Luis, profesor de literatura en paro, trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia, una niña de 12 años enferma de cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados Magical Girl Yukiko. El elevado precio del vestido llevará a Luis a intentar encontrar el dinero de forma desesperada cuando conoce a Bárbara, una atractiva joven casada que sufre trastornos mentales, a su vez relacionada con Damián, un profesor retirado con un tormentoso pasado. Los tres quedarán atrapados en una oscura red de chantajes, en la que instinto y razón entran en conflicto.

Concha de Oro a la Mejor Película y Mejor Director en el Festival de San Sebastián 2014
Mejor Actriz en los Premios Goya 2014
Mejor Actriz, Mejor Actor de Reparto, Mejor Guión y Mejor Cartel en los Premios Feroz 2014
  • IMDb rating: 7.5
  • RottenTomatoes: 100%

Película

Magical Girl, la más intrigante y precisa lectura de un tiempo confuso (el nuestro). Perfecta

Ningún resumen narrativo, o de trama, puede hacerle justicia alguna. Es una película cuya concatenación de acontecimientos es más que improbable, cuyos personajes son inexplicables en un sentido convencional y con una puesta en escena muy alejada de lo convencional. Es, a la vez, un extraño policial negro, una mirada despiadada sobre la crisis actual en España y una obra de autor con un mundo muy personal, al punto que me hizo acordar a otros grandes nombres del cine español, de Buñuel a algunos Almodóvar y hasta algunos viejos –los primeros– filmes de Bigas Luna o Juanma Bajo Ulloa. No porque se parezcan, necesariamente, sino porque pertenecen a un mundo tan privado y desconectado del de los demás, que muchas veces la apreciación de este tipo de película depende y mucho de nuestra voluntad y deseo de aventurarnos a ese tipo de desconcierto.

Lo curioso es que Magical Girl no está para nada “desconectada” del mundo real, solo que se conecta de una manera muy lateral y esquiva. De hecho, cada tanto, los personajes hablan de la crisis económica, del paro (ninguno de los protagonistas trabaja), de “el ser español” (hay un par de monólogos en ese sentido que me hicieron un poco de ruido), pero lo que sucede está más cerca de ser una mezcla de una trama de David Lynch con una puesta en escena más bien seca y dura, casi a contramano de la trama que cuenta. La segunda película de Vermut cuenta tres historias interconectadas, o más bien a tres personajes cuyas vidas terminan conectándose de las formas menos pensadas.

A su manera lynchiana, Magical Girl es una original película sobre la crisis y sobre cómo la desesperación va generando, entre los caídos de la economía, una suerte de trampa mortal. Está contada con una trama plagada de coincidencias y situaciones más que improbables, pero en todo momento Vermut nos deja ver –gracias a la por momento radicalmente seca puesta en escena– el costado mecánico de esa construcción. Sí, por momentos se pasa de metafórica y hasta alegórica (el texto sobre los españoles siendo una mezcla de instinto y racionalidad, el uso de la Constitución Española para intercambiar dinero o un rompecabezas que Damián arma y desarma bordean lo obvio), pero la extrañeza que recorre cada actitud y cada plano hacen que uno nunca pierda la fe en la película. Sabe, en todo momento, que está en buenas manos. Y la extraordinaria media hora final –casi de policial negro clásico, con un toque “mágico”– deja aún más en evidencia esa sensación.