Mishima A Life in Four Chapters es un retrato biográfico del consagrado autor japonés Yukio Mishima. La película investiga la inquietud interior y las contradicciones de un hombre que trató de alcanzar una imposible armonía entre sí mismo, el arte y la sociedad. La trama se centra en el día en que Mishima conmocionó al mundo, al hacerse en público el seppuku o harakiri (25 de noviembre de 1970), en el Cuartel General del Ejército. El relato está salpicado de flashbacks para contar diversos episodios de su infancia, sus comienzos como escritor, el posterior triunfo profesional, su tranformación en estrella mediática, sus obsesiones por la belleza física y sus ambiguos gustos sexuales, así como la creación de la «Sociedad del Escudo». Los diversos episodios (1. La belleza; 2. Arte; 3. Acción; 4. Armonía de la pluma y la espada) evocan asimismo estilizados fragmentos de sus obras de ficción más reputadas (El Pabellón de Oro, La Casa de Kyoto y Caballos Desbocados).

Mejor Contribución Artística en el Festival de Cannes 1985

  • IMDb Rating: 7,9
  • RottenTomatoes: 91%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Cuando Yukio Mishima cometió seppuku, un suicidio ritual japonés, después de intentar sublevar infructuosamente a las tropas del Ejército de Japón en el Cuartel General en Tokio para derrocar el sistema político impuesto tras la Segunda Guerra Mundial y devolverle el poder real al Emperador, era considerado el escritor más famoso de Japón en el mundo y un artista reconocido por su provocativa lucidez dentro y fuera de su país. Para todos la noticia fue un shock, pero Mishima había planeado ese acontecimiento por cuatro años con meticulosidad y antes de partir hacia su destino había enviado el último manuscrito de la tetralogía El Mar de la Fertilidad, La Decadencia de un Ángel (1971), a su editor, que lo publicó un año más tarde.

Paul Schrader escribió junto a su hermano Leonard, que venía de adaptar la novela del escritor argentino Manuel Puig, El Beso de la Mujer Araña (1976), dirigida en la pantalla grande por Héctor Babenco, el guión de Mishima A Life in Four Chapters. Paul Schrader había dirigido anteriormente Blue Collar (1978), Hardcore (1979), American Gigolo (1980) y Cat People (1982), films que auguraban un gran futuro a un joven realizador, pero Mishima fue más allá. La película era una rara obra de arte que pocos esperaban y a todos maravilló.

Las ideas y las acciones del escritor japonés Yukio Mishima fueron controvertidas y malinterpretadas por el público en general. En el final de su vida desarrolló ideas reaccionarias, formó una fuerza militar paramilitar para restaurar el poder del emperador, la Sociedad del Escudo (Tatenokai), defendió el código de honor samurái y el tradicionalismo japonés. A lo largo de su vida y de su obra analizó los lugares más recónditos y sórdidos de la sociedad japonesa de posguerra, encontrando en la belleza corporal, la homosexualidad, la locura y la muerte la inspiración para una literatura romántica cuyos trazos pueden ser rastreados en las obras de Georges Bataille, Pierre Klossowski y Witold Gombrowicz.

En los cuatro capítulos que componen Mishima A Life in Four Chapters, los Schrader escenifican teatralmente tres obras de Mishima, El Pabellón de Oro (1956), La Casa de Kyoko (1959) y Caballos Desbocados (1969), la segunda parte de El Mar de la Fertilidad, intercaladas con la última puesta en escena de su vida como una preparación para este momento, ejercicios para el cuerpo y el espíritu que van construyendo una visión del mundo, avanzando hacia el acontecimiento final.

El Pabellón de Oro remite a un episodio real ocurrido en 1950, el incendio del templo budista homónimo por parte de un joven monje trastornado por la belleza imperturbable de esta imponente joya de la arquitectura japonesa. La Casa de Kyoko es una novela sobre la relación entre la belleza y el dolor, el erotismo y la muerte, muy relacionada con la obsesión corporal del autor. Caballos Desbocados prefigura lo que será su acción junto a la Sociedad del Escudo, un intento de restaurar las glorias del Japón Imperial por parte de jóvenes entusiastas.

La angustia ante la inevitable descomposición del cuerpo, la belleza de las delicadas tradiciones japonesas, el homoerotismo y las distintas formas de entender la sexualidad, las contradicciones de la cultura de la posguerra del país derrotado, la herida en el orgullo social traducida en vergüenza y abrazo a la cultura occidental como sucedáneo, la acelerada desaparición de algunos rasgos característicos de la cultura japonesa, la disociación entre la palabra y la acción, los delirios de restauración imperial y la obsesión por la muerte y su relación con la sensualidad son algunos de los elementos que Paul Schrader trabaja sobre Yukio Mishima, un autor prolífico que escribió cuarenta novelas, dieciocho obras de teatro, veinte libros de relatos y veinte ensayos.

Sin lugar a dudas la resonante música minimalista de Philip Glass, una de las mejores composiciones de la larga y fructífera carrera del músico norteamericano, es una de las grandes protagonistas, otorgando al film una dimensión gloriosa y épica acorde con el espíritu ampulosamente romántico de Mishima. Interpretada por Kronos Quartet, las canciones le dan vida a cada escena, generando una unión entre música y cine pocas veces tan trascendentalmente amalgamada.

La escenografía teatral de Mishima es realmente maravillosa, destacándose visualmente la representación del increíble Pabellón de Oro de Kyoto, la torturada y obsesiva mirada corporal sin igual de La Casa de Kyoko y algunas escenas muy logradas de Caballos Desbocados, una de las obras más importantes del autor de Confesiones de una Máscara (1949).

La fotografía del incansable John Bailey logra un contraste desbordante de delicadeza entre las escenas en blanco y negro de la vida de Mishima y las puestas en escena de las obras seleccionadas. Ken Ogata realiza una labor estupenda en su interpretación de Yukio Mishima, pero todas las actuaciones desbordan de un gran vitalismo romántico. El actor Roy Scheider narra vía voz en off la vida y la obra de Mishima con una grave profundidad que da cuenta del rigor y la severidad que el escritor impuso sobre sí mismo para moldearse corporal y espiritualmente con el fin de dejar una obra que conecte las virtudes y los sufrimientos del cuerpo con el arte y la belleza.

Yukio Mishima se construyó a sí mismo como un icono estilístico, una figura pública que encarnaba una mirada hacia el pasado y otra hacia el futuro, siempre al borde de un precipicio. Disociar su obra y su vida es casi imposible, ya que su producción remite muchas veces a cuestiones autobiográficas o a sus deseos y anhelos más ardientes. Admirador de Yasunari Kawabata, quien lo introdujo en los círculos literarios y artísticos japoneses, Mishima fue siempre un escritor controversial por sus ideas políticas radicales de derecha, con las que interpeló al Japón de la posguerra en sus heridas más profundas para finalmente decidir morir con el mismo entusiasmo vertiginoso y espectacular con el que encaró la vida, intentando unir la palabra y la acción. (Martin Chiavarino – MetaCultura.com.ar)