En XXY Álex es una singular adolescente de quince años que esconde un secreto. Poco después de su nacimiento, sus padres, Kraken y Suli, decidieron dejar Buenos Aires para vivir, aislados del mundo, en una cabaña de madera a orillas del mar. Lo que pretendían era que su hija creciera libre de cualquier tipo de prejuicios, protegida y feliz, hasta que llegara el momento de decidir qué camino debía seguir.

Mejor Película y Grand Golden Rail (Sección Semana de la Crítica – Festival de Cannes 2007)

Mejor Película Extranjera de Habla Hispana (Premios Goya 2007)

Mejor Película Latinoamericana (Premios Ariel 2007)

Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto, Mejor Actriz Revelación, Mejor Guion Adaptado y Mejor Ópera Prima (Premios Sur 2007)

  • IMDb Rating: 7,1
  • Rotten Tomatoes: 86%

Película (Calidad 1080p)

 

Alex, nació con dos órganos genitales, femenino y masculino. Físicamente, su exterior nos indica que es una mujer. Su andar, su caminar, su ropa, no se asocia a la de una adolescente mujer de quince años, o sí. En un momento de XXY nuestra/nuestro protagonista, dice: ¿Qué pasa si no tengo que elegir, qué pasa si no quiero elegir? ¿Qué pasa si me quiero quedar así? La respuesta, ante esa pregunta de la/el adolescente, es el silencio. Los padres no están preparados para responder, sí para contener y dar ayuda. Ellos no saben que responder, de hecho, nadie lo sabe. Todos quieren que elija, algo, pero que elija. Esta situación física instalada de bisexualidad, les molesta a todos, menos a la persona en cuestión: Alex.

XXY, de Lucía Puenzo, nos deja una sensación esperanzadora. La concepción de su guion, la puesta en escena… y eso, tan genial que sucede con las grandes películas: nos deja pensando al pasar los días. El problema que tiene nuestra protagonista, que es que a la vez, nuestro protagonista, es principalmente con la sociedad. Alex tiene muy claro  que no quiere elegir tener un sexo, o por lo menos, por ahora. Pero sus padres, mejor dicho su madre, no acepta esa idea.

La madre en XXY, interpretada de manera maravillosa por Valeria Bertuccelli, llama a una amiga, que tiene un esposo cirujano. Quiere que hable con Alex y le explique la posibilidad, de una operación de sexo. El padre, lo interpreta Ricardo Darin, otra gran actuación en su filmografía. Es biólogo y junto a un socio, rescatan tortugas numeradas en el mar. Gran acierto la ocupación del padre. Las tortugas son conocidas por no saber: cuál es la hembra o cuál es el macho. Nos tendría que explicar un experto, o buscar en un libro o en youtube, como darnos cuenta… lo más probable, es que no sepamos: si es hembra o macho.

Un clima de constante tensión, atraviesa a los personajes, salvo a Alex. Ella, él, siempre está bien consigo misma/o, el entorno es el que está disconforme con su decisión, de no tomar ninguna decisión. Nuestra sociedad y los protagonistas de XXY no están preparados para ver en una sola persona a un hombre y una mujer. Los perturba. No lo pueden entender, cierran, abren dos o tres veces los ojos y dicen: ¿Pero cómo…?

Lucía Puenzo elige a un padre que trabaja en el instituto de biología marina, que está en constante contacto con el mar. La madre, cuenta en la playa cerca de las rocas y el mar, que allí tuvieron sexo y que es probable que Alex, se haya concebido en ese lugar.

La ventana de su habitación, tiene vista al mar y Alex lee un libro que le deja su padre: “…en todos los vertebrados, incluyendo al ser humano, el sexo femenino es el primario en un sentido evolutivo y embriológico…”.

Al estar cerca del mar, nos remite a constantemente a los peces, a las tortugas, a los primeros seres que estuvieron en el mar. Dentro de la casa tienen una pecera y el constante movimiento de vida en el agua, se reproduce dentro de la casa.

Cuando el padre y el cirujano vuelven del mar en la camioneta, el padre, le dice: “Cuando la vi para mí era perfecta, cuando la quisieron operar no quise, para mí siempre fue perfecta”.

Es interesante esa charla de XXY, porque le cuenta que Alex salió azul de la panza, que tardó cuarenta segundos en respirar e, inevitablemente, en ese entorno… de mar, Puenzo nos lleva a pensar que la/lo sacaron de su hábitat natural, el agua.

El padre es el único que dice en voz alta, que para él, su hija es perfecta… y al mismo tiempo, la/lo va a defender de los hombres que la/lo atacaron y les dice: “Si tocas a mi hijo…”. Ahí  tenemos el relato valiente del padre que defiende a su hija/hijo como lo que es: las dos cosas. Pero es el único que lo dice en voz alta.

Alex se enamora de Álvaro, hijo del cirujano, pero no sabes si es amor de hombre o de mujer, homosexual o heterosexual.

Después de estar con Álvaro, se va a la casa de la amiga y se duchan juntas. Es muy bueno lo que hace, porque nos hace pensar por un momento que Alex quiere intimar con su amiga pero se lava rápido la cabeza y sale. Frena el impulso sexual que tiene con su amiga.

En un mundo tan diverso lleno de preguntas sin respuestas, un mundo en el cual la mayoría de los seres humanos juzga y condena, lo que es distinto a lo que llaman normalidad.

Alex toma pastillas para seguir siendo mujer. Ser un hombre, debería ser decisión de ella o de él… y decidió elegir está cómodo con su cuerpo: siendo una mujer y siendo un hombre.

XXY es una película muy valiosa, tiene un trasfondo ético/moral que nos hace pasar por todo tipo de de climas, análisis y preguntas.

El padre cuenta que se fueron de la ciudad, para que cualquier idiota no pudiera opinar sobre la condición de su hija/hijo. Todo es muy difícil, todo es muy delicado y lo que quiere cirujano, es operar, quiere cortar y eso es un hecho muy concreto. XXY está llena de metáforas, visuales y de diálogos. Por ejemplo, el cirujano cortando con un cuchillo la comida y ella/él aparece y lo mira cortar. Hasta se nos escapa una sonrisa en medio de tanto drama.

Ella/él no quiere operarse y hay una escena metafórica sobre cómo se sentiría Alex si se operara… como si le faltaría algo de su cuerpo. Van a buscar una tortuga que perdió una aleta y cuenta: “va a vivir,  pero no va a poder volver a al mar, porque le falta una parte de su cuerpo.” La escena de la tortuga sobre la mesa de la sala operaciones sin su ala, esta cargada de una tremenda tristeza. Puenzo nos deja ver y pensar, que es lo que le pasaría a ella/él en esa situación. Alex se siente completa/o, así como esta.

Hacer estas películas, como XXY, con actores tan importantes como Darín y Bertuccelli, que le den su voz a este tema, es más que bueno. Recordemos, no hace muchos años atrás, cuando nacían bebés como Alex, los operaban para “normalizarlos” antes de que pudieran decidir. Demos la bienvenida a este cine que nos permite, no sólo pensar, analizar y escuchar en voz alta, temas como estos, que antes se escondían y normalizaban… Tenemos hoy la gran posibilidad de ver estas historias, en la tv de nuestras casas y de poder poner pausa. Las personas deben tener derecho sobre su cuerpo, siendo un bebe recién nacido o adulto. Es una gran película que deja muy claro, que el poder de decisión depende exclusivamente de una/uno. (Sabrina Odoguardio – cinemagavia.es)