En Raw, Justine, es una estudiante brillante y prometedora, pero al ingresar en la facultad de veterinaria descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Durante la primera semana, obsesionada por encajar con sus compañeros de clase, se aleja de los principios que le han inculcado su familia, y come carne cruda por primera vez. Las consecuencias no tardan en llegar, y la joven empezará a desvelar su verdadera naturaleza

Premio FIPRESCI en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2016
Mejor Película Europea en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2016
Mejor Director en la Sección Next Wave del Festival de Cine Fantástico de Austin 2016
Mejor Ópera Prima en el London Film Festival 2016
  • IMDb Rating: 7,3
  • RottenTomatoes: 90%

Película / Subtítulo (Calidad 1080p)

 

Todos los años hay una película en Sitges que levanta especial expectación. A l’interieur, Martyrs o A Serbian Film son buena muestra de ello. Todas llegaron con una leyenda negra que las hacían más apetecibles (que si alguien le da un ataque en plena sesión, que si censurada en nosecuantos países, que si hace vomitar…), y además solían cumplir en mayor o menor medida con esas elaboradas jugarretas de marketing.

Raw es la película de Sitges 2016 de la que todo el mundo habla, ya que en el Festival de Toronto hubo un par de personas que sintieron náuseas y casi se desmayan. ¿Es para tanto? Definitivamente no, pero eso no quiere decir que sea mala. Es más, en mi opinión es mejor que las tres citadas anteriormente. Pero no es más escabrosa, ni más gore, ni más deprimente. Raw cuenta la historia de Justine, una jovencita vegetariana que va a empezar los estudios de veterinaria en la universidad, tal y como hicieron su padre, su madre y su hermana mayor, que todavía está en el campus. La prueba de iniciación para novatos (comer carne cruda) la hará descubrir su verdadera naturaleza, debiendo elegir entre luchar consigo misma o dejarse llevar por sus instintos más primarios.

Cuando apareció el logo de Universal Studios sabía que esta película no sería tan fuerte: cuando una major se lía la manta no suele arriesgar. Y, efectivamente, no arriesga demasiado, aunque hay un par de escenas que pueden resultar angustiosas para cierto tipo de personas. El punto fuerte de Raw es la evolución del personaje principal, cómo se desvelan las cosas a cuentagotas, los giros de guión inesperados, y la tensión y claustrofobia que transmite todo el metraje. El mérito es de la guionista y directora, Julia Ducornau, que rueda el filme con un pulso preciso e inquebrantable. Sin hacer sangre, es capaz de transmitirte la angustia que siente Justine y la lucha interior que batalla, al tiempo que la muestra empática y tierna con su hermana, con la cual tiene diversos encontronazos más o menos violentos. Es curioso cómo pasan de darse de guantazos a defenderse mutuamente, todo en una misma escena. Amor de hermanas de toda la vida.

Lo mejor de Raw es lo bien justificado que está todo. Justine no se vuelve caníbal porque si, sino que tiene un arco emocional y vive una serie de eventos que la transforman, llevándola de la mojigatería más conservadora a aceptarse tal y como es. Además del mal rollito que da, tiene muchísimos puntos cómicos que, lejos de destensar la historia, sirven como trampolín para darte en el hocico con un giro que no esperas.

Como habréis podido deducir estoy maravillado con Julia Ducornau. Es genial cómo te hace padecer en ciertas escenas, como te angustia en otras, cómo te hace reír, cómo consigue sobrecogerte. Espero que no sea una isla solitaria en el mar del talento, sino la confirmación de las futuras alegrías que nos puede dar. De momento le rindo pleitesía y me postro a sus gabachos pies.

Raw solo tiene una cosa mala, y es la expectación que los encargados del marketing están levantando a su alrededor. No hay una escena en la que se mezcle canibalismo y sexo (aunque si que hay una escena de sexo, y es sencillamente genial), ni tampoco es tan fuerte como para que te den ganas de vomitar. Raw es un drama, una parábola sobre el cambio de la adolescencia a la adultez, una oda a la aceptación de uno mismo. Me parece muy acertado que se obvien las partes más escabrosas, al contrario de lo que probablemente hubiera hecho Pascal Laugier.

Raw es una película razonablemente arriesgada, original, cómica, angustiante y tierna. Genial, en definitiva. Se merece una carrera comercial exitosa, y su directora debería gozar de libertad para afrontar sus próximos proyectos. Estoy deseando ver su próxima película (Agustín Olivares – noescinetodoloquereluce.com)