The Act of Killing trata sobre el golpe de estado militar en 1965 ocurrido en Indonesia donde el general Suharto ocupó el poder luego de producido. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar «gángsters»-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los horribles crímenes -torturas, violaciones y asesinatos en masa- que tranquilamente confiesan haber cometido en el pasado.

Mejor Documental (Premios del Cine Europeo 2012)

Mejor Documental (Premios BAFTA 2012)

Mejor Documental (Premios Gotham 2012)

Mejores Documentales del Año (National Board of Review 2012)

Mejor Documental y Mejor Película Extranjera (Asociación de Críticos de Chicago 2012)

  • IMDB Rating: 8,2
  • Rottentomatoes: 96%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Me la habían recomendado hacía meses y cuando supe que se exhibía en Berlín -algo raro, ya que son pocos los casos en los que Berlín acepta estrenos que no son mundiales- la puse en mi lista de imperdibles. Pero circunstancias que no vienen al caso (me quedé dormido, bah), no llegué a verla en el único horario en el que podía. Y pasó. Pero me obsesioné por conseguirla y terminé recibiendo un link para verla online en Vimeo, via streaming. Apenas llegué a Buenos Aires la vi. Y la experiencia fue alucinante. Ahora ya quedó entre las favoritas del festival. Se trata de The Act of Killing, documental de Joshua Oppenheimer, sobre mucho más que los violentos crímenes anticomunistas de los años ’60 en Indonesia. Es, digamos, un estudio que parece probar sin duda que la maldad tiene rostro y existe de la manera más descarnada posible.

The Act of Killing plantea una línea argumental que, a mi entender, no es lo más importante del filme. Lo que hace Oppenheimer es convencer (no le hace falta esfuerzo alguno, parece) a veteranos militares y paramilitares que masacraron a más de un millón de personas en Indonesia, en 1965, acusándolos de comunistas, de “recrear” esos crímenes en forma de ficción. Esto es: podrían rehacerlos como comedias, musicales, dramas, películas de gángsters, bélicas y policiales. Y allí van, una serie de increíbles sujetos, la mayoría bastante mayores de edad, volviendo a mostrar sus asesinatos patrióticos en cámara, sin pudor, vergüenza ni culpa alguna. Al contrario, la “producción” de esos filmes parece causarles mucha gracia y hasta satisfacción. Salvo, al parecer, a uno de ellos, que podría tener ciertos remordimientos respecto a lo que hizo.

Lo que más me shockeó de The Act of Killing -dejándome literalmente con la boca abierta- es la forma en la que hoy esas personas siguen siendo vistas como héroes, celebrados, aplaudidos y temidos, cómo siguen manipulando al gobierno y generando milicias paramilitares de millones de personas que los adora. Y, peor aún, cómo ellos se vanaglorian de crímenes espantosos y violaciones a niñas de 14 años, cómo pasan recolectando dinero a lo mafioso delante de las cámaras como si fuera lo más normal del mundo, le muestran esas películas a sus nietos como si nada y otras cosas que no convendría adelantar. Bah, presten atención al momento en el que se menciona a la dictadura argentina…

Uno ha visto documentales y noticieros sobre criminales y genocidas, pero en general en esas situaciones se los ve, si no arrepentidos, al menos justificándose, poniendo excusas, diciendo que eran parte de un sistema o lo que sea que les permita tratar de aparecer como víctimas ante los demás. Aquí, no. Aquí, esperan que los aplaudan y festejen. Es como imaginarse a los torturadores de la dictadura argentina riéndose ante las cámaras de algunos de sus crímenes, recreándolos para una ficción con lujo de detalles (la escena, aquí, en la que recrean cómo le prenden fuego a un pueblo entero frente al llanto “ficticio” de los niños es tremenda) y diciendo que lo volverían a hacer cuando sea necesario.

Las delirantes producciones cinematográficas que imaginan para celebrar sus crímenes, casi todas de influencia hollywoodense, hacen preguntas incómodas sobre el rol de la violencia en el cine en el mundo real, entre otras miles de preguntas sobre la condición humana (el fanatismo, el sentirse único dueño de la verdad, la convicción de que todo vale “por la causa”) que este asombroso filme plantea. Acaso, lo único que no me convenció en The Act of Killing es el personaje “arrepentido”, el que marca un poco la línea central del guión. No le creo nada, literalmente, me parece que se muestra “torturado” para la cámara que mira con tanto cariño. Igual, si le llegara a creer, su arrepentimiento no me movería un pelo. (Diego Lerer – micropsiacine.com)