En The Plumber, Jill, la esposa de doctor Brian Cowper, está en casa trabajando en la tesis que le permitirá licenciarse en Antropología. Inesperadamente, recibe la visita de Max, el plomero que se encarga de las labores de mantenimiento del sistema de tuberías de la casa. A Jill el comportamiento de Max le resulta algo extraño, pero a su marido y a sus amigos les parece completamente normal. Una reparación en el cuarto de baño obliga a Jill y a Max a estar solos en la casa demasiado tiempo.

  • IMDb Rating: 6,5
  • RottenTomatoes: 60%

Películas / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

The Plumber es una obra menor pero muy curiosa de la primera época del australiano Peter Weir, a quien le esperaría años después una carrera exitosa en Hollywood con películas tan notables como Dead Poets Society (1989) o The Truman Show (1998). Aún con sus imperfecciones, yo siento más interés por sus films realizados en Australia, que fueron los que le llevaron al reconocimiento internacional. Siendo algunas películas más interesantes que otras, todas tenían en común un estilo críptico y a veces hasta misterioso, en que se insinuaba sin llegar a dejar del todo claro la influencia de elementos sobrenaturales, de forma que acababan siendo más películas abiertas a interpretación que films que apostaran abiertamente por la fantasía o el misterio. Los ejemplos más obvios serían The Last Wave (1977) o Picnic at Hanging Rock (1975), si no contamos su desmadrado debut bastante pasado de rosca, The Cars that Ate Pariss (1974).

El film que nos ocupa hoy estaba pensado como una obra menor situada entre dos de sus largometrajes más ambiciosos, y de hecho inicialmente iba a ser un proyecto para la televisión que luego acabó estrenándose en algunos cines. Tiene como protagonistas a un matrimonio de investigadores universitarios, Jill y Brian, que habitan en el campus. Debido a un problema con las tuberías, recurren a los servicios del fontanero del edificio, Max, que resulta ser un personaje inquietante que se infiltra en la vida Jill haciendo que ésta tenga cada vez más sospechas hacia él.

The Plumber vuelve a partir del mismo procedimiento de obras anteriores de Weir, jugando más a insinuar que mostrando claramente. El extraño comportamiento de Max y su forma de querer entrar descaradamente en la vida de Jill lo convierten en un ser potencialmente peligroso pero del que nunca conocemos sus propósitos. Su carácter al mismo tiempo amable pero con destellos de agresividad está muy bien perfilado en el guión, aunque en alguna ocasión se les escapa de las manos con algunas escenas demasiado extravagantes (por ejemplo, cuando empieza a cantar un tema de rock con su guitarra en el baño en construcción).

Por otro lado, el hecho de situar la avería en el cuarto de baño es también muy audaz a nivel de guión, ya que es uno de los espacios de la casa que exige mayor intimidad. Por tanto, tener a un extraño trabajando continuamente en el baño enfatiza aún más la idea de incomodidad que siente Jill por perder un espacio íntimo que ahora está habitado por un intruso y que, por otro lado, dificulta las reuniones que quiere tener su marido con otros investigadores.

Así pues, bajo esa premisa, Weir se apoya una vez más en el recurso de dar a entender pero sin mostrar nada claramente. En cualquier momento tememos que Max ataque a Jill o que se descubra que no es el fontanero de verdad. De hecho se lleva al espectador hacia esa idea pero luego descubrimos que no es cierta, es como si Weir jugara haciéndonos creer que nos va a conducir a un clásico relato de suspense, para luego demostrarnos que no es así y reconducirnos a un film más psicológico.

Es por ello que quizá The Plumber puede dejar un poco con la sensación de que falta algo, ese «algo» que parece estar esperando que suceda tanto Jill como el espectador. De hecho, en el desenlace de la película Jill acaba provocándolo expresamente al darse cuenta de que no sucede y de que, en realidad, no tiene ninguna prueba contra Max. En la anterior Picnic at Hanging Rock ese vacío molestaba menos porque era un film mucho más estimulante por el tipo de historia y la forma como se trataba, pero en una historia más modesta como la que nos ocupa quizá ese vacío expreso no funciona tan bien y deja un poco al descubierto las limitaciones de este pequeño proyecto, dejándolo en una película interesante pero tampoco remarcable. (ElGabineteDelDoctorMabuse.com)