En Un Monstruo de Mil Cabezas, la esposa de un hombre que está muy enfermo busca que se le aplique a su marido un tratamiento recomendado por un médico, pero la aseguradora de la que es socia rehúsa pagarlo.

Mejor Actriz en el Festival de La Habana 2015
Mejor Guión Adaptado en los Premios Ariel 2015
  • IMDb Rating: 6,5
  • RottenTomatoes: 90%

Película

Otra película muy convincente en la competencia fue Un Monstruo de Mil Cabezas, de Rodrigo Pla, sobre las medidas extremas que una mujer debe tomar ante la insensibilidad de una compañía de seguros médicos para que su esposo sea atendido. El realizador demuestra un dominio de su oficio mediante una solvencia formal que adopta originales puntos de vista para resolver su narrativa. Aunque la historia estira la verosimilitud de su situación, es la arriesgada actuación de Jana Raluy –justamente premiada por el jurado oficial– la que sostiene todo el asunto.

Las escenas están ambientadas en la Ciudad de México y retratan una problemática que atraviesa una familia mexicana de clase media. El filme comienza con la detección de cáncer del papá. Esta enfermedad detona reacciones de rechazo en su propio hogar. Su hijo siente que su padre esta siendo demasiado bromista con su enfermedad, mientras que su esposa tiene cierto distanciamiento con el tema, cierto rechazo. Hasta allí aparece la primera parte de la historia. Ese es el primer monstruo, el más importante que enfrentar. Más adelante se verá que el monstruo al que refiere el título de la película es en si mismo es una metáfora.

Sonia Bonet, la mamá de esta familia, toma la decisión pertinente para enfrentar esta situación. Ir a cobrar el seguro de gastos médicos y atender cuanto antes el problema de salud de su marido. A lo largo de las escenas la película hace patente que este hecho será imposible. Podría resultar muy sencillo ir cobrar un seguro para pagar el tratamiento que requiere su esposo, pero hay tantos obstáculos burocráticos que Sonia perderá los estribos. El descobijo institucional, la burocracia administrativa y los malos tratos que la aseguradora le propician a Sonia hacen que ella pierda el juicio y busque bajo sus propios medios hacer justicia. El Monstruo de Mil Cabezas al que se ve enfrentada resulta una verdadera hidra. Una larga fila de funcionarios, firmas y permisos que tiene que sortear.

El desarrollo de la trama resulta impactante, transgresor y sobre todo dramático. Allí comienza el espejo con la realidad social. El monstruo de la aseguradora tiene sus propios mecanismos para autorregularse y evadir sus posibles responsabilidades. La aseguradora a su vez es parte de un Estado al que tampoco puede recurrir Sonia, porque el Estado tiene sus mecanismos legales a favor de las grandes empresas. El filme habla de un problema social seria. La desprotección de las instituciones de salubridad pública es un tema prioritario. Sonia Bonet se pierde en este laberinto, y ya no sabe a quién recurrir, a quién reclamarle, a quién demandar. La vida de su esposo está en riesgo y cada paso que da lo hace con la intención de rescatarlo. Pero la hidra es infinita. Implica una burocracia inagotable, indolente, que no le importa arriesgar la vida de las personas.

Un Monstruo de Mil Cabezas es un filme poco convencional que fomenta el pensamiento crítico ante una realidad convulsa. Permite al espectador hacerse un espacio de reflexión sobre la desprotección en el sistema de salud al que estamos insertos.