En Le Ballon Rouge un niño solitario encuentra un globo rojo… ¿o quizá es al revés? Y ambos, el niño y el globo mágico, vagan por las calles de París. Allí donde va el chico, el globo no anda detrás. Y cuando el pequeño se mete en problemas, el globo acude al rescate.

Mejor Guion Original (Premios Oscar 1956)

Palma de Oro Mejor Cortometraje (Festival de Cannes 1956)

Top Mejores Películas Extranjeras (National Board of Review 1956)

  • IMDB Rating: 8,2

Película / Subtítulos (Calidad 720p)

 

El último ejercicio y el más difícil. Una crítica sin ninguna pista, a página en blanco y sin medias tintas. Busco en mi registro mental y recuerdo haber escrito reseñas en una revista cultural, ni rastro de crítica. Pienso si alguien lee crítica por gusto, si se va de cañas con un amigo crítico literario, si posa en el ambigú con una crítica de cine. Yo a los críticos me los imagino en su estrado, entre nubes de color crítico, opinadores de todo y sabedores de poco. Me revienta un tanto la corriente crítica, hasta donde habrán podido suponer. Tan escéptica, tan ceniza y con tanto filtro.

Y bueno, allá va lo que sospecho será una anticrítica. La elegida es una película rodada en 1956, la actualidad misma. Le Ballon Rouge fue ganadora en Cannes, Palma de Oro al mejor cortometraje, obtuvo también el Óscar a mejor guión original. Guión con acento, en 1956 no andaban afanados por corregir lo que funciona bien. Ni siquiera es un cortometraje, sus 34 minutos lo encasillan en la categoría de mediometraje. Datos que tampoco interesan si el lector es informado y visualiza el mítico cartel del niño vestido de gris con un globo rojo grande y redondo volando por los adoquines de París.

Sobre esta película, Le Ballon Rouge, según recuerdo, se dijo que fue metáfora de la ruina del capitalismo, del socialismo, del cristianismo y de no se cuántos ismos más. Veamos. El globo aparece a ojos de un niño que va camino de la escuela enganchado a una farola de las escaleras del barrio de Ménilmontant, el niño trepa con la agilidad de antes hasta el globo y ya no se separa de él en el resto del filmado. Es un niño solitario y bien callado, unas cuatro frases en toda la película, y el globo parece decidir por sí mismo ser su compañero de paseo. Cada plano de Le Ballon Rouge es de un preciosismo que podría resultar abrumador, pero no. Fondo gris sobre globo rojo, patio del colegio y hojas de castaño cayendo con una suave cadencia, la bandera tricolor ondea ante el cartel de École communale des garçons, luego un plano con una niña vestida de blanco con un globo azul, se cruza con el globo rojo, otra vez los tres colores. Cromatismo y nacionalismo, ahí tienen otro par de ismos. Y más tarde una cuadrilla de niños calle arriba, calle abajo, a través de angostos laberintos y saltando sobre los adoquines ríos de un amarillo incierto en persecución del tal niño y su globo rojo para matarlo a golpe de tirachinas, de patadas y de muy mal café, tan parisinos de intención. Al globo, al niño no. Entonces se despliega una venganza de globos de mil colores que se van soltando de las manos de otros niños, que salen por las ventanas de otras casas, que viajan por el cielo de París hasta ese patio del globo apaleado para consolar al niño que ha perdido a su nuevo y único amigo. Una imagen final casi épica del niño volador que hace pensar que la fábrica Pixar andaba escasa de imaginación para su película Up, en la que una casa vuela hacia el espacio interestelar tirada por cientos de globos de colores. Bellísima música, además de todo. Pura delicadeza escena por escena.

Quizás haya elegido Le Ballon Rouge porque no tengo comentario crítico alguno al respecto. Y porque, según leo, la crítica desde 1956 hasta hoy tampoco ha tenido más que elogios para esta cinta. Hasta un crítico color plomo sabe reconocer la belleza cuando es tal. He leído que se ha pasado en colegios, imagino que franceses. Y pienso lo bien que hubiera estado ver esa película a la edad del niño protagonista en lugar de Muzzy, aquel monstruo verde que no aportaba ni la hora. Aprender a mirar, eso es lo más importante cuando se tiene a mano un globo rojo. El resto ya es historia. París gris sobre globo rojo. (gomezdeteniendoeltiempo.blogspot.com)