November nos lleva a una aldea pagana estonia donde los hombres lobo, las plagas y los espíritus vagan. El principal problema de los aldeanos es como sobrevivir en el frío, oscuro invierno. Y, para lograrlo, nada es un tabú. La gente se roban unos a otros, a sus señores alemanes, a los espíritus, al diablo y a Cristo. En ese contexto, la joven Liina está irremediablemente enamorada de Hans, de una granja cercana, cuyo corazón se pierde por la hija de un señor alemán. Para recuperar su amor, Liina hará lo que sea necesario, incluso si ello significa aprovechar la magia negra que circula alrededor de la aldea.

Mejor Fotografía en el Festival de Cine de Tribeca 2017

  • IMDb Rating: 7,2
  • RottenTomatoes: 95%

Película (Calidad 720p. La copia tiene subs en español)

 

El director estonio Rainer Sarnet pretende dejar a los espectadores con la boca abierta en el Festival de Cine de Tribeca con su nueva película November, una historia en blanco y negro sobre sentimientos en un brutal ambiente metafísico, donde los fantasmas campan a sus anchas y las personas tienen que encontrar su camino a través de una jungla caótica de coexistencia y competición entre creencias religiosas.

La historia se desarrolla durante la época feudal en Estonia, cuando los campesinos tenían que ganarse el jornal bajo el mando de los terratenientes alemanes. Una campesina llamada Liina (Rea Lest) se enamora de Hans (Jörgen Liik), pero éste está obsesionado con la joven baronesa (Jette Loona Hermanis). Este amor no correspondido hace que Liina salga a correr por las noches como un hombre lobo, Hans emplea un kratt (un ente fantástico hecho de utensilios domésticos dotado de alma por el demonio mediante un contrato que requiere tres gotas de sangre) para que sus ocultos secretos se hagan realidad, y el destino de la baronesa pende de un hilo al pasar las noches sonámbula en el tejado de la mansión.

Filmada en un impresionante blanco y negro, con fotografía de Mart Taniel, November nos transporta a un mundo en el que las vidas de los aldeanos se sustentan en las antiguas creencias paganas, en los espíritus animistas y las criaturas metafísicas. Una plaga llega en forma de mujer joven, y los fantasmas de los ancestros van al lago a lavarse la noche de Halloween. El cristianismo ha arraigado en los aspectos pragmáticos de la vida: la hostia se escupe después de la misa y se guarda como amuleto junto con una bala cuando se va de caza, para asegurarse de que se da en el blanco.

November se centra en la paradoja que caracteriza a la sociedad estonia. El país se enorgullece de ser una de las naciones más ateas de Europa, junto con los checos y los islandeses, pero no se dan cuenta de que el vacío que deja la falta de sistema religioso se llena con la más extravagante superstición. Abundan los péndulos, los cristales y la “espiritualidad” insustancial, la gente cree en el más allá, la reencarnación, el nirvana, los extraterrestres, la iluminación, el Kama Sutra, las brujas, los bosques y los animales. Como no hay una religión unificada en November, la gente tiene que caminar por este terreno peligroso como si fuera un campo de minas, para no enfadar a los numerosos entes que les rodean. Sin creencia, la vida está dictada por deseos superficiales como obtener cosas materiales por todos los medios, ya sea empleando un kratt para acumular riquezas durante la noche, o robando descaradamente. La mayoría de las personas han vendido su alma al diablo en varias y turbias transacciones, y no hay mucho que esperar, ni de esta vida ni de la siguiente. Solo nos quedan dos preguntas: ¿Puede el amor prosperar en estas horribles circunstancias? ¿Se puede encontrar algún corazón puro en medio de toda esta locura? Como romántico empedernido, Sarnet cree en la posibilidad de amar, pero en estos días tan oscuros, no es nada fácil sobrevivir, menos aún tenerlo todo. (Tristan Priimägi – Cineuropa.org)