En Marilyn, Marcos, un campesino de diecisiete años, descubre su sexualidad en un ambiente hostil. Apodado Marilyn por otros adolescentes en la ciudad, se convierte en el objetivo tanto del deseo humano como de la discriminación. Marcos se siente empujado a una esquina cada vez más.

  • IMDb Rating: 6,6
  • RottenTomatoes: 83%

Película (1080p)

 

Basada en una historia real, la opera prima de Rodríguez Redondo que participó en el Festival de Berlín toma como eje la vida de un adolescente que trata de escapar a la gris cotidianeidad provinciana de su sufrida familia de clase trabajadora. Y lo hace maquillándose y vistiéndose como mujer. Su padre (Germán de Silva, de Las Acacias) y su hermano se dedican al campo y no parecen prestarle demasiada atención pero su madre (la actriz chilena Catalina Saavedra), que es modista, parece notar que algo inusual sucede con él.

Cuando llega el carnaval, Marcos (Walter Rodríguez), que en la vida diaria es tímido y silencioso, ya se ha vuelto la Marilyn del título, desfilando en toda su gloria femenina y dejando entrever la ilusión de otra vida posible en su rostro. Pero, claro, el carnaval es una cosa y la vida cotidiana es otra, por lo que no le será muy fácil convivir con el alrededor, ni aún cuando encuentre en ese ambiente hostil algo parecido a una posible historia de amor.

Este drama cauto se va oscureciendo y acercando a un final trágico que llegará de todos modos de una manera inesperada. Se trata de una película que, aún cuando funciona por momentos en base a patrones clásicos y arquetípicos, pone el acento y el eje en el enorme camino que falta transitar para que una persona como Marcos/Marilyn pueda ser entendida y aceptada por su marco social, cultural y hasta familiar. Los micromundos urbanos y algunas leyes progresistas pueden hacer pensar que estas cosas deberían ser asuntos del pasado, pero en esta suerte de “Lejano Oeste” en el que transcurre el filme, vivir al margen de las convenciones sigue siendo un tema de vida o muerte. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com)

Marcos (el debutante Walter Rodríguez) es un adolescente que ha terminado con buenas calificaciones el secundario y regresa al hogar para ayudar a su familia en el verano. Su padre (Germán De Silva) y su hermano mayor se dedican a ordeñar las vacas y cuidar el ganado del patrón de los constantes intentos de robo, mientras que su madre (la chilena Catalina Saavedra) ayuda como modista. La vida de estos caseros es ardua, y Marcos no se siente a gusto con esas tareas: a escondidas se maquilla y se prueba coloridas ropas de mujer. Llega el carnaval y -con un antifaz como escudo- este joven apocado y tímido demostrará una alegría y un envidiable desenfado con su cuerpo sobre las pistas de baile.

Sin embargo, ya en los primeros minutos adivinamos que el entorno familiar y social de Marcos no será comprensivo ni estimulante para con él y lo llevará a presenciar, padecer o protagonizar distintos eventos trágicos. Ni siquiera una efímera historia de amor con otro muchacho aliviará un poco sus penas.

La película -que tiene algo del clásico Secreto en la montaña, de Ang Lee- está narrada con convicción, precisión y contundencia, aunque por momentos se extrañen un poco más de matices y sutilezas. El film describe sin eufemismos las fuertes diferencias de clase y los prejuicios hacia los «distintos», que se resuelven con burla, provocación y violencia. Mientras en algunas grandes urbes este tipo de conflictos ya no generan tantas rispideces, en otros ámbitos rurales conllevan todavía un grado de estigmatización y marginación. (Diego Batlle – Diario La Nación)