En Le Jeune Ahmed, el destino del joven Ahmed, de apenas 13 años, se ha quedado atrapado entre los ideales de pureza del que le habla su imán y las pasiones de la vida.

Mejor Director en el Festival de Cannes 2019
Mejor Guión y Mejor Montaje en el Festival de Valladolid – Seminci 2019

  • IMDb Rating: 6,6
  • RottenTomatoes: 86%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

Ahmed, de doce años, se prepara en silencio. Se viste para asistir a su imán en la oración. Ejecuta con dedicación los gestos del ritual religioso. “Ya no soy un niño”, dice Ahmed. Con su cinta adhesiva escolar pone a punto su proyecto mortal. Enfrentado a su familia, Ahmed se ve atrapado entre los ideales de pureza de su imán y las circunstancias de la vida.

En Le Jeune Ahmed, presentada en competición en la 72ª edición del Festival de Cannes, Jean-Pierre y Luc Dardenne tratan un tema bastante complejo y hasta peligroso, la radicalización islamista, a través del filtro de su cine, directo y lleno de humanismo. Aquí, el acierto es no haber elegido como protagonista a un hombre ni a un adolescente, sino a un niño, que vive el fanatismo de una forma muy profunda. Con apenas 12 años, Ahmed percibe la radicalización de manera absoluta, sin barreras ni contenciones. No puede conformarse con el discurso radical del imán, dispuesto a retractarse cuando Ahmed decide aplicarlo al pie de la letra.

Nunca conoceremos los motivos de la radicalización de Ahmed. Pero después de un puñado de escenas que ilustran la ruptura total entre el niño y su entorno familiar, comprendemos que no tiene padre, un padre ausente a quien acusa de no haber sido una figura de autoridad musulmana a quien admirar. A su alrededor, se suceden varios padres sustitutos que fracasan al intentar comunicarse con él. Hasta su imán termina alejándose. Su madre y su profesor se ven impotentes ante el mutismo y la impermeabilidad del chico.

Aunque abunden las manifestaciones de bondad, nada consigue alejar al chico del destino mortal que ha creado. Y los adultos que lo rodean (al igual que los espectadores) sólo pueden llorar ante esta cruel realidad: no podemos salvar a nuestros hijos de sí mismos.

Sin embargo, los hermanos Dardenne entreabren una puerta. Construyen de forma magistral una tensión narrativa que oscila entre el carácter inalterable de la voluntad de Ahmed y la convicción profunda de que no puede llevar a cabo con éxito su oscuro propósito. Los cineastas graban los fallos de este joven que a veces parece resistirse al adoctrinamiento, con ínfimos sobresaltos que dejan entrever una posible salida.

En el papel clave de Ahmed encontramos al actor debutante Idir Ben Addi, cuya tenacidad reactiva el ADN del cine de los Dardenne, que magnifica el debut de un joven convirtiéndolo en personaje de ficción, como ocurrió con Jérémie Renier en La Promesa o Emilie Dequenne en Rosetta. (Aurore Engelen – CinEuropa.org)

Dos veces vencedores de la Palma de Oro, los creadores de Rosetta trajeron este año la desgarradora historia del personaje del título (Idir Ben Addi), un niño de 13 años que en la Bélgica actual se debate entre la integración social que le proponen tanto su familia como su maestra de la escuela (a la que termina agrediendo físicamente) y el fanatismo religioso con el que lo manipula el imán de la mezquita a la que acude (Othmane Moumen).

La pregunta es inevitable: ¿Estamos ante un posible terrorista yihadista en el futuro?. Si bien no se ubica entre los mejores trabajos de estos notables realizadores, se trata de un film bastante compacto, intenso y provocador (no tiene el sentimentalismo de algunos de sus películas recientes, aunque también hay que indicar que el desenlace no está a la altura de la trayectoria de estos dos maestros) en su mirada a una problemática cada vez más acuciante en la Europa contemporánea con el furor del integrismo que aprovecha el desconcierto de tantos preadolescentes y jóvenes para sumarlos a sus causas extremistas. (Diego Battle – OtrosCines.com)