Gimme Danger cuenta como el rock’n’roll potente y agresivo de The Stooges, que apareció en Michigan durante una revolución contra-cultural, fue una bomba en el paisaje musical de finales de los años sesenta. Con su mezcla de rock, blues, R&B y free jazz, el grupo en el que debutó Iggy Pop plantó los cimientos de lo que se conocería posteriormente como rock alternativo. Este documental narra la epopeya de The Stooges, uno de los grupos de rock más importantes de todos los tiempos. Gimme Danger presenta el contexto en el que The Stooges evolucionaron musicalmente, culturalmente, políticamente, históricamente, a través de sus aventuras y sus desgracias, evocando sus fuentes de inspiración y las razones de sus primeros desafíos comerciales, hasta su llegada al Panteón del rock.

  • IMDb Rating: 7,2
  • RottenTomatoes: 95%

Película / Subtítulo 

Es obvio que el género documental vive hoy una de sus mejores épocas, tal vez una segunda edad de oro, aprovechando sus potencialidades como en los comienzos del cine; trabajos que trascienden el carácter informativo de este tipo de cintas para adentrarse plenamente en las sugestivas áreas de todo tipo de corrientes artísticas. Fue muy astuto James Newell Osterberg Jr., universalmente conocido como Iggy Pop, cuando le propuso la realización de Gimme Danger (2016) a un autor con un dominio tan completo del oficio cinematográfico. Jim Jarmusch, el maestro de los relatos deshilvanados, minimalistas y cercanos a la abstracción, ha mantenido una inseparable relación con la música a lo largo de su filmografía. Muestra de ello son obras como Mystery Train (1989), Only Lovers Left Alive (2013) y, sobre todo, Year of the Horse (1997), el documental sobre Neil Young & Crazy Horse en el que Jarmusch se aproximó al espíritu de la banda rodando en vídeo y cintas de Super 8, con lo que lograba recrear de manera precisa el carácter lo-fi despellejado de tan legendaria máquina de rock. De igual forma, en Gimme Danger el director narra las desventuras del grupo The Stooges apropiándose de la estética del movimiento punk: la tipografía de los intertítulos, los segmentos de cine de animación que beben directamente del cómic underground y, fundamentalmente, el collage. Esta última técnica recuerda al clásico “montaje de atracciones” de Eisenstein, cuyo referente más cercano —dado su tono irónico y jocoso— lo encontramos en los documentales de Michael Moore y su pericia al insertar breves planos para acentuar el mensaje. En este filme vemos intercaladas con las entrevistas a los protagonistas y el material visual de archivo, las fugaces estampas, entre otros, de Marlon Brando, Elvis Presley, Morticia y Gómez de La Familia Addams o las pinturas barrocas de Caravaggio, que le imprimen a la película un talante tan inesperado y divertido como burlón y gamberro. No podía ser de otro modo, ya que el principal narrador de esta historia es el líder de la banda, Iggy Pop: icono rock por excelencia, incombustible y visceral, lleno de atractiva multiplicidad.

The Stooges comenzaron en Detroit (una de las ciudades fetiche de Jim Jarmusch) a finales de los años sesenta y en seguida dieron que hablar con sus actuaciones en vivo, en gran medida por la provocadora y salvaje actitud de su frontman. En 1969 llegaría el contrato con Elektra Records y la publicación del álbum de debut que iniciaría un duro periodo para el grupo, lleno de confusión y magulladuras. Maltrechos por las funestas críticas y las presiones de la compañía discográfica —incapaz de valorar en su medida el potencial de un conjunto tan genuino—, The Stooges cayeron en la alcantarilla sin fondo del abusivo consumo de drogas. Un par de discos más tarde se disolvieron. Es necesario recordar que, en aquellos años, la tecnología en los estudios de grabación alcanzó niveles inéditos, y en el caso de algunos artistas de ventas millonarias, decayó en álbumes grandilocuentes, tan pretenciosos como superficiales. Asimismo, los grandes sellos discográficos ejercían un férreo control de tufo mafioso sobre los músicos —como pudimos ver en  Vinyl (2016), la fabulosa y malograda serie producida por Martin Scorsese—, en el que el mercantilismo enterraba la creatividad. Corrían malos tiempos, pues, para el rock hecho desde las entrañas, todo un desafío a lo establecido, como el que arrojaba The Stooges. En resumidas cuentas, si en el presente son considerados como uno de los conjuntos más influyentes en la historia del rock —artífices de canciones punk años antes de la aparición del término—, se debe sin duda a la rebelde honestidad y exultante pasión con la que grababan discos y actuaban en directo. Por todo ello, el momento álgido del documental es la secuencia que muestra de manera apoteósica los homenajes en forma de versiones del excitante tema «I Wanna Be Your Dog», interpretado en vivo por algunas de las mejores bandas de las últimas décadas. Aunque sea de carácter póstumo en el caso de varios de los componentes de los Stooges, en cierto modo podríamos imaginar que «el karma del punk» ha recompensado a nuestros héroes con su merecido reconocimiento… Como sentencia el propio Jim Jarmusch nada más comenzar la película, impregnando de manera explícita todo el metraje de su entusiasmo y fervor por el grupo, The Stooges son «the greatest rock ‘n’ roll band ever».