En 45 Years, falta sólo una semana para el 45º aniversario de su boda, y Kate Mercer está muy ocupada con los preparativos de la fiesta. Pero entonces llega una carta dirigida a su marido, en la que se le notifica que, en los glaciares de los Alpes suizos, ha aparecido congelado el cadáver de su primer amor.
Mejor Actor y Mejor Actriz en el Festival de Berlín 2015
Mejor Actriz en los Premios del Cine Europeo 2015
Mejor Actriz en el Festival Internacional de Valladolid – Seminci 2015
- IMDB Rating: 7,1
- Rottentomatoes: 97%
Película / Subtítulo (Calidad 720p)
La noticia parece sacada de una película de ciencia ficción o fantástica, pero las consecuencias son tremendamente reales en 45 Years, la extraordinaria película de Andrew Haigh que protagonizan dos leyendas de la actuación como Charlotte Rampling y Tom Courtenay, interpretando a Kate y Geoff, una pareja que está por cumplir los años de casados que dan título al filme. La noticia en cuestión llega por carta: el cuerpo congelado de una ex novia de Geoff, que había desaparecido en un accidente en las montañas suizas medio siglo atrás, ha reaparecido tras ceder las nieves que lo cubrían. Pero ese disparador no lleva a los protagonistas a hacer una investigación ni un viaje físico, sino uno emocional e íntimo, uno que pone en duda la en apariencia sólida relación que tienen desde entonces.
Geoff comienza a obsesionarse con ese recuerdo del pasado y Katya más aún, incapaz de comprender porqué nunca habían hablado del asunto más que de forma pasajera. ¿Siguió Geoff enamorado de ella todos estos años? ¿Los 45 años que vivieron juntos no fueron lo felices que parecieron? ¿En qué pensaba él todo este tiempo? ¿Cómo ella no lo vio? Es una suerte de quiebre emocional que los afecta de manera diferente. Para él –que es mayor que ella y en apariencia un tanto senil– es un viaje a recuerdos que creía olvidados, pero con la claridad (o una resignación ya incorporada) de que esa relación pertenece al pasado más remoto. Para ella –por más que haya sucedido previo a su historia en común– lo que es una novedad es enterarse que su marido siempre ha estado un poco acá y un poco allá. Y que algunas decisiones que tomaron en su vida en común estuvieron ligados a ese hecho.
45 Years está narrada sin apuros ni escenas de intensidad dramática convencional. Como corresponde a una pareja de septuagenarios ingleses este drama se va manifestando en dosis módicas y discretas, sin romper del todo el contrato mutuo ni las apariencias, lo que implica seguir adelante con los planes de la fiesta aniversario. Pero ese dolor de Kate (Rampling captura a la perfección cada uno de los delicados matices emocionales de su personaje) se va haciendo cada vez más hondo y, ya imposible de tapar, brota cuando menos lo espera al punto de volverse devastador sobre el final. Pero Haigh se mantiene siempre a una distancia prudencial de las emociones, apostando por un pudor y sobriedad que son similares a la de los personajes. Y el efecto que consigue es extraordinario: la acumulación de pequeños incidentes y frustraciones no expresadas de toda una vida terminan generando en Kate y en el espectador un nudo en la garganta que tarda mucho tiempo en desaparecer. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com)
2 Comments
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[…] A lo largo de la historia del cine, los paisajes blanquecinos han generado su propia mitología fílmica, desde el reverso sucio del western que exploró Robert Altman en la agreste blancura de McCabe & Mrs. Miller hasta el inquietante blanco que los hermanos Coen tiñeron de rojo sangre en Fargo, pasando por las nieves que poetizaban el punzante sentimiento de pérdida que azotaba a la comunidad de The Sweet Hereafter de Atom Egoyan. Elementos de todos estos títulos confluyen, de un modo u otro, en la notable A White, White Day, segunda película del islandés Hlynur Pálmason, que concursa en la Sección Oficial del 57º Festival de Gijón. La dimensión westerniana del film toma forma en el laconismo del protagonista, Ingimundur (un soberbio Ingvar Eggert Sigurðsson, un suerte de Richard Harris islandés), que decide enterrar en lo más hondo de su ser el pesar por el fallecimiento de su esposa en un accidente de coche. Por su parte, lo siniestro recorre la película desde su inquietante primera secuencia, en la que vemos despeñarse el coche de la esposa por un desfiladero cuando intenta sortear las curvas de una carretera tomada por la niebla. Y, por último, el peso del trauma emerge a la superficie cuando el protagonista descubre una posible traición en el pasado de su esposa, una situación que ya abordaron con tacto películas como The Descendants de Alexander Payne o 45 Years de Andrew Haigh. […]
[…] el cuarto largometraje del inglés Andrew Haigh (45 años, con Charlotte Rampling) está lejos de ser un western puro. Es, en todo caso, un western en reversa cruzado por un relato […]