En O que Arde, Amador sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas lucenses, donde volverá a convivir, al ritmo sosegado de la naturaleza, con su madre, Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas.

Premio del Jurado en la Sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2019
Mejor Película y Mejor Guión en el Festival de Cine de Mar del Plata2019
Mejor Actriz Revelación y Mejor Fotografía en los Premios Goya 2019

  • IMDb Rating: 7,1
  • RottenTomatoes: 92%

Película (La copia viene con subs en español)

 

«Es el pirómano que ha quemado la montaña entera de Lugo. Un condenado». Este hombre taciturno marcado a fuego por la sociedad es el hilo conductor de la impresionante O que Arde, el segundo largometraje de ficción de Óliver Laxe, vencedor del Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes 2016 con la hipnótica Mimosas. De visita por tercera vez (con su tercera película) en la Croisette, en donde fue la revelación de la Quincena de los Realizadores en 2010 con el documental Todos vós Sodes Capitáns, el cineasta franco-gallego continúa su ascensión en la esfera más alta de los autores internacionales, ya que su última obra se ha colado en la Selección Oficial, en concreto en el programa Un Certain Regard, del 72o Festival de Cannes. Una progresión totalmente merecida, como dan fe su excepcional calidad cinematográfica vertebrada en la increíble potencia de sus imágenes y atmósferas, que trascienden un realismo casi documental para sorprender al espectador en contrapunto a un argumento intencionadamente austero.

Al final de un prólogo especialmente sobrecogedor a nivel visual y sonoro formado por motores de obras que salpican de luz y ruido la noche, que abren un agujero en el bosque, derribando un impresionante número de eucaliptos antes de quedarse inmóvil frente a un árbol majestuoso, O que Arde se coloca en las espaldas de su protagonista, Amador (Amador Arias), un cuarentón que sale de la cárcel dos años después de haber ingresado en ella, que toma un autobús para ir a su pueblo natal en Galicia. De vuelta en la casa aislada en el corazón de las montañas, en donde vive su anciana madre Benedicta (Benedicta Sánchez), que acepta acogerlo sin hacerle preguntas superfluas («- ¿Puedo quedarme un rato? – ¿Tienes hambre?»), el lacónico protagonista se deja llevar por un día a día que consiste en llevarle pasto a sus tres vacas, acompañado por su perro Luna. Algo más lejos, los vecinos restauran una construcción con la esperanza de desarrollar el turismo, y en el pueblo, a donde Amador va muy pocas veces, se le ignora o directamente se burlan de él («¿tienes fuego?») por respeto al sufrimiento que ha tenido que soportar su madre. Un duro invierno pasa bajo lluvias torrenciales en la rutina minimalista del día a día de la madre y de su hijo profundamente inmersos en la naturaleza. Con la llegada de la primavera, irrumpe ese ritmo una simpática veterinaria (Elena Fernandez) que acaba de llegar a la zona antes del verano, la temporada más peligrosa para los incendios forestales…

Apoyándose en el notable trabajo del director de la fotografía Mauro Herce, Oliver Laxe da forma a una obra sorprendente cuya sequedad narrativa se pulveriza con la intensidad de las secuencias cuando O que Arde se vierte brutalmente hacia el corazón del fuego. La dirección es un verdadero tour de force que recompensa con creces la paciencia exigida previamente por la sobriedad extrema del argumento, y que da prioridad, de manera exitosa, a las sensaciones del espectador. Ya que en el cine, cuando hay excelencia, y como deja caer al hablar sobre otro tema uno de los personajes de la película, “para que te guste la canción, no hace falta entender la letra.” (Fabien Lemercier – CinEuropa.org)