En Perdrix dos individuos solitarios se encuentran y entablan una relación en un pueblo rural francés.

  • IMDb Rating: 6.5
  • RottenTomatoes: 73%

Película / Subtítulos (Calidad 720p)

 

Esta comedia dramática francesa que bien podría englobarse dentro del estilo de la “nueva comedia independiente” de ese país (con algo de Wes Anderson y muchos personajes curiosos y peculiares) es el resultado del encuentro de un hombre y una mujer muy distintos, en apariencia, entre sí. Pierre Perdrix es un policía circunspecto y ordenado que vive con sus parientes todos juntos en una casa: su madre (la mítica Fanny Ardant), que tiene un programa de radio en el que habla de amor, su hermano y su sobrina, que tienen una complicada relación. Hay ausencias y dolores no hablados allí. Y todos prefieren mirar para otro lado antes que enfrentar sus problemas.

Hasta que llega Juliette, una mujer igualmente peculiar pero mucho más suelta y sincera a la hora de hablar de ciertas cosas. Ella aparece en la vida del soltero Pierre cuando su auto es robado por una mujer desnuda que es parte de un grupo nudista que vive en el bosque de ese pequeño pueblo y que comete algunos “atentados” en la ciudad. El costado que involucra a los nudistas, a los extraños personajes de la Gendarmería y del pueblo llevan al film por el lado de la comedia más absurda y juguetona (por momentos recuerdan a la miniseries cómicas de Bruno Dumont). Juliette, Pierre y su familia, en tanto, si bien también atraviesan situaciones humorísticas, se relacionan entre sí de un modo más claramente emociona

Ese mix, muy propio de las películas del citado Anderson, donde ciertos recursos formales curiosos y comportamientos entre absurdos y ridículos conviven con situaciones emocionalmente fuertes del orden de lo personal y, especialmente, de lo familiar, es central en Perdrix, una película que logra combinar esos dos mundos en apariencia tan lejanos gracias al cariño que expresa por todos sus personajes y al romanticismo que es parte integral de la propuesta. Es un film disfrutable y generoso. Y de esos no hay demasiados en festivalandia. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com) 

“El gran amor es imprevisible, accidental, encantador, y responde a la gran pregunta: ¿La vida que vives es realmente tuya?” Esta bella inspiración sentimental de Thérèse Perdrix (Fanny Ardant), que emite un programa de radio abierto a los oyentes desde el garaje de su casa, también es un tema muy arriesgado para un primer largometraje. Pero el joven cineasta francés Erwan Le Duc narra a fuego lento un argumento hábil que recicla este tema tan viejo como el mundo y que ya se ha tratado en la gran pantalla de todas las formas posibles e imaginables. Perdrix, presentada en la 51ª Quincena de los Realizadores de la 72ª edición del Festival de Cannes, es una comedia romántica alocada que tiene lugar en una pequeña ciudad aislada en medio de un bosque de montaña.

A mi izquierda, Juliette Webb, una joven impulsiva (Maud Wyler) y liberal a quien le roban el coche y todas sus pertenencias en un área de descanso. La responsable es una nudista que forma parte de un grupo local revolucionario que quiere eliminar lo “superfluo”. A mi derecha, el capitán de la policía Pierre Perdrix (Swann Arlaud), de 37 años, soltero y que vive en la casa familiar junto a su madre, la ya mencionada Thérèse, su hermano Julien (Nicolas Maury) y Marion (Patience Munchenbach), la hija adolescente de este último. En la oficina de policía, la actividad suele ser bastante tranquila pero la irrupción decidida de Juliette (que no suele medir sus palabras) constituye un terremoto en la rutina de Pierre. Las discusiones entre ambos personajes despiden ese aroma a conflicto que revela una atracción inmediata. ¿Será suficiente para sacar al capitán de su vida tranquila y resignada? ¿Y Juliette aceptará ceder terreno sobre su carácter y su comportamiento extremo?

Dicho así, el argumento puede parecer muy clásico pero el tono cuasi burlesco con que se describe la realidad local (con su club de reconstitución de batallas de la Segunda Guerra Mundial) y las subtramas que se desarrollan en torno al hogar Perdrix, dotan a la película de una identidad propia y de buenos momentos. Sin embargo, esta misma simplicidad narrativa (sobre todo en las subtramas familiares) y la intención de desplazar continuamente el tratamiento a través del humor limitan el impacto de una película cuya solvencia debe mucho a sus dos intérpretes principales. (Fabien Lemercier – CinEuropa.org)