), cuando Madonna ya había publicado dos álbumes y se encontraba en pleno Virgin Tour, mientras que Ronald Reagan se enfrentaba a su segundo mandato como presidente tras ser revalidado en las urnas, y un año antes de que fuera denominada la enfermedad como VIH, tras la disputa en Robert Gallo contra Barré-Sinoussi y Montagnier sobre quien había aislado y descubierto en primer lugar el virus del sida. Referencias que llevan a preguntarte dónde estabas tú en 1985. No parece, desde luego casual, que Adrian y Andrew escogieran ver juntos A Nightmare on Elm Street Part 2: Freddy’s Revenge (Jack Sholder, 1985, EE.UU.), que siempre ha sido interpretada como una metáfora de los problemas de un adolescente para aceptar su orientación sexual, quien de hecho estaba interpretado por Mark Patton, abiertamente homosexual, de la misma manera que Andrew lucha consigo mismo por salir del armario y revelar a su familia que es seropositivo.

Nos encontramos ante un relato sobrio y contenido, pero emotivo y rebosante de sentimientos en el que juegan un papel crucial las espléndidas interpretaciones de sus protagonistas. La fotografía en blanco y negro contribuye a que nos centremos en el relato y nos olvidemos de cuestiones mundanas como la reconstrucción de la época, que no tiene la más mínima importancia. La sólida estructura del relato, que parte del regreso del hijo pródigo para celebrar las que intuye serán sus últimas Navidades, de las que retorna sin arrepentimiento, sin compartir aquello que le atormenta, pero con el perdón y ;a comprensión, porque tanto padre como madre saben e intuyen lo que oculta, aunque no sepan la magnitud de todo lo que se esconde detrás del silencio y la mirada de auxilio de su hijo. Una obra íntima e intimista que se agarra al corazón y perdura en la memoria (ElCirculoViciosoDeJackeltuerto)