Una mezcla de dos nacionalidades, un maestro de la imagen en movimiento, Héctor Babenco fue en la vida un poco de todo: desde un vendedor de tumbas hasta un extra de spaghetti western, desde un fotógrafo de asadores hasta un director de cine nominado al Oscar. Polémico, controvertido, exigente y genial, ganó en Locarno, compitió en Cannes, brilló en Hollywood y dirigió titanes como Meryl Streep, Jack Nicholson y Willem Dafoe. Fue un gran cineasta, aparece en libros de referencia de cine en todo el mundo y ahora es el protagonista de su documental. La película es una inmersión poética en blanco y negro en los recuerdos y sueños del cineasta. Siempre en un tono lírico, nunca periodístico, sigue de cerca su vida y su muerte. Pero como Héctor tenía muchas vidas, también tuvo muchas muertes.

  • IMDb Rating: 7,3
  • Rotten Tomatoes: 80%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Llevando al extremo su despedida nostálgica de los grandes cineastas clásicos, Wim Wenders filmaba, en Nick’s Film – Lightning Over Water (1980) los últimos días de vida de Nicholas Ray, realizador de Rebelde sin causa y The Lusty Men. Cinco años atrás la actriz brasileña Bárbara Paz hizo lo propio con su compañero Héctor Babenco, tal vez como forma de imprimir un retrato postrero del realizador de El beso de la mujer araña y El pasado. Babenco moriría de cáncer en 2016, a los 70 años. Grabada en blanco y negro, lejos de un documental convencional Babenco: Alguém Tem que Ouvir o Coração e Dizer Parou es un ensayo o patchwork documental. Paz integra las últimas imágenes del cineasta marplatense, brasileño por adopción, en un flujo visual y narrativo que las incluye y trasciende, en pos de reflejar el mundo interior de su protagonista.

Coproducida por Willem Dafoe y estrenada el año pasado en el Festival de Venecia, Babenco: Alguém Tem que Ouvir o Coração e Dizer Parou es una película dolorosa, pero no morbosa. El organismo de Babenco está dañado, no así su cerebro. El realizador, que se enfermó de cáncer inmediatamente después de terminar El beso de la mujer araña, a los 38 años, sabe de sobra de qué padece. Así como en ocasiones se quiebra, en otras reflexiona sobre el sentido de la enfermedad y de la finitud, dialoga con su compañera sobre las drogas que toma para combatir el cáncer, se retrotrae hasta su infancia y hasta se permite tomar su muerte con humor. Pero además le indica a Bárbara Paz cómo debe encuadrarlo (asombrosamente la realizadora parece no saber cómo hacerlo, o tal vez se trate de que está actuando de “directora inexperta”) y recuerda sus variados oficios antes de iniciarse como cineasta. Oficios que incluyen el de vendedor de tumbas, y más tarde de extra en westerns del montón. De lo que Babenco habla poco y nada es, curiosamente, de sus películas. Tal vez porque, como define en un momento, para filmar primero hay que vivir.

Celebrando la vida al borde de la muerte, Babenco baila Cheek to Cheek como podría hacerlo Fred Astaire, en su habitación de sanatorio. Paz, que además de actriz es bailarina, interpreta a su vez una coreografía propia de Cantando bajo la lluvia, en una escena de Meu amigo hindú (2015), último film de Babenco, interpretado por Willem Dafoe e inédito en Argentina. En las ocasiones en las que el material lo permite, Paz hila visualmente escenas de las películas de su compañero, como cuando una serie de corridas, tomadas de distintos films, parecen armar un mapa de la desesperación. La yuxtaposición de imágenes y de planos narrativos permite ver la película como un largo sueño, o tal vez una serie de sueños que se montan unos con otros. De hecho Paz “filma un sueño” en el que Babenco concreta su ilusión de brindar una última cena, en la que amigos y parientes se reúnen para “celebrar” su muerte. Confirmando que no se trata de pornografía necrofílica, Babenco: Alguém Tem que Ouvir o Coração e Dizer Parou termina con el cumplimiento de un deseo, y no con una muerte. (Horacio Bernades – pagina12.com.ar)