Día: 4 de febrero de 2025

  • L’oeil du Malin (Claude Chabrol – 1962)

    L’oeil du Malin (Claude Chabrol – 1962)

    En L’oeil du Malin un joven escritor desconocido es acogido por un escritor de éxito y su esposa en su castillo de Baviera para que pueda escribir sus historias sobre Alemania. El joven es un hombre amargo y celoso de la felicidad de la pareja hasta tal punto que decide destruirla. Así que cuando el marido emprende un viaje de negocios, tratará de seducir a la esposa.

    • IMDb Rating: 7,0
    • FilmAffinty: 7,0

    Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

     

    L’oeil du Malin es un drama psicólogico pero también pertenece al cine policial negro. Decidido a sabotear el matrimonio de un exitoso escritor, Albin un periodista amargado y envidioso pone sus miras en su esposa Hélène. No es que Albin ame tanto a Hélène. Lo que mata a Albin es que la pareja de Hélène y Andreas funcione tan bien. Que se los vea tan amorosos, que se llevan al parecer perfecto. Eso lo mata. Es envidioso. Como él no consigue ser feliz tampoco quiere que los demás lo sean.Desea reeemplazar a Andreas en esa pareja.

    La seducción es odiosa en este caso, viene de la mente no del corazón, no de la piel. «Quiero eso » parece decir Albin lo que no tiene nada que ver con «amo a esa persona «. El mal es un demonio enloquecedor que se instala en el alma de Albin. Para suplantar a Andreas tiene que sacarlo de ahí, del lado de Hélène. No todo lo que se ve es: No hago spoiler pero vean que pasa en el fondo con Hélène y Andreas.

    En L’oeil du Malin Albin Mercier (Jacques Charrier) es un joven periodista francés que es enviado a Alemania a escribir artículos sobre la vida de un pueblito al sur del país (cerca de Munich). Allí conoce a los Hartman y los empieza a frecuentar. Albin posee una envidia que podríamos catalogar como patológica. Los Hartman son Hélène es bella, gélida, inteligente y francesa. Andreas es alemán, es un escritor famoso. Es más espontáneo y sincero que su esposa. Más vital y visceral.

    Título: El ojo del mal, si vemos un matrimonio como el de Hélène y Andreas nos caería bien por primera vez. Nos pasa muchas veces que cuando vemos una pareja linda , cariñosa o por lo menos demostrativa de cierto bienestar nos cae bien pero a Albin no. Le molesta ver la felicidad de los otros ¿ Porqué ellos y yo no ? parece decir esa mirada de Albin. Ver todo con una mirada maligna exenta de piedad.

    Como casi siempre en su cine, en L’oeil du Malin Chabrol crítica ferozmente la burguesía. La filmografía de Chabrol se destaca por señalar la lista de pecados de los burgueses, sus apariencias, la corrupción, etc.

    Dos factores a resaltar de L’oeil du Malin: la música, inquietante (obra de Pierre Jansen) y la fotografía en blanco y negro, muy buena de Jean Rabier. Adoro los films de Chabrol, el Hitchcock francés. Y elogio la belleza fría pero magnética de Stéphane Audran en el rol de Hélène. Una mujer aparentemente contenta con su matrimonio. Creíble el papel de Jacques Charrier como Albin. Muy apuesto y con esa cara de casi malvado. Belleza pérfida masculina. Albin todo el tiempo se contiene, es obsesivo, la envidia y el deseo lo corroen por dentro. Es frío, no quiere a nadie. Es calculador. Inseguro no se siente valorado, se ve como un modesto escritor. La envidia de Albin va en dos direcciones (el deseo) conseguir a Hélène y ser/tener la posición de Andreas a través de la sustitución.

    Es tan interesante ir atrás en el tiempo y ver films clásicos, viejos de grandes directores. Alucinás porque es arte puro y es donde se gesta la posterior filmografía estupenda de los grandes maestros del cine. Chabrol haría muchísimas pelis más pero ésta es de por si una gran película y poco vista me temo. A veces sufro que por ver tanto tanque enviado por Hollywood los más jóvenes no vean este material exquisito y notablemente superior a lo que exhiben las pantallas hoy en día con excepciones claro. (Mónica Pedraza – UnAlmaNavegante.blogspot.com)

  • September 5 (Tim Fehlbaum – 2024)

    September 5 (Tim Fehlbaum – 2024)

    September 5 transcurre durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, cuando el equipo de periodistas deportivos estadounidenses de la ABC que cubrían los juegos se vieron de repente obligados a cubrir la crisis de los rehenes de los atletas israelíes secuestrados por un grupo terrorista.

    Mejor Montaje 2024 para la Asociación de Críticos de Los Ángeles

    • IMDb Rating: 7,2
    • RottenTomatoes: 91%

    Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

    https://www.youtube.com/watch?v=UCKrIykZeU4

     

    Hay un cierto malentendido respecto a September 5. Lógico y comprensible, pero malentendido al fin. Es que, en lo esencial, no es esta una película sobre la llamada «Masacre de Munich», el secuestro de parte de un grupo de militantes palestinos de una decena de atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos que se hicieron en esa ciudad alemana en 1972. De hecho, da la sensación que podría haber sido cualquier otro evento trágico capturado en vivo, y no cambiaría demasiado. Lo que pasó o no pasó allí, lo que se hizo mal, lo que se debió haber hecho distinto y las consecuencias políticas del asunto no son la parte central de la trama del film del realizador suizo de Tides. La película, en realidad, trata de otra cosa.

    Utilizando la confusa información acerca de lo que va pasando ese día en tiempo presente, la película reconstruye en realidad el trabajo de los periodistas deportivos de la cadena ABC que estaban cubriendo los Juegos Olímpicos y que se toparon esa madrugada con disparos y la posterior confirmación de que había una toma de rehenes en marcha. Lo central pasa menos por el contexto político o los detalles de cada paso del hecho en sí y más por cómo esa serie de contradictorias informaciones se reciben, se analizan, se debaten y se ponen, o no, al aire. September 5 es una película sobre la responsabilidad informativa apta para una época en la que esas palabras parecen haber dejado de tener sentido.

    Vale una aclaración a modo de contexto. Es una larga tradición en los Estados Unidos que los canales de aire de la TV que tienen sus derechos se ocupan de los Juegos Olímpicos con especial dedicación y a lo largo de todo el día, cubriendo muchos eventos de una manera que en otros países recién se empezó a hacer con la aparición de la TV por cable y, más aún, gracias a internet. Es por eso que ABC Sports tiene un enorme equipo de gente y de cámaras allí, en lo que parece un operativo gigantesco. Lo que ninguno de ellos imagina es que el eje de esa cobertura iba a cambiar radicalmente esa madrugada.

    El equipo lo lidera Roone Arledge (Peter Saarsgard), el presidente de ABC Sports, pero lo comandan esencialmente dos personas: un productor de noticias llamado Geoffrey Mason (John Magaro, de Past Lives, First Cow y Laroy, Texas) y el jefe de operaciones de ABC Sports, Marvin Bader (Ben Chaplin). Son ellos tres, con la fundamental colaboración de Marianne Gebhardt (Leonie Benesch, de The Theachers’ Lounge, en un papel ficcional que representa a las varias personas alemanas que ayudaron como traductoras e intermediarias), los encargados de recibir la información, ordenarla, entenderla y, sobre todo, transmitirla en vivo a millones de personas que los tienen como casi únicos ojos en el lugar ya que, al estar cubriendo los juegos, llegaron antes y con más recursos que cualquier otro canal estadounidense.

    A ellos se les suma el periodista Jim McKay, la cara visible de la emisión (solo se ve al real, en material documental) y el que ponía la angustiante información al aire. Y Peter Jennings (Benjamin Walker), el único especializado en temas políticos, que estaba cubriendo los juegos también. Salvo él, los demás no eran expertos en política, pero transmitir eventos deportivos en vivo les daba un gran entrenamiento para sacar adelante esa inesperada tarea. La historia que se cuenta aquí transcurre casi en su totalidad en las distintas oficinas del estudio de ABC Sports en Munich, ubicado a pocos metros de la Villa Olímpica donde la toma de rehenes tiene lugar. Y casi todo pasa por las decisiones que se toman a lo largo de esas horas, especialmente las ligadas a cómo manejar la información que se obtiene.

    Es importante tomar en cuenta que la tecnología de la época era limitada en cuanto a los tiempos de revelado del material, el horario de uso del satélite, la dificultad para comunicarse con los reporteros ubicados en el terreno y otros detalles que modifican mucho lo que se podía hacer entonces con lo que se puede ahora. Y eso –que puede ser confuso en relación al ritmo del relato, que parece ser casi en tiempo real pero en realidad tomó un día entero– les va permitiendo tener algunos momentos en los que se producen varios choques internos respecto a qué se debe mostrar, qué no, la necesidad de confirmación de una noticia y otros debates éticos que siguen resonando ahora igual o más que antes, pese a que poquísima gente parezca prestarles atención.

    Como película acerca del trabajo periodístico ante una situación de crisis, September 5 es muy buena, dándole ritmo de thriller a todo lo que pasa en esa redacción. En ese sentido, el film de Fehlbaum conecta con el tipo de cine que se hacía en la época en la que se centra la historia, títulos como Network, All the President’s Men o tantos otros dramas realistas con nervio de película de suspenso que caracterizaron al cine estadounidense en la primera mitad de los años ’70. Se pueden discutir algunas decisiones (la compresión de tiempo, como decía antes, es algo tramposa), pero las discusiones, corridas, peleas y salidas ingeniosas para resolver problemas le dan a la película una constante urgencia. Son poco más de 90 minutos y pasan volando.

    La película no intenta meterse en el tema Medio Oriente ni en lo específico del conflicto entre Israel y Palestina. Lo más parecido a un análisis político pasa por cómo Alemania lidia con el fracaso que la toma de rehenes representa para un país que quería dar una imagen nueva y moderna ante el mundo en esos Juegos Olímpicos. Que eso suceda, además, con un grupo de atletas israelíes, duplica el problema. Y, para sumar complicaciones, digamos que sus fuerzas de seguridad y sus autoridades políticas tampoco parecen haber actuado de maneras muy profesionales que digamos. Pero Fehlbaum no insiste sobre eso. A lo sumo deja en evidencia el conflicto interno que allí se vivía entre reforzar la seguridad y el miedo de quedar ante el mundo como violentos o autoritarios.

    September 5 es una película sobre el periodismo en tiempos de crisis, sobre profesionales puestos bajo la lupa ante la urgencia de resolver problemas, tratando de equivocarse lo menos posible. La película no se detiene en las vidas privadas de ninguno de ellos –no sabemos cómo viven ni quiénes son fuera de estudio y, salvo por un dato específico que explica la actitud de uno de ellos, no hay ningún arco dramático convencional para cada personaje– sino que los pone a trabajar como equipo para informar a la gente de un hecho trágico de la mejor manera que pueden hacerlo. Pero nunca olvida, que aún ante la urgencia o la competencia por la primicia, hay algunas preguntas que siempre tienen que hacerse. Ser primeros no es lo único importante, especialmente cuando hay vidas en juego. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com)