En I Saw the Devil, Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son chicas jóvenes. La policía lleva tiempo intentando capturarlo. Un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado. El novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse.

  • IMDB Rating: 7,8
  • Rottentomatoes: 80%

Película / Subtítulo

Cuando Kyung-Chul (Choi Min-sik) asesina a la esposa del agente encubierto Kim Soo-hyeon (Byung-hun Lee), inicia sin pretenderlo una caza al hombre al margen de la ley cuyo desarrollo y consecuencias serán tan trágicos como imposibles de prever. El siempre a tener en cuenta Kim Jee-woon dirige I Saw the Devil, una demoledora demostración de cómo el thriller puede estirarse hasta lo paroxístico para dotar de una nueva dimensión al concepto de la venganza, uno de los puntales conceptuales claves del propio género.

Rodada con una precisión milimétrica y una mala baba tan sorprendente como fascinante, en I Saw the Devil, el cineasta exprime cada recurso dispuesto en el increíble y exagerado guión del debutante Park Hoon-jung para ofrecer al espectador un infierno oscuro y devastador, más de dos horas de evolución cinematográfica constante que, sorprendentemente, no cede el ritmo prácticamente ni un solo segundo. Dirigida con un tino excepcional ─la perfecta definición del personaje del policía en el prólogo es un pequeño pero claro ejemplo de la inteligencia de Kim Jee-woon─, la historia del nacimiento de un monstruo que emerge para dar caza a otro no elude un humor que nace de la propia brutalidad de los acontecimientos, ni esquiva la falta de justificación moral de los actos del bueno de la función, ahondando en la idea de la imposibilidad de restituir lo perdido por muy extremo que sea el sufrimiento al que se lleve al culpable de nuestro dolor.

Ahora bien, el precio que se paga por mantener al observador boquiabierto durante la totalidad de la proyección marca la pérdida de parte del público por el camino. A medida que la trama se desarrolla la animalización de los participantes aumenta exponencialmente, un catálogo de horrores extraordinariamente dispuestos y presentados, explícitamente arriesgados en un tour de force que entra y sale de la batalla de la pareja principal para regalar pasajes paralelos espontáneamente salvajes ─la secuencia del taxi─ sin renunciar al sonoro bofetón al sistema ─«no hay mucho trabajo, tómate tu tiempo», afirmará el jefe de policía, cuando en realidad los psicópatas campan a sus anchas por esta Corea del Sur alucinante y desesperada─. Con dos actores en estado de gracia absoluto ─lo de Choi Min-sik no tiene nombre─, I Saw the Devil” se marca como imprescindible, inexcusable.