En L’Amour en Fuite y tras cinco años de matrimonio y un hijo, Antoine Doinel y Christine se divorcian. Él trabaja como corrector en una imprenta y está enamorado de Sabine, empleada de una tienda de discos. Un día se encuentra allí a Colette Tazzi, la joven de las Juventudes Musicales que conoció en Antoine y Colette y que fue su primer amor. Encuentra también a otros conocidos, como Monsieur Lucien, ex-amante de su madre, y a todas las mujeres que han pasado por su vida.

  • IMDb Rating: 7,0
  • RottenTomatoes: 70%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

L’Amour en Fuite es la última del ciclo de películas de Francois Truffaut que siguen la vida de su personaje Antoine Doinel, interpretado por Jean-Pierre Léaud, desde aproximadamente los trece años hasta pasados los treinta o treinta y cinco. El ciclo completo abarca:

Les quatre cents coups (1959)
Antoine et Colette (1962)
Baisers volés (1968)
Domicile conjugal (1970)
– L’amour en fuite (1979)

L’Amour en Fuite recapitula escenas y sucesos de la vida de Doinel presentados en las cuatro películas anteriores. Es el cierre de la historia. Truffaut trabaja aquí con fragmentos en blanco y negro de Les Quatre Cents Coups y Antoine et Colette, y en color de los otros momentos del ciclo. Es oportuno este intento de resumir, de recapitular, y de buscar como una perspectiva más abarcativa de Antoine Doinel, de 1979, porque cinco años después, en 1984, Truffaut moriría a los 52 años de un tumor cerebral, dejándonos así una obra completa.

Según una entrevista que puede hallarse en youtube, con L’Amour en Fuite efectivamente Truffaut había dado por concluido el ciclo. Dice que no estaba satisfecho con ese trabajo por considerarla una película experimental. Que todos los films – al menos los de Truffaut – son experimentales al principio, pero que en su desarrollo se convierten en verdaderas películas, lo que según Truffaut no sucedía con la película que aquí se comenta. En otra entrevista reafirma que L’Amour en Fuite es el cierre del ciclo porque Antoine Doinel es un personaje «que se niega a crecer».

Respecto de su carácter experimental, efectivamente, L’Amour en Fuite puede despistar un poco. Sin embargo tiene una clave. Algo que la permite ordenar. La clave para entenderla, me parece, es una pequeña historia que Antoine Doinel cuenta dos veces. Una en la mitad y la segunda al final. La primera vez la cuenta como historia inventada. La segunda la como historia verdadera.

Estaba junto a una cabina telefónica y vio que un hombre muy enojado hablar por teléfono. Hablaba supuestamente con una mujer. Mientras se desarrollaba la conversación el hombre sacó una foto de un bolsillo y la rompió en muchos pedazos. Una vez que se fue, Doinel recogió los pedazos de la foto del piso. Al juntarlos vio la cara de una mujer joven, de la que se enamoró instantáneamente. A partir de ese momento la buscó por la ciudad. No tenía datos, sólo la foto armada con cinta scotch. Dionel cuenta esta historia primero como idea para una novela. Luego se la cuenta a la mujer de la foto para demostrarle que su encuentro no fue acccidental. Que la buscó persistentemente mucho tiempo. Se la cuenta para recuperar su amor.

Antoine Doinel recompone su vida juntando los pedazos de una fotografía, en la última de las películas del ciclo.

Esta historia se presenta en el marco de las rupturas, peleas y frustraciones amorosas de Doinel con tres o cuatro mujeres importantes para él, y de otros episodios y elementos de su vida. Esos asuntos o cuestiones se materializan viabilizan a través de la reapariciones de personajes (Colette, Monsieur Lucien, Christine Doinel), y de material de las otras películas de la serie.

La síntesis de la vida de Antoine Doinel, digamos hasta los treinta y cinco años, que hace L’Amour en Fuite no se limita a los amores. Pueden reconorse:

– Los años difíciles: la madre que no lo quería, la carencia de una familia, los años en el correccional
– Los amores y su pérdida
– La escritura y el arte

Los fragmentos de otras películas que Truffaut incluye en L’Amour en Fuite, o sea, esos pedazos de la vida de Antoine Doinel, son como los pedazos de la foto rota por el desconocido en la cabina telefónica. Hay una identidad entre los dos. Como si al juntar los pedazos de la cara digna de amor, que encuentra en el piso, recompusiera también su vida. Como si esa mujer, Sabine Barnerias (la actriz se llama Dorothée) le permitiera integrar lo que fue y lo que es. Por eso la pelicula tiene una estructura muy interesante. Podría decirse que atento a esa esctructura y a los contenidos emocionales, es una película a la vez sentimental y cerebral. (Omar Caino – PensarEnCine.blogspot.com)