Con una amistad de mas de diez años, los directores entrevistan a Brian de Palma, uno de los directoes emblema del Nuevo Hollywood de los 70′. Una conversación entre cineastas que analiza la carrera de De Palma que alcanza ya 6 décadas.

  • IMDb Rating: 7,4
  • RottenTomatoes: 96%

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Cualquier cinéfilo que se precie tiene que haber leído –o al menos, conocer– ese libro clave de la historia del cine que es Hitchcock/Truffaut, en el que el director inglés era entrevistado, en un recorrido que iba por toda su carrera, por el entonces joven realizador de la Nouvelle Vague. La conversación original es de 1962, cuando el veterano maestro entraba en la última parte de su carrera y el otro recién empezaba. Es inevitable sentir la conexión entre ese libro y De Palma, el documental sobre el realizador norteamericano Brian De Palma –para muchos el heredero máximo, casi el continuador de Hitchcock– realizado por dos cineastas más jóvenes. Encima cuando uno de ellos (Baumbach) hace un cine con varios puntos de contacto con la movida francesa de los ’60. Es decir, su cine es poco y nada “depalmiano”, algo que uno podía suponer también de Truffaut.

Pero todos fueron o son cinéfilos y saben apreciar a un buen director más allá de que lo que ellos hagan se parezca o no a lo que su admirado hace. De hecho, uno podría decir que De Palma es casi anti-depalmiana en su estructura y su puesta en escena: es una entrevista al realizador en lo que parecen ser algunas pocas sesiones, siempre con la misma ropa y sentado en el mismo lugar, en la que se recorren cronológicamente su vida y sus películas. Nada de chiches o juegos visuales: eso quedará para ver en la propia obra del director de Carrie. Similar era el libro en su estructura.

La diferencia principal del libro sobre Hitchcock y la película sobre De Palma es que la voz del entrevistador –en este caso, entrevistadores– desaparece. No hay una ida y vuelta en el corte final y las preguntas quedaron en la sala de montaje. A juzgar por las respuestas, lo que queda claro es que el trabajo de Baumbach y Paltrow fue llevar a De Palma a través de su obra, a meterse en algunos asuntos un poquito oscuros de su vida y a analizar algunas de su más reconocidas técnicas.

No vamos a contar la historia del director de The Untouchables porque para eso pueden entrar a Wikipedia, lo mismo que para chequear cuáles fueron todos sus títulos. Lo que le da De Palma a los cinéfilos es una mirada directa, fresca, sin vueltas ni “verso” (se nota que Brian, notorio cascarrabias con la prensa, habla acá con amigos, con gente del medio y no se pone el “casette”) a lo que fue su carrera: sus primeros pasos, sus idas y vueltas con Hollywood, sus buenas y malas experiencias, sus peleas en diversos sets y muchas y muy curiosas anécdotas, sus matrimonios complicados y amistades problemáticas y, especialmente, sus ideas acerca del cine.

El combo que es el director de Blow Out incluye una complicada relación con su padre (a quien, como si fuera protagonista de alguna de sus películas, lo seguía para descubrirle affaires amorosos), un enorme interés por la ciencia y la tecnología que le permitieron desarrollar complejas proezas pre-digitales de puesta en escena, una fuerte politización que viene de su paso por la universidad en los ’60 y que se puede seguir en sus películas más centradas en esos temas (varias de las primeras, junto a posteriores como Casualties of War y Redacted, entre otras) y, especialmente, su siempre discutida mirada sobre las mujeres, una que hoy bordea la incorrección política, algo que por suerte a Brian lo tiene sin cuidado.

La diferencia con cualquier libro o entrevista que uno pueda leer o comprar sobre el creador de Scarface es que uno puede visualizar, via clips (y varias escenas cortadas inéditas) muchas de sus ideas sobre la puesta en escena, especialmente el uso de la pantalla dividida, los planos secuencia largos y los usos de la profundidad de campo para mostrar personajes muy en primer plano y otros en el fondo de la pantalla. Además, claro, están las anécdotas: los actores que no se sabían las líneas, los cambios de casting de último momento (varios de los más importantes y clásicos protagónicos de su carrera surgieron así), los problemas y peleas de rodaje con actores, productores, etc, y una serie de reflexiones sobre su relación con Hollywood y la industria del cine en general.

Un  festín para cinéfilos –vale la pena el “lugar común”–, especialmente para los fanáticos de su cine. Para los que no lo son, o no lo conocen lo suficiente, es una excelente forma de descubrirlo y querer ver toda su obra. Una aclaración para los que no vieron sus películas: casi todas las que se analizan en el documental están spoileadas en sus finales y/o escenas clave, lo cual puede ser un problema para los que quieran ver De Palma habiendo visto muy poco de su filmografía. Es cierto que es necesario hablar de eso para entender ciertas escenas y decisiones, pero uno podría pensar que es un potencial problema para jóvenes cinéfilos que lo conocen poco. Especialmente cuando es un cineasta de películas de suspenso en las que las resoluciones tienen bastante importancia.

Más allá de eso, De Palma es una fiesta. Como ya puse en un tuit, el único problema es que no dure el doble de los 110 minutos que dura. Por momentos el repaso por la carrera se siente apretado y apresurado y uno sabe que debe haber mucha más entrevista grabada y cosas para contar. Nos quedamos esperando la edición especial con el resto del materia. (Diego Lerer – micropsia.otroscines.com)