Matrimonio all’Italiana comienza en Nápoles, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Filomena Marturano, una bella joven que está sola en el mundo, trabaja en un prostíbulo, pues no encuentra otra manera de ganarse la vida. Allí es donde conoce a Doménico Soriano, más conocido como Don Mimi, un acomodado burgués que la retira de la profesión y la lleva a vivir a su casa.

Mejor Película de Habla No Inglesa (Premios Globo de Oro 1964)

Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Producción (Premios David di Donatello 1965)

  • IMDb Rating: 7,5
  • Rotten Tomatoes: 80%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

“Filumena me pertenecía como el acento
de Pozzuoli, como vía Solfatara”.
-Sophia Loren

Filumena Marturano es un drama teatral muy popular, escrito por el dramaturgo y actor napolitano Eduardo De Filippo, y que este creó para el lucimiento en escena de su hermana Titina. Estrenado en Italia 1946, de esta obra hay versiones para el cine, la televisión y el teatro, incluso en Londres y en Broadway. En 1950 De Filippo dirigió una adaptación para cine y ese mismo año la gran Tita Merello protagonizó otra versión realizada en Argentina. Grandes actrices han asumido ese papel, tanto en las tablas como en el cine, mujeres de la talla de Regina Bianchi, Pupella Maggio, Katy Jurado, Joan Plowright y Judi Dench. Sin embargo, el público cinéfilo recuerda a una Filumena muy especial, la que interpretó Sophia Loren en Matrimonio all’Italiana (1964), dirigida por Vittorio De Sica.

De Sica venía de tener resonancia internacional con Ayer, hoy y mañana (Ieri, oggi e domani, 1963) y es en la estela de ese éxito –en la que reunió a la Loren con Marcello Mastroianni- en donde planea convocarlos otra vez para un nuevo filme. El segmento “Adelina” de Ayer, hoy y mañana fue escrito y adaptado por Eduardo De Filippo, de ahí que pensar en Filumena Marturano como siguiente proyecto -con producción de Carlo Ponti, el marido de Sophia- no fuera difícil para De Sica, que reunió a un cuarteto de guionistas para hacer la adaptación (Renato Castellani, Tonino Guerra, Leo Benvenuto y Piero de Barnardi). El título sería un homenaje a Divorcio a la italiana (Divorzio all’italiana, 1961) de Pietro Germi, donde también actúa Mastroianni.

A partir de Los desconocidos de siempre (I soliti ignoti, 1958) el cine italiano entra en una etapa diferente, alejada de las formas neorrealistas puras, para abrazar la llamada commedia all’italiana, donde el énfasis continua siendo social, pero enfocado desde una perspectiva ligera, satírica y humorística. Sus intenciones de denuncia persisten, pero sin el tono dramático y trágico de los títulos neorrealistas. El país viene en un proceso de reconstrucción económica, social y política, y el cine va a reflejar ese optimismo a través de este mal llamado “neorrealismo rosa”.

Vittorio De Sica fue uno de los cultores más emblemáticos del neorrealismo, pero para este, su vigésimo largometraje, ya tiene más que claro que su cine tiene que moverse hacia las nuevas corrientes comerciales, pero igualmente capaces de ser expresivas y sugerentes. Sophia Loren en su libro de memorias, Ayer, hoy y mañana, reconoce la labor del director en esta cinta al mencionar que De Sica “Ambientó esta hermosa historia, con sus monólogos y sus diálogos, en la calle, en los callejones, en el Vesubio. Llevó a Filumena a Agnano a ver las carreras de caballos, a la iglesia de la piazza del Gesù, y a la elegante pastelería Soriano, tan real que la película parece desprender el olor a pasteles recién hechos. Coloreó la historia con imágenes, le dio movimiento, la hizo viajar a través del tiempo. Fuera del teatro, liberó a Filumena de los límites de su madurez y contó su juventud a través de largos flashbacks que la describen como una chiquilla de cabellos cortos, aterrorizada por la bombas que caen alrededor del casino y , más tarde, como a una joven belleza napolitana, alegre y explosiva”.

La actriz está haciendo referencia a la estructura narrativa de un filme que parece empezar por el final, pues esas secuencias iniciales van seguidas de un largo flashback contado desde la perspectiva del personaje de Mastroianni, llamado Don Doménico. Sin embargo regresamos al tiempo presente, avanzamos y luego nos embarcamos en otro flashback, más breve, ahora desde el punto de vista de Filumena (Sophia Loren). Después la historia continúa avanzando en el presente un tramo más, hasta culminar ¿Y de que historia trata Matrimonio all’Italiana? De la difícil y muy larga relación entre un hombre de negocios, Doménico (Mastroianni), que conoce durante la Segunda Guerra Mundial a una joven prostituta napolitana a la que va a convertir en su amante y en su compañera de vida y de negocios a lo largo de más de dos décadas. Es complejo el lazo que los une; él no siente ninguna obligación hacia ella: entra y sale de su vida, sabiendo que siempre la va a encontrar disponible en el prostíbulo y luego en su casa; mientras tanto ella se hace más dependiente de él y le tolera las humillaciones derivadas de su condición. Él la quiere tener cerca, pero no desea que lo relacionen con ella, avergonzado de sus orígenes; ella quiere casarse, quiere ser respetada, que él deje de utilizarla.

Gran tiempo del metraje me pregunté porque siendo Filumena una mujer tan hermosa y temperamental se aguantaba tal situación, porque accedía a ser humillada y tratada sin deferencia alguna por un hombre ególatra que se aprovechaba a toda hora de su posición dominante. ¿Era acaso el amor puro que todo lo tolera y todo lo perdona? Es imposible contar más del argumento, pero créanme que Filumena tiene sus razones válidas para soportar a Doménico.

Según lo que he narrado Matrimonio all’Italiana no parece una comedia, sino un drama que enfrenta a dos clases sociales y que habla de la curiosa connivencia de la sociedad italiana frente a la prostitución y al concubinato en general: hacían uso de una doble moral que permitía que el hombre utilizara los servicios sexuales de una mujer, pero que no veía con buenos ojos que se relacionara con esa misma mujer más allá de los ámbitos privados o secretos. Sin embargo De Sica y sus guionistas se encargaron de dotar al filme de un tono de farsa, que se sirve del proverbial histrionismo italiano para conseguir un efecto cómico que sublima la crítica social del relato. El largometraje fue nominado al premio Óscar a mejor película en lengua extranjera y Sophia Loren fue candidatizada a mejor actriz principal

Ahora hablemos del final… bueno en realidad no puedo contar el final. Solo puedo anticiparles que el 19 de diciembre de 2014, cuando se conmemoraron cincuenta años del estreno en Italia de Matrimonio all’Italiana, Doménico y Filumena celebraron sus bodas de oro. ¡Salud! (Juan Carlos González A. – tiempodecine.co)