En Terminal Norte y durante el año que asoló la pandemia, Julieta Laso, cantora del Río de la Plata, se refugió en el Norte del país para ensayar un show que fue cancelado. Allí conoció músicas extraordinarias, con quienes cantó y conversó en largas tertulias nocturnas.

  • IMDb Rating: 6,2

Película (Calidad 1080p)

 

La cantante Julieta Laso es el alma y guía de este mediometraje documental. Ella articula la narración y se encuentra con un grupo de mujeres en las afueras de Salta. Son cantantes, muchas marginales, que representan la lucha transformadora del arte en el norte argentino.

Pero Terminal Norte (2021) no sólo nos muestra a su protagonista (y pareja de Lucrecia Martel), junto a su colaboradora, Noelia Sinkunas, y al maestro salteño de guitarreros Bubu Ríos. También presenta a la coplera Mariana Carrizo, la coplera trans Lorena Carpanchay de los valles calchaquíes, B Yami ícono del trap emergente, y al dúo feminista Las Whisky. Todas rodeadas de un entorno selvático cantan y charlan en una suerte de ritual de resistencia.

Cada una expresa su punto de vista y razones para realizar su arte. Terminal Norte las describe y les da el tiempo y espacio para que desarrollen su arte. En un formato convencional, este mediometraje sería un abanico de artistas presentando sus números musicales uno tras otro. Pero en manos de Martel, la cosa llega a otra dimensión.

Mientras escuchamos la presentación de cada una de ellas, se escuchan voces “sobre montadas” que dicen no conocer a las protagonistas. Del mismo modo aparece la necesidad de descubrirlas, intercalada, sobre expuesta, entre la música y la geografía salteña. Como las lechuzas que descubren de fondo en un video capturado por un teléfono. Lo interesante está escondido frente a nuestros ojos (y oídos). El cine está ahí, presente en este “episodio musical”, cuya construcción audiovisual desenmascara los trasfondos y sentidos detrás de las artistas. Música regional, folclore tradicional a simple vista, pero territorio de resistencia, lucha y empoderamiento femenino que dan fuerza y razón de ser a este relato.

La extraordinaria capacidad de Martel (que escribe y dirige este proyecto producido por Contar y Rei Cine) para salirse de lo habitual e invitarnos a un viaje sensorial es maravillosa. Nos traslada a un tiempo y espacio conocido pero por reconocer, con mujeres artistas que forman parte de un colectivo cultural fascinante. Si el arte moviliza y transforma miradas y puntos de vista, este es un ejemplo sustancial. Y solo necesitó 36 minutos para demostrarlo. (Emiliano Basile – EscribiendoCine.com)