Do the Right Thing sucede en el Bedford Stuyvesant, uno de los barrios más humildes de Brooklyn, donde viven varias familias de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una familia italoamericana que tiene una pizzería. Mookie, un chico que trabaja de repartidor de pizzas, conoce bien a los vecinos y es testigo privilegiado no sólo de la vida cotidiana del barrio, sino también de las tensiones y del racismo de algunos de sus habitantes.

  • IMDB Rating: 7,9
  • Rottentomatoes: 93%

Película / Subtítulo

Tercera película del director independiente Spike Lee, Do the Right Thing plantea con rigor y objetividad un de los principales problemas de los Estados Unidos de la actualidad, la violencia racial. A partir de un hecho real (el asesinato de un chico negro a manos de un grupo de chicos blancos cerca de la pizzeria New Park de Howard Beach, en el barrio de Queens de Nueva York, el 20 de diciembre de 1986), el director norteamericano construye una historia inventada pero absolutamente realista, en la que no hay un protagonista claramente definido. El personaje de Mookie (interpretado por el propio Spike Lee), el repartidor de pizzas, es el hilo conductor de una película de estructura vertiginosa, con varias líneas dramáticas y múltiples personajes que se cruzan y se complementen dando al conjunto su sentido último y definitivo. Sal (Danny Aiello), un italoamericano que dirige una pizzeria en la que también trabajan sus hijos Vito (Richard Edson) y Pino (John Turturro); Da Mayor (Ossie Davis), un viejo borracho y amable que se ha autoproclamado «alcalde» del barrio; Buggin’ out (Giancarlo Esposito), un afroamericano dispuesto a llevar la lucha racial hasta sus últimas consecuencias, y Smiley, un retrasado mental que vende fotos de Martin Luther King y Malcolm X, son personajes de gran profundidad psicológica y riqueza de matices, claramente inspirados en la realidad, que trascenden su carácter particular – no debemos olvidar que la historia transcurre en su totalidad en un sitio concreto y bien delimitado – para convertirse en arquetipos universales perfectamente extrapolables a cualquier otro lugar del mundo. Otros personajes, como Radio Raheem (Bill Nunn), un gigante de dos metros que se pasea arriba y abajo con un inmenso equipo de música escuchando a todo volumen la canción Fight the Power del grupo de rap Public Enemy, que se constituye en una especie de leit motiv de la película; Mister Love Daddy (Samuel L. Jackson), un extravagante locutor de radio; Mother Sister (Ruby Dee), una mujer mayor aparentemente antipática que se pasa el día observando desde la ventana de su casa las evoluciones de los vecinos del barrio, y tres viejos divertidos que se pasan el día sentados en la calle comentando la jugada, son utilizados por el director para ir puntuando la acción y para imprimir al relato un ritmo trepidante, sin tiempos muertos, que acaba por atrapar completamente al espectador. La cotidianedad de los personajes de Do the Right Thing, sumado a las tensiones que, poco a poco, el espectador va descubriendo entre ellos, son el motor que hace adelantar la acción, dando pistas inequívocas del posterior desarrollo de la acción, una brutal explosión de violencia racial que parece tan absurda como inevitable.

De forma directa o indirecta, los enfrentamientos y conflictos entre las diferentes comunidades que viven en el barrio (negros, hispanos, asiáticos y italoamericanos) son presentes en casi todo momento en la narración. El frágil equilibrio entre los habitantes de a pie de Brooklyn en el que transcurre toda la acción se va desencajando poco a poco, dando muestras de una situación de crispación y de enfrentamiento. Los recelos, la envidia, las actitudes racistas e insolidarias van apareciendo poco a poco, pero el director en ningún momento juzga la actitud de los personajes ni sus acciones. Do the Right Thing se constituye, así, en una radiografía de la violencia racial en los Estados Unidos, pero no de una violencia racial concreta y determinada sino, más bien, de una actitud intolerante que se extiende por igual a todas las comunidades y grupos sociales: el conflicto racial une y a la vez separa a los personajes.