Padre Padrone narra la historia de un niño campesino con un padre tan tiránico y autoritario que le impide ir a la escuela o tener amigos.

Palma de Oro y Premio FIPRESCI (Festival de Cannes 1977)

  • IMDB Rating: 7,4
  • Rottentomatoes: 100%

Película / Subtítulos  (Calidad 720p)

Extintas las últimas llamas del Neorrealismo a finales de la década de los cincuenta, disperso entre los rescoldos de la commedia all’italiana y ahogado el cine de aspiraciones estrictamente comerciales, una nueva hornada de realizadores italianos decidía dar un paso al frente para asumir el relevo de la conciencia social si bien adoptando perspectivas y estilos del todo particulares.

Entre estos jóvenes cineastas, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani proponen una obra en la que se amalgaman una firme vocación de denuncia -auspiciada por su militancia en el Partido Comunista y enmarcada tanto en la actualidad como en una lectura crítica de la Historia-, junto con la devoción por los clásicos de la literatura, con León Tolstoi como autor de cabecera, y el desarrollo de un sello artístico personal de notables aspiraciones estéticas.

Padre Padrone es una de las cumbres de su filmografía, avalada por la Palma de Oro obtenida en el festival de Cannes de 1977, y una de las muestras más representativas de su cine. A través de la autobiografía de Gavino Ledda, lingüista y escritor autodidacta, los hermanos Taviani se embarcan en la exploración de la Cerdeña profunda, imagen de la Italia recóndita y atávica, tierra atropellada por el paso del tiempo.

Es precisamente Ledda quien, entrometiéndose en el prólogo de Padre Padrone para fusionar documental y representación de ficción, introduce al espectador en un mundo lejano y próximo a la vez, recreación del contexto sociológico y privado del escritor desde un punto de vista en el que el aspecto más prosaico e inmisericorde de la pobreza y la opresiva situación familiar del protagonista se entreteje con notas de lirismo mágico.

De notable calidad plástica en la composición del plano, un sorprendente empleo del sonido, el silencio y la música, y de gran sugerencia en su incorporación de elementos fantásticos en permanente contraste con su realismo sucio, es también una plasmación próxima en ocasiones, dada su crueldad, al tenue pero despiadado surrealismo con el que Luis Buñuel retrataba por su parte a la España negra.

La fuerza telúrica de ese rito iniciático del pastor en la soledad del campo, guiado en principio por los consejos cariñosos y las palizas feroces del padre, la comunión ancestral del género humano en base a sus instintos primarios, la toma de conciencia de su individualidad por medio de la música y las letras, la apertura obstinada de su camino individual gracias al aprendizaje y la cultura, liberado entonces del sometimiento y la violencia por la posesión de la palabra. Es Padre Padrone la crónica del viaje íntimo y épico a través del cual el individuo reconoce y fragua su propia personalidad rebelándose contra la tiranía de la figura paterna, representación alegórica y magnificada de toda autoridad tradicional, ya sea en su aspecto familiar, económico, político e incluso divino.

El hechizo hipnótico de los fotogramas provoca que el espectador se sumerja en un periplo vital único aunque en modo alguno intransferible, ligado a un contexto económico y social determinado producto directo e indisociable de la miseria y la ignorancia galopante –ya se encargará de advertir de ello el progenitor durante su furibunda irrupción en la escuela, contestado en el futuro por la significativa camisa roja, distintivo del comunismo italiano, que vestirá el protagonista-.

Sensibilidad y compromiso, en definitiva. (elcriticoabulico.wordpress.com)