En La Pazza Gioia, Beatrice es una condesa charlatana y millonaria que está convencida de encontrarse entre los círculos íntimos de los líderes políticos mundiales. Por su parte Donatella es una joven tatuada, vulnerable e introvertida, envuelta en su propio halo de misterio. Ambas son pacientes de Villabiondi, una delirante institución psiquiátrica.

Espiga de Oro a la Mejor Película, Mejor Actriz y Premio del Público en el Festival de Valladolid – Seminci 2016

  • IMDb Rating: 7,5
  • RottenTomatoes: 100%

Película / Subtítulos

Cine de la intensidad, La Pazza Gioia se aventura por caminos difíciles. Las protagonistas son pacientes de una institución mental, la aristocrática y fantasiosa Beatrice y la golpeada y reservada Donatella. Entre las dos surgirá de a poco una amistad, mientras se aventuran por diversos caminos fuera de la casona en la Toscana que las retiene con un régimen no muy estricto.

Cine de personajes fuertes, necesitaba de grandes actrices: Micaela Ramazzotti (Donatella) tiene el personaje más complicado, el que tiene mayores riesgos de desbarrancar, debido a la construcción de su pasado y sus acechanzas crueles. Valeria Bruni Tedeschi (Beatrice) tiene el personaje para lucirse y lo hace, y la apuesta intensa, casi incendiaria, de la película, pasa en mayor medida por ella. Su imposibilidad de detenerse, su incapacidad para dejar de hablar, los impulsos como sostén de todos sus movimientos: características que en otra actriz podrían haber hundido al personaje, con Bruni Tedeschi se convierten en las coordenadas de la eficacia. Más aún, Bruni Tedeschi aprovecha cada exceso para sostenerlo con mirada, con curvas, con brazos en alto de patrona de palacio en apuros, con inspiradas líneas de diálogo, sobre todo aquellas que dice casi al pasar (como la reprimenda a los chicos que vienen de la playa).

Es reconfortante encontrar en La Pazza Gioia personajes con un pasado combinados con esa energía y esos saltos al vacío -incluso las torpezas- del cine del director en su período de fines del siglo XX y principios del XXI.