Quo Vadis, Aida? sucede en Bosnia, en julio de 1995. Aida trabaja como traductora para la ONU en la pequeña ciudad de Srebrenica. Cuando el ejército serbio ocupa el pueblo, su familia está entre las miles de personas que buscan refugio en los campos de la ONU. Como participa en las negociaciones, Aida tiene acceso a información importante.

Mejor Película Internacional en el Göteborg Film Festival 2021

  • IMDb Rating: 7,7
  • RottenTomatoes:

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Aunque no tiene nada que ver con la novela histórica de Henryk Sienkiewicz sobre la persecución de los primeros cristianos en la Antigua Roma, lo cierto es que Quo Vadis, Aida?, la película de Jasmila Žbanić presentada en la competición del 77º Festival de Venecia, provoca auténticos ataques al corazón. Con un ritmo rápido e implacable, la historia se centra en Aida (una fantástica Jasna Đuričić), una profesora convertida en traductora de la ONU en Srebrenica, que intenta encontrar su camino después de que la zona se convierta en un infierno cuando el ejército serbio toma el control. La película también se centra en su esposo y sus dos hijos, escondidos entre las masas de gente que piden desesperadamente refugio en el campamento.

La cinta presenta un enfoque asfixiante de la guerra, parecido al de Dunkirk, mientras Aida se embarca en una carrera contrarreloj para salvar a su familia. Como una persona que acompaña constantemente a los que están al mando, Aida sabe muchas cosas, demasiadas como para aceptar sus promesas y ser capaz de repetir esas palabras vacías a todos los rostros cansados y confundidos que se presentan ante ella. Le dicen, en dos idiomas, que «los holandeses han cerrado el campo», a pesar de que Srebrenica fue declarada zona segura de la ONU.

A medida que pasa el tiempo, mientras todo el lugar parece encogerse, la película de Žbanić (editada con maestría por Jarosław Kamiński, montador de Cold War) se desarrolla como un auténtico thriller. En realidad, lo único que le falta es una cuenta atrás con la música de 24. Aún así, dada la sangrienta historia de Srebrenica, no cabe esperar salvadores ni giros de última hora. De hecho, incluso un hombre seguro de que recibirán ayuda acaba encerrándose en una habitación y pidiendo que lo dejen solo.

Esta dureza coincide con el tema de la película, que resulta inmersiva e increíblemente atractiva. El tiempo se ralentiza tan solo durante un flashback, un momento feliz durante la competición al mejor peinado de Bosnia Oriental. Sin embargo, la trama vuelve rápidamente a evadir las preguntas de la gente y la coletilla: «¿Qué está diciendo?», repetida una y otra vez, aunque a nadie le importe realmente. No es de extrañar que, a pesar de que no hay un minuto que perder con monólogos grandilocuentes, Žbanić logra mostrar todos los aspectos de la guerra (después de todo, la cineasta ganó el Oso de Oro por Grbavica: El secreto de Esma). Entre estos aspectos encontramos la falta de comunicación, la total impotencia de casi todos los involucrados, a pesar de sus declaraciones, y el sudor frío que provoca comprobar que no hay salida. El hecho de que la historia no hable de un pasado remoto, sino de un evento ocurrido en 1995 (descrito como «un gran trauma para todos los bosnios»), la hace aún más aterradora, especialmente cuando se filtra a través de todas esas voces que claman «patriotismo» en la actualidad. Resulta muy revelador ver que en Quo Vadis, Aida?, las personas que llevan armas son gente conocida, como los antiguos alumnos de Aida o un amigo de la universidad. Es absurdo y aterrador, y puede volver a suceder. (Marta Balaga – CinEuropa.org)