Chicuarotes trata acerca de ‘el Cagalera’ y ‘el Moloteco’, dos chicos que buscan desesperadamente salir de la situación y de su pueblo natal. La travesía inicia cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, para lo cual idean distintas formas de juntar el dinero y poderse ir junto con Sugehili, la novia de ‘el Cagalera’. Esto los lleva por una aventura juvenil que desemboca en un tornado del mundo criminal.

  • IMDb Rating: 7,1

Película (Calidad 1080p)

 

Chicuarotes cuenta la historia de Cagalera y Moloteco, dos adolescentes de San Gregorio Atlapulco que buscan desesperadamente alejarse de las circunstancias opresivas en las que viven. Mucha veces andando por la ciudad, se disfrazan de payasos, pero la bromas que ofrecen al público de los autobuses o peseros no les salen bien y nadie las disfruta. Y nadie les da nada para apoyarlos. Hasta que hartos de «ser pobres», sacan un pistola y les roban lo poco que tienen.

Deciden viajar fuera de San Gregorio y para eso necesitan dinero, una vez más. La «novia» de Cagalera decide viajar con ellos. De sus sueños de niños a las más grandes tonterías, nuestra pareja de brutos e ignorantes (como los llama el hermano de Cagalera) va a acercarse al mundo criminal. Y ya entran en el camino de un destino muy al estilo noir. ¿Pero qué hacer con «una femme fatale» de quince años y héroes que tienen miedo de un padre borracho y violento?

Lo atractivo de Chicuarotes, segunda película de Gael García Bernal como director (antes había dirigido Déficit), es el modo en que utiliza la sonrisa para no llorar. Pues si miramos de modo atento,  habla de situaciones muy difíciles, de la miseria omnipresente y de una humanidad que ya olvidó la solidaridad que antes daba sentido a los pueblos pequeños. El realizador se burla con ternura de estos payasos, muchachos que sueñan pensando que soñar es tener proyectos. Hasta que no les quede otra que participar en una violación. Lo que confirma que, como siempre, el esclavo del esclavo es una esclava.

Las mujeres son las victimas de la impericia de un mundo tremendo y desquiciado. Víctima es la madre del Cagalera y cuando se pone revoltosa, ya es demasiado tarde. Así que se puede reír mucho a lo largo de este drama pero siempre sobresale una amargura que va mas allá del estilo cinematográfico del cine mexicano clásico o italiano. Los actores son perfectos de presencia y talento, invaden a la pantalla y dan ritmo consistentes a sus «aventuras». (Jean-Pierre García – EscribiendoCine.com)