En State and Main el director de cine Walt Price, no pudiendo rodar en New Hampshire, decide trasladarse a una pequeña ciudad, en el estado de Vermont, al enterarse de que allí hay un viejo molino, elemento indispensable para la película. Todo parece perfecto: los vecinos están ansiosos por participar como figurantes y mezclarse con lo más brillante de Hollywood.

  • IMDb Rating: 6,8
  • RottenTomatoes: 85%

Película / Subtítulos (Calidad 1080p)

 

El contraste entre un pequeño pueblo situado en el estado de Vermont y un equipo de rodaje que se verá obligado a desplazarse allí tras la imposibilidad de rodar en New Hampshire debido a las altas exigencias del estado situado al nordeste del país, servirá a David Mamet como piedra angular de un film desde el que otorgar una mirada incisiva a ese universo donde todo parece soterrado a las necesidades de unos cuantos. Algo que el de Illinois deja claro en apenas unas secuencias desde las que exponer la naturaleza implacable de todos aquellos relacionados con el proyecto. Si por algo destaca, pues, la propuesta de Mamet, es por su audacia narrativa, y es que el dinamismo que el cineasta logra imprimir no sólo a sus secuencias, también a unos diálogos que sirven como pieza angular, otorga a State and Main un carácter que ayuda tanto a estimular el ritmo como a aguzar una sátira que por sí sola posee suficientes argumentos como para convencer.

Más allá de su talento para la escritura —algo que habían comprobado cineastas de la talla de Brian de Palma en The Untouchables, Sidney Lumet o Louis Malle—, el autor de House of Games muestra una pericia fuera de lo común para componer un relato que sobresale por encima de lo coral de la propuesta, del vaivén planteado por los diversos frentes expuestos a través de la amalgama de personajes que presenta Mamet. La condición atribuida a cada uno de ellos, además, otorga matices que en ningún momento debilitan las intenciones de un film que pervive lejos de esos diálogos ágiles y punzantes que la definen, pero que se extienden gracias a un libreto capaz de evitar territorios comunes incluso cuando las situaciones propuestas por Mamet parecen llevar precisamente a ello. El modo de resolver algunos momentos, apela incluso a una vocación literaria que el cineasta sabe imprimir a la perfección e incluso integrar en la textualidad del film (como ese «Me lo creo si tú te lo crees» que le espeta Ann a Joseph, el guionista interpretado por Seymour Hoffman) sin que por ello se resienta el núcleo del relato.

State and Main no se queda en esa visión irónica plana que consiste en lanzar chascarrillos acerca del ‹star-system› y proponer unas cuantas bromas a modo de chanza, y es que sin necesidad de cargar las tintas o asociar su expresión a una discursiva cortante, Mamet propone un ejercicio que nos sumerge en las interioridades de un mundo donde no parece haber segundas oportunidades: algo que se percibe en la amenaza de Marty, el productor, a Claire —el personaje interpretado por Sarah Jessica Parker— o los ultimatums de Marty y Walt —ese director al que da vida William H. Macy— a Joseph; y, en especial, donde los intereses (el anuncio de Bazoomercom, el guión de Joseph sutilmente expuesto ante la puerta tras la discusión acerca del molino, etc) prevalecen a las intenciones de cualquier proyecto. Suerte que para ello siempre estarán cineastas como Mamet y su aguda percepción —con trazas, incluso, de ‹screwball›, mostrando una mirada ensimismada, asímismo, por el clásico— acerca de los enseres que rodean a un universo del que, por más que se escriba, se antoja inabarcable. (Rubén Collazos – CineMaldito.com)