Meanwhile On Earth

En Meanwhile On Earth los hermanos Elsa y Franck siempre estuvieron muy unidos. Cuando Franck desapareció misteriosamente durante una misión espacial hace tres años, todo cambió para Elsa. Desde entonces, esta joven de 23 años lucha por seguir adelante con su vida. Un día, una forma de vida no identificada se pone en contacto con ella y le ofrece traer a su hermano de vuelta a la Tierra. Pero hay un precio que pagar.

  • IMDb Rating: 6,0
  • RottenTomatoes: 81%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

«Tienes que seguir un camino que sigue otro camino, un camino que solo nosotros somos capaces de ver». Tras I Lost my Body, un primer largometraje con el que Jérémy Clapin fue galardonado con el Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes 2019 y nominado al Óscar 2020 en su especialidad, y desde que el talento desplegado por el cineasta francés dejara entrever un posible cambio hacia un nuevo universo cinematográfico —aunque se tratara de una transición un tanto delicada que pocos se han atrevido a intentar—, por fin ha llegado el momento que tanto ansiábamos, el momento de la transición de Jérémy Clapin al mundo de los largometrajes de ficción. Y es que con su nuevo trabajo, Meanwhile On Earth, que ha sido presentado en la sección Panorama de la 74.ª Berlinale, el director ha cumplido con todas las expectativas a través de una película que injerta audazmente múltiples géneros que van desde la película de ciencia ficción al drama realista sobre el proceso de duelo, todo ello con un toque de cuento de hadas, una pizca de sueño sin límites e —tal vez— incluso algo más.

«Mirábamos al cielo, imaginábamos cosas». La pérdida de su hermano mayor, el astronauta Franck, tras desaparecer en el espacio, ha dejado un enorme vacío en la vida de Elsa (Megan Northam), que ha interrumpido sus planes de estudiar en la Escuela de Bellas Artes de París —siempre está dibujando— para aceptar un trabajo como cuidadora en una residencia de ancianos. La vida continúa, «estable en su declive gradual», tanto para sus padres como para su hermano pequeño, pero la estatua conmemorativa de un astronauta en una rotonda de la ciudad —cortesía del ayuntamiento— no hace más que recordarle diariamente a la joven la ausencia de la persona con la que compartía sueños de espacio y aventuras.

Todo sigue así hasta el día en que una interferencia cerca de una antena catapulta a Elsa a una dimensión paralela en la que Franck le pide ayuda («Nos fuimos a la deriva y ahora todo es negro, no hay nadie más. Están aquí, flotan, me observan, dicen que hay un camino y que todo depende de ti»). Una semilla se introduce en su oído y nos lleva directos hacia lo irracional a través de una voz —canalizada por la retroalimentación— que da instrucciones a Elsa, de modo que comienza la cuenta atrás para salvar a Franck («Te necesitamos y tú nos necesitas. Tienes que llevarnos hasta ti»). Elsa empieza a jugar con fuego y, al igual que Pulgarcito, se adentra en el profundo y oscuro bosque sin ser consciente de los terribles sucesos que se avecinan…

La historia —escrita por el propio director—, que se concibe casi como un cuaderno de bitácora, avanza a una velocidad vertiginosa gracias a la fusión de una acción polifacética —al estilo de las películas de serie B— con un auténtico drama existencialista sobre la agonía del dolor («¿Puedes salir de mi cabeza?»). ¿Se trata de un sueño? ¿De una pesadilla? ¿De un estado esquizoide de depresión alimentado por recuerdos imaginarios? En última instancia, acaba por dejar de importar de qué se trate, ya que la puesta en escena de la película se apropia de la extrañeza más bien lúdica del tema, pues el cineasta deja pistas (un tatuaje que sugiere campos de exterminio) que dejan entrever una interpretación más profunda en torno a la cuestión de a quién aceptaríamos sacrificar para salvar a un ser querido. La película constituye un impresionante y rico mosaico que oculta innumerables temas bajo su fachada estresantemente entretenida, una majestuosa cinta que intercala tres secuencias animadas brillantemente ejecutadas, una magnífica obra maravillosamente complementada con la formidable música de Dan Levy. Asimismo, el largometraje brinda a Megan Northam, que se dio a conocer con Les Passagers de la Nuit y Fifi, un papel francamente maravilloso. No cabe duda, por tanto, de que Jérémy Clapin perfeccionará aún más estos numerosos elementos durante su próximo y esperado viaje a la galaxia de la ficción. (Fabien Lemercier – CinEuropa.org)