Martin es un adolescente que cree ser un vampiro. Su primo Cuda se convence del hecho, a pesar que Martin no teme al ajo, o a los crucifijos, y que puede salir a la luz del sol. Cuda cree que Martin es víctima de una maldición familiar, y que la única solución es salvar su alma. Más que una película de terror, Martin es un drama psicológico con ribetes muy particulares, como la necesidad de Martin de tranqulizar a sus potenciales víctimas, de manera que estas no sientan temor o pánico o las compulsivas llamadas telefónicas que efectúa a un programa de radio para explicar la auténtica naturaleza del vampirismo. Pero cuidado, el chico no es un mero alienado o un joven inadaptado. Carece de colmillos, pero utiliza hojas de afeitar para cortar la piel de las personas y beber su sangre.

  • IMDb Rating: 7,2
  • RottenTomatoes: 90%

Película / Subtítulos (Subtítulos 1080p)

 

Uno de los grandes iconos del Terror son los vampiros. Drácula por sí solo ha protagonizado obras inmortales, pero la lista de películas con chupasangres es infinita. Así pues, es normal que alguien tan unido al género como George A. Romero se acercara a los vampiros para dar su visión del mito. El resultado fue Martin,  una de las películas más queridas de su director.

Aunque algunos de sus viejos amigos tuvieron algún pequeño cargo, George trabajó por primera vez en ‘Martin’ con personas que serían colaboradores fijos en sus próximas películas. Por ejemplo, el director de fotografía Michael Gornick y el compositor Donald Rubinstein. Richard P. Rubinstein se convirtió en el productor de sus films más recordados. Pero, sin duda, el nombre que más quedaría atado al del director es el de Tom Savini. En su primera película juntos, Savini se encargó del maquillaje, los efectos especiales, hizo de doble en las escenas de riesgo e interpretó a Arthur. Por su parte, Romero dirigió, escribió el guión y editó el metraje.

La versión final de la película se alejó de la idea original. Romero quería rodar toda la cinta en blanco y negro, pero los productores se opusieron, así que al final sólo los flashbacks están sin color. Además, el primer montaje duraba 2 horas y 45 minutos; sin embargo, ninguna copia de esa versión ha sobrevivido. Incluso el propio protagonista, Martin, tenía que ser un vampiro viejo con dificultades para adaptarse al mundo moderno, pero la audición de John Amplas gustó tanto al director que éste reescribió el papel.

Como curiosidad, y para ver el tipo de persona que es Romero, el productor Rubinstein cuenta que cuando él y el director se juntaron para hacer este film, Romero tenía muchas deudas tras los fracasos de sus anteriores películas. Rubinstein le dijo que se declarara en bancarrota y empezara de nuevo, pero George se negó porque no quería dejar tirados a quienes le habían ayudado con el dinero para hacer sus obras. Tras saber esto, Rubinstein sintió mucho respeto por él y se asoció para ayudarle. Con ‘Martin’ no pudo ser, pero la siguiente película que hicieron fue el éxito que le permitió a Romero pagar todas sus deudas.

Aunque contiene algunas buenas escenas de suspense y de acción, Martin es una película que se centra en estudiar la naturaleza del vampiro.

Para empezar, Martin no es el monstruo clásico, pero tampoco es un seductor ni un macarra. Romero presenta al vampiro como un marginado que es víctima de una maldición, un individuo que busca su sitio en la sociedad. Tiene como características que no le afecta el ajo, los crucifijos ni la luz solar. Además, no tiene los famosos colmillos afilados, aunque se vale de otras herramientas para abrir las venas de sus víctimas, como hojas de afeitar.

Llama la atención el trato de Martin con sus víctimas. Las mata porque tiene la necesidad de beber sangre, pero cuida los detalles para que sufran lo menos posible. Las duerme, las tumba en la cama, las acaricia… Y es que, más que un vampiro, Martin parece un violador con gusto por la sangre.

Para mostrar el interior del personaje, Romero utiliza sus confesiones con el locutor de radio. De este modo, sabemos que el joven se siente solo y le gustaría tener relaciones con personas a las que no haya dormido previamente. También está la contraposición entre el mito y la realidad. A Martin no le gusta cómo se muestra a los de su especie en las películas, ya que la mayoría de cosas que enseñan son falsas.

Otro tema fundamental es el de la dificultad de las relaciones con otras personas. Martin dice que no necesita amigos ni mujeres porque, a diferencia de las películas, no puede hacer que le obedezcan. Pero no es necesario ser un vampiro para que esto te afecte. Ya sea con familiares, amigos o parejas, toda relación conlleva aceptar que la otra persona hará cosas que no nos guste. Pero, por supuesto, no vamos a aislarnos sólo porque los otros no harán todo lo que queramos.

Finalmente, está la aceptación de uno mismo. Aunque sea acostumbrándote con el tiempo, por muchos inconvenientes que tenga tu vida, si la aceptas tal y como es, vivirás mejor. En este sentido, de nuevo, tenemos un final bien irónico.

Se dice que es la película favorita de Romero de entre las que ha hecho, además de ser una de las más reivindicadas por sus fans. Sin duda, es de las más interesantes de su filmografía. Utilizando el inmortal mito del vampiro, Romero habla sobre las relaciones personales y lo conveniente de aceptarse a sí mismo.

‘Martin’ no funcionó muy bien en taquilla. Sin embargo, su mala racha terminó aquí. Con su siguiente obra, el director se consagró como un maestro del Terror y se adueñó del género que había creado con su opera prima. (Robert Fonoll – ElClubDeLosCinéfagosMuertos.com)