King of New York es un violento film de gángsters que relata los intentos de un traficante de drogas por recuperar su territorio perdido mientras cumplía prisión. En Nueva York el crimen se hace a la manera de Frank o no se hace. Recién salido de la prisión, Frank White se reúne con su antigua banda para retomar su posición como «señor de la droga» de la ciudad. Se enfrentarán en sangrientas batallas al resto de capos de la ciudad y lucharán por estar en la cima. Incapaces de volver a poner a Frank entre rejas, la policía también les declara la guerra..
- IMDb Rating: 6,9
- RottenTomatoes: 77%
Película / Subtítulos (Calidad 1080p)
King of New York, película de 1990 del director de culto Abel Ferrara. En el momento de su estreno gozó de cierta polémica por su excesiva violencia, polémica que casi siempre acompaña a Abel Ferrara, autor de obras interesantísimas como el The Driller Killer, Body Snatchers, y la recientemente versionada Bad Lieutenant
La trama es bastante simple y vista con la distancia que ofrece el paso del tiempo, a veces resulta un poco ingenua, nos cuenta la historia de un capo del narco, Frank White, interpretado brillantemente por el espléndido Christopher Walken, que tras salir de la cárcel decide reconstruir sus imperio, reunir su banda, recuperar su territorio y volver a ser el rey del hampa.
Pero lo que sigue llamando la atención y que a mi juicio diferencia King of New York del resto de películas sobre el capo mafioso de turno, es que a White le interesa todo eso, es decir, ser el rey del mambo, pero además quiere hacer algo bueno, quiere trascender, le preocupa su legado, desea que el dinero, el poder y los contactos que genera su actividad sirvan para “hacer el bien” , se preocupa de las obras benéficas, de hospitales para los barrios marginales, es cierto que es un gánster y que no niega que ha matado y ha hecho cosas terribles, pero no ha hecho nada a nadie que no se lo merezca, Frank no cree en el derecho ni la ley, él cree en la Justicia, escrita con mayúsculas y en su delirio de grandeza él se considera la Justicia.
Su particular sentido de la moral o de la amoralidad, es un tema recurrente y casi siempre presente en la cinematografía de Ferrara junto con la recurrente iconografía religiosa, en particular la católica, la culpa, la redención y la venganza son elementos casi siempre presentes a lo largo de su cinematografía. Como he dicho con anterioridad, la trama y el guión no son lo mejor de la película.
Como en todas las películas de gánster existen bandas rivales. En esta película la policía se presenta como otra banda más, dispuesta a todo, pero su lucha contra Frank White es sin esperanza, con desgana, sabiendo que en el fondo no vale la pena, el mundo se fue al garete hace tiempo y a nadie parece importarle, la salvación ya es cosa olvidada, es una quimera.
Nueva York, una de las ciudades más cinematográficas del mundo, es retratada por Ferrara como un agujero lleno de corrupción y violencia, oscuro, tétrico, carente de todo escrúpulo en el que conviven, narcos, abogados, políticos, prostitutas, bandas y mugre a raudales.
Frank White se desenvuelve con soltura y desparpajo por estos dos ambientes, en apariencia tan distantes pero que Ferrara intenta poner como dos caras de una misma realidad. Su representación está más cerca del Nueva York de Scorsese y Spike Lee y a un par de galaxias del idílico Nueva York de Woody Allen.
Pero el retrato de las bandas y a veces de los personajes está lleno de tópicos, abundan las escenas de sexo y de violencia que a veces parecen que están metidas con calzador.
Los personajes son exagerados, un poco caricaturescos y falto de profundidad. Resulta llamativo el reparto, ya que por la pantalla desfila un buen número de actores bastante conocidos. Dentro de este grupo, destaca Laurence Fishburne, que interpreta al locuaz Jimmy Jump, mano derecha o “pistola derecha” de Frank White. David Caruso, que visto con el paso del tiempo nos ofrece más de alguna pista que explica la pose e histrionismo de su Horatio Caine en C.S.I, en esta ocasión encarna al joven policía irlandés (¿Hay algo más tópico en una peli de gánster que un poli irlandés? SÍ, mafiosos italianos jugando a las cartas), dispuesto a saltarse todas las normas para quitarse de en medio a Frank White. Wesley Snipes, que interpreta con un limitadísimo registro al compañero de Caruso, Thomas Flanigan. El siempre correcto Giancarlo Esposito, habitual en el cine de Spike Lee, como miembro de cierta importancia de la banda de White. Steve Buscemi, que más que un papel hace un cameo y que visto con la ventaja o el ventajismo que nos ofrece la trayectoria de Buscemi, está muy muy desaprovechado. Destacable es siempre el trabajo de un actor secundario de lujo, Victor Argo, que interpreta al cansado e inconmovible jefe de policía, personaje que a mi juicio está desperdiciado pero que “aguanta el plano como pocos”.
King of New York es una película donde el trabajo de Christopher Walken destaca sobre el resto. Su Frank White me parece uno de los mejores gánster de la historia del cine, a la altura de los más grandes, a pesar de que a muchos les resulta insoportable y sobreactuado, con esas pausas que parecen infinitas y una mirada que irradia enajenación y locura. Pero me atrevo a decir, que pocos actores darían ese aire de patetismo, oscuridad y desazón que irradia White y que sabe que el final de su vida siempre está a la vuelta de la esquina, alguien que acepta su final y que lo acepta sin lamentaciones y sin falsos dramatismos. (Miguel Concha – Zinefilos.com)
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