Visages Villages es la colaboración entre la veterana directora Agnès Varda y el artista gráfico urbano y fotógrafo JR, un joven francés conocido por sus impactantes obras visuales que consisten en enormes intervenciones gráficas en calles y tejados de diversas ciudades de todo el mundo.

Mejor Documental en el Festival de Toronto 2017
Mejor Documental 2017 para los Críticos de Los Angeles
Mejor Documental 2017 para el Círculo de Críticos de Nueva York
  • IMDb Rating: 8,1
  • RottenTomatoes: 100%

Película / Subtítulos 

La ya mítica realizadora francesa, una de las pocas sobrevivientes de la generación de la Nouvelle Vague, entrega en Visages villages otro de sus documentales personales, casi diarios íntimos, de los últimos tiempos, sólo que esta vez realizado en compañía del artista visual conocido como JR. El proyecto que los une es recorrer distintas regiones y ciudades de Francia, conociendo a los habitantes de esos pueblos y ciudades en las calles y en sus trabajos para luego retratarlos en enormes murales a la vista de todos.

Esa excusa es la que le sirve a Varda para ni más ni menos que conocer gente y darla a conocer, entablar conversaciones sobre sus vidas, observar cómo se vive y se produce en distintos lugares y homenajear a esas personas en murales que son una suerte de reflejo de esa mirada respetusa, cálida, noble y cariñosa de la artista, muy alejada de la reciente moda del relato de vidas pueblerinas patéticas y/o miserables que pueblan el universo del documental pretendidamente cool, provocador o supuestamente gracioso. Acá nadie se ríe ni se burla de nadie. Las risas y las lágrimas son compartidas entre cineastas, protagonistas y espectadores.

Sobre el final de Visages villages –que no spoilearemos– la película toma un giro un tanto más gris, más bien gris oscuro, ligado en cierto modo a la historia de Varda y de algunos otros personajes de la Nouvelle Vague. No diremos más: hay que verlo. Es un cierre raro pero tocante y emotivo de otro documental excepcional y humano de la realizadora de La Felicidad. (Diego Lerer – MicropsiaCine.com) 

Agnes Varda y JR tienen similitudes: pasión y cuestionamiento de las imágenes y, más concretamente, de los lugares y los medios para mostrarlos. Agnes eligió el cine. JR ha elegido crear galerías de fotografías al aire libre. Cuando Agnes y JR se conocieron en 2015, inmediatamente querían trabajar juntos y filmar una película en Francia, lejos de las ciudades, viajar con el camión fotográfico de JR. Es a partir de este encuentro que nace Visages Villages. Un deseo. Un diálogo. Una meta. El poder de la imaginación. Agnes y JR quieren imaginar juntos, como si fuesen uno. Así que a través de Francia, entre la exploración fotográfica y la literatura, estos dos artistas dibujan el uso del humano, de una manera sensible y sincera.

Visages Villages también cuenta la historia de su amistad que creció durante el rodaje, entre sorpresas y bromas, riéndose de sus diferencias.

Emulando el estilo de Les Plages d’Agnès (2008), Visages Villages toma el documental como un patio dedicado a la memoria. Agnes y JR buscan dentro de las cuatro esquinas de Francia, habitantes que deseen compartir un pasado o una anécdota. Agnes Varda piensa por primera en su legado como una de las directoras más importantes de la historia, y de alguna forma se siente su nostalgia. Los retratos fotográficos de los habitantes son tomados por JR con una fuerza y pasión envidiable, cada historia, cada fotografía toma forma en una dinámica poética e incluso política, que no cae nunca en la complacencia.

Para inmortalizar la memoria y darle forma a esta, el fotógrafo y su equipo pegan fotografías gigantes, tomadas desde la perspectiva de la historia contada por el modelo. Luego, los retratos decoran una casa o un lugar con un alto valor emocional, en algunos casos para conmemorar a una persona desaparecida, o en otros para escribir la existencia de los vivos. Uno podría pensar que ni Agnes ni JR saben exactamente qué buscan a través de su enfoque. Las ideas se fusionan y no saltan a la ligera sin descartar una densidad real. Desde los primeros retratos, hasta la playa del búnker varado donde la fotografía gigante de un amigo fallecido es absorbida por las olas, el cineasta se da cuenta, consciente o no, de un viaje iniciático y espléndido, un viaje que encuentra su quintaesencia en las orillas del lago Ginebra frente a la puerta cerrada de la casa de Jean-Luc Godard, cuando encuentra un mensaje cifrado que le dejó, una frase que revive algunos recuerdos.

Entre el jovial fotógrafo y la sabia y aventurera directora, hay obviamente un gesto de transmisión. El primero inmortaliza los ojos del segundo, cuya vista se ve disminuida, y cuyos pies tienen una fuerza oculta. En este desbordamiento de reminiscencias sin duda se cierne la sombra de la proximidad de la muerte. Ella transformó y revolucionó el séptimo arte de la misma manera que Godard todavía continúa jugueteando y filmando, soñando con la imaginación de una joven mujer. Es difícil de ceder ante las lágrimas, ante este sensible y conmovedor documental, cuya música firmó Mathieu Chedid (The Triples of Belleville). El baile de estos artistas se fusiona en un solo movimiento a través de sus preguntas y enfoque artístico. Sus personalidades están presente, y a pesar de la brutalidad de algunas realidades, prefieren ver la poesía o la historia de las historias contadas.

Visages Villages es una película de encuentros: la primera entre Agnes Varda y JR; de sus expresiones artísticas y sus experiencias posteriores; como aquellas entre ellos y con los espectadores. Es también una película de miradas: las que los dos artistas plantean entre sí y para ellos mismos; los que tienen en el mundo que los rodea, su evolución y su futuro; aquellos, en evolución y las personas con las que se encuentran. Pero este maravilloso documental es también un viaje delicado, a través del tiempo; Una alegre balada al ritmo de una curiosidad constantemente renovada.

Es un documental extremadamente poético que toca el corazón. Pueden lidiar con una amplia gama de temas sensibles, como la sobreproducción en la agricultura o el desempleo, así como la ayuda mutua, la esperanza, la camaradería, la belleza y la identidad femenina… con poesía infinita. Este documental propone un viaje por las carreteras de Francia a través del prisma del encuentro del universo de Agnes Varda y Jr. He visto magia. (Ruben Peralta Rigaud – Cocalecas.net)