En The Town, mientras planifica su próximo golpe, Doug MacRay, un atracador de bancos de Boston, tiene que esforzarse por controlar sus sentimientos por Claire, la directora de uno de los bancos que atracó. Al mismo tiempo, intenta esquivar al agente del FBI que le sigue los pasos.

Top 10 Mejores Películas del Año (American Film Institute 2010)

Nominado a Mejor Actor Secundario (Premios Oscar 2010)

  • IMDB Rating: 7,6
  • Rottentomatoes: 94%

Película / Subtítulo

Hay dos clases de directores-actores. Están los que dirigen como actúan y los que no. Clint Eastwood dirige como actúa: seco, económico, sin desbordes o sensiblerías. Takeshi Kitano, lo mismo. Ben Stiller también. A la altura de su segunda película como realizador, puede afirmarse que Ben Affleck no dirige como actúa. Por suerte: Benjamin Geza Affleck-Boldt (tal su nombre completo) sigue siendo un actor espantoso. No hay más que ver Atracción peligrosa para confirmarlo. Se pasa la película entera posando de duro, careteando, haciéndose el lindo. Pero sucede que, oh sorpresa, del otro lado de la cámara este extraño caso del Dr. Ben & Mr. Affleck no se permite la menor pose o afectación. Va directo al corazón del asunto, narra con nervio y sobriedad, sabe hacer cine de género sin que la película se agote en eso, construye tensión durante dos horas y la compacta en escenas de acción que son como clases magistrales del rubro. Su ópera prima, Gone Baby Gone (2007), lo mostraba como realizador a seguir, aunque la novela en que estaba basada tirara para abajo. Ahora con The Town lo confirma. Sigan a Affleck, es la consigna de aquí en más. A Affleck director, se entiende.

Basada, como la anterior, en una novela (Prince of Thieves, de Chuck Hogan), The Town confirma la fidelidad que Affleck guarda, a la hora de narrar, con su ciudad natal. The Town es el nombre que se le da en Boston al barrio de Charlestown, donde “hay más robos a bancos y camiones blindados que en cualquier otra parte de Estados Unidos”, según informa un cartel inicial. Como en Cabalgata infernal (The Long Raiders, 1980), el primer robo que comete la banda liderada por Doug McRay (Affleck, con el pelo cortado estilo militar) y James Coughlin (Jeremy Renner, protagonista de Vivir al límite) no sale del todo bien, y eso tiñe las dos horas restantes de un prematuro aire de fatalidad. Está tan calculado y sincronizado como cualquier robo de verdaderos profesionales, pero ocurren dos cosas que van a traer cola. Nueva coincidencia con aquella obra maestra de Walter Hill, uno de los integrantes de la banda (Coughlin) se muestra peligrosamente adicto al gatillo fácil. Pero además toma la decisión de secuestrar a la gerenta de la sucursal, para después soltarla. La chica no vio nada: los secuestradores en ningún momento se sacaron sus máscaras. ¿O algo vio u oyó? En cualquier caso, la idea de McRay, de acercársele para ver cuánto sabe, se probará tan peligrosa como afirma el título de stock con que The Town se estrena aquí. Cine de género, la película de Affleck respeta tópicos fijos del policial. Uno es que, claro, la relación entre McRay y la chica, Claire (Rebecca Hall, el bombonazo con pecas de Vicky Cristina Barcelona), no va a quedar en un simple cafecito, y eso suma riesgo al asunto. Otro son las dos líneas de relato paralelas, que atienden por un lado las internas dentro de la banda y por otro la investigación policial. Investigación que, encabezada por el duro, obsesivo agente del FBI Adam Frawley (Jon Hamm, de la serie Mad Men), va cerrando el círculo alrededor de ellos. Pero ése es sólo un esquema básico: como en Gone Baby Gone, Affleck engorda el relato multiplicando subtramas.

Por un lado está la ex del protagonista, Krista, a la que en algún momento el despiadado Frawley explotará en beneficio de la investigación (la rubia Blake Lively, junto con el propio Affleck lo más careta del elenco). Por otro, la relación entre Doug y su padre (el gran Chris Cooper), que, en prisión desde hace rato, funciona como espejo negro de su propio futuro. Y la que Doug sostiene con cierto florista muy pesado, que, contrariamente, lo remite al peor de sus pasados (y a quien el escocés Pete Postlethwaite le da un aire francamente ominoso). La clásica oposición entre el gangster de cabeza fría (McRay) y el de tiro fácil (su socio Coughlin) agrega leña al fuego y todo irá a parar a un último golpe, donde el botín es tan alto como el riesgo que se corre. ¿Que no hay nada nuevo aquí? El espectador de género sabe que lo que importa no es la novedad, sino la necesidad. Que todo lo que se cuenta luzca como necesario, aun siendo cliché. Que se lo narre con savoir faire y dientes bien apretados. Con cojones, digámoslo de una vez.

Es eso y no los dobles, los tiros o los choques lo que hace de las escenas de acción de The Town las mejores que se hayan visto desde… ¿desde Fuego contra fuego? Sobre todo dos de ellas. Una es una persecución automovilística que –no por espectacular, sino por visceral– califica entre lo más alto del género. La otra es la larga secuencia final en el estadio de los Red Sox, construida con infinidad de centros de atención y líneas de fuga, homenaje de Affleck al equipo de la ciudad. Ah, sí, como el título original indica, The Town es, entre otras cosas, una película de barrio. Como las primeras de Scorsese. ¿Terminará Affleck, como “Ex corsese”, convertido en estrella de Hollywood? En este caso parecería tratarse, por suerte, del trayecto inverso.