En Shadows, Benny, Lelia y Hugh son tres hermanos negros que comparten piso en Nueva York. Lelia sale con David, un intelectual neoyorquino, pero en una fiesta conoce a Tony y hacen el amor. Cuando Tony descubre que Lelia es mestiza no puede evitar sentir prejuicios raciales, por lo que Hugh le impide que vuelva a ver a su hermana.

Premio Pasinetti para John Cassavetes en el Festival de Venecia 1960

  • IMDb rating: 7.3

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Shadows supuso el debut en la dirección del actor John Cassavetes y el nacimiento de una carrera cinematográfica que, aunque escasa, mayoritariamente desconocida y en ocasiones irregular, resultó enormemente fructífera y sobre todo muy influyente. El film, en 16mm, fue rodado por Cassavetes, que carecía de experiencia previa, sin un guión determinado, esencialmente improvisado, y con actores amateurs, estudiantes pertenecientes a su taller de interpretación. No costó más de 40.000 dólares y la leyenda sostiene que parte de la financiación del film fue obtenido a través de las aportaciones realizadas por los oyentes de un programa de radio.

No obstante, estos apuntes no dan una idea de la verdadera dimensión y trascendencia de esta película. No debemos olvidar que resultó premiada por la crítica en el Festival de Venecia, tras lo cual logró un distribuidor; que obtuvo varias nominaciones a los premios de la academia británica, entre otras, a la mejor película. Por lo tanto, fuera o no la intención original de su autor, no podemos entender Shadows al margen del contexto de ruptura y renovación del lenguaje del cine clásico que se estaba llevando a cabo por aquellas fechas, gracias a directores como Hitchcock, Ray, Fuller o Welles, el free cinema, y fuera del ámbito anglosajón, entre otros, por Fellini, Kurosawa, S. Ray, la recién nacida nouvelle vague y antes por el neorrealismo italiano. A pesar de su innegable originalidad formal, su carácter artesanal y de lo innovador de sus planteamientos argumentales, salvando las oportunas distancias, incluso en Shadows podrían rastrearse parentescos con los films urbanos de otros ilustres directores neoyorkinos como Polansky, Kazan, o incluso Rossen y el primerísimo Kubrick.

Con este film, Cassavetes resultó inmediata, aunque coyunturalmente emparentado con la emergente escena del cine underground que florecía en Nueva York (en contraposicición al industrializado y comercializado cine hollywoodiense), encabezada por los hermanos Mekas, y del que formaban parte ente otros Rogosin, Clarke y De Antonio. Shadows está rodada en la mega urbe neoyorquina, con un estilo naturalista, en exteriores reconocibles (Central Park, Broadway o el MoMA), con unos protagonistas negros, lo cual por aquel entonces era no sólo sorprendente sino excepcional, y unos personajes que se desenvuelven en la escena bohemia que florecía en el Greenwich Village. Otro elemento que dota de carácter y que contagia todo el film, es la música jazz, compuesta por Charlie Mingus e interpretada por Shafi Hadi.

Todo ello da una idea de lo desusado, personal y outsider de la propuesta cassavetiana. El conjunto posee una apariencia extremadamente realista, cuasi documental, que, sin perjuicio de su originalidad y de que anticipa una serie de constantes esenciales dentro de su cine, y del cine en general, alcanzando a nuestros días; también hay que reconocer que posee puntos débiles, achacables tal vez a su carácter de opera prima.

En definitiva, con el pretexto del racismo, valiéndose de unas formas cinematográficas frescas innovadoras para la época, (quizás producto de su propia inexperiencia), Cassavetes muestra unos personajes que, presentados en su vida cotidiana, se nos revelan provistos de las máscaras que los ocultan, tal vez incluso para sí mismos, creando con todo ello una obra viva, moderna y libre que supo conectar con el espíritu de su tiempo, y que ha logrado conservar este estatus aun a pesar del transcurso del mismo.