LOLA transcurre en Inglaterra, en 1941, las hermanas Thomasina y Martha han creado una máquina que puede interceptar transmisiones del futuro. Este delicioso aparato les permite explorar su punk interno una generación antes de que el movimiento surja. Pero con la Segunda Guerra Mundial intensificándose, las hermanas deciden usar la máquina como arma de inteligencia, con consecuencias que alteran el mundo.

Mejor Dirección en la Sección Vanguardia y Género del BAFICI 2022

  • IMDb Rating: 6,4
  • RottenTomatoes: 100%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Considerado “el secreto mejor guardado del cine irlandés” por el director artístico del Festival de Locarno, Giona A. Nazzaro, Andrew Legge presenta su primer largometraje LOLA en este festival de Locarno (Fuera de competición), una película convertida en un cuento de hadas de ciencia ficción en blanco y negro, que nos insta a pensar en el poder de las imágenes y en una película como un maravilloso vehículo para abrir los ojos de los espectadores a mundos con los que todavía no están familiarizados.

Con elegancia y una sana dosis de humor, LOLA rinde homenaje al cine, a las imágenes en movimiento como repositorio de mundos en ciernes que se materializan como por arte de magia frente a nuestros ojos. Estamos en la década de 1940 y dos hermanas, Thom (Emma Appleton) y Mars (Stefanie Martini), han construido una máquina llamada LOLA (en honor a su madre, fallecida cuando eran niñas) que puede interceptar frecuencias de TV y radio procedentes del futuro. Esto les permite escuchar canciones icónicas (de David Bowie y Bob Dylan, primero y principal) antes (años antes) de que se conviertan en éxitos globales y muestren la energía revolucionaria del punk o el glam rock, en un futuro que de repente se convierte en presente.

La Segunda Guerra Mundial es cada vez más preocupante y las dos hermanas deciden usar a LOLA para detener al Tercer Reich en su intento de imponer sus reglas y sus efectos trágicos. Entregan la información que han interceptado del futuro a los servicios de inteligencia británicos para frustrar los ataques alemanes. Es un éxito rotundo y la máquina creada por Thom y Mars resulta ser un arma muy efectiva que ayuda a los británicos a bloquear a las fuerzas enemigas. La historia parece transformarse como por arte de magia, se salvan miles de vidas, y nada parece interponerse en el camino de una victoria ineludible.

Sin embargo, mientras Thom está cada vez más obsesionada con LOLA, Mars parece hacer un balance de las consecuencias dañinas relacionadas con un poder que es difícil de controlar. ¿Qué pasaría si los nazis consiguieran sabotear sus transmisiones de radio, enviándolos hacia trampas de las que no pudieran escapar? ¿Qué ocurre cuando rescribes la historia según tus propias reglas?

A través de LOLA, Legge nos sumerge en un universo de ciencia ficción con matices vintage, un universo que es a la vez fiel a su tiempo —la década de 1940— y está impregnado de momentos de antología fugaces pero intensos, procedentes de una cultura pop que se convierte en el alma de la película. Porque, como nos recuerda Mars, ¿cómo sería el mundo sin David Bowie? ¿Un mundo dominado por canciones pop banales y pegadizas que se desvanecen al instante? ¡No gracias!

La fortaleza de LOLA reside en su equilibrada mezcla de temas oscuros e impactantes, como el Tercer Reich, y momentos de pura alegría donde las dos protagonistas se vuelven locas mientras cantan y bailan sus éxitos favoritos del futuro. Una vez más, ¿qué sería del mundo sin la catarsis alegre y liberadora que proporciona la música? Legge parece recordarnos que la magia del cine y la magia de la música dependen de los sentimientos de quien se deja inundar, cuando sintoniza una pantalla o la radio, por emociones que no pensaba que podía sentir en la vida real.

Mars y Thom nos muestran que lo que necesitas es cambiar o reemplazar un marco para terminar con una historia —una historia totalmente diferente— y esa es la auténtica magia del séptimo arte, la capacidad que tiene de mostrarnos mundos alternativos y verdades que abren nuestros ojos, nos sacuden y nos cambian internamente. ¿Dónde está la verdad? ¿Dónde está la frontera entre realidad y ficción? La respuesta no importa, lo que cuenta es la belleza del momento presente y nuestra creciente consciencia de la diversidad de un mundo donde muchas personas antes tendrían uniforme y obediencia. (Muriel Del Don – CinEuropa.org)