En Joe, un rico hombre de negocios tiene una mancha en su vida que le tortura: el novio de su hija, un dealer con el que pronto se enfrentará.
- IMDb Rating: 6,8
- RottenTomatoes: 82%
Película / Subtítulo (Calidad 1080p)
¡Joe Curran (Peter Boyle) tiene rabia! Le molesta ver y dialogar con hippies anarquistas, no soporta a los drogadictos, desprecia a los jóvenes que critican al país y sus instituciones, y siente frustración por llevar una vida de clase media que no se dirige hacia ninguna parte. Por estas razones, prefiere dedicarse a despotricar contra el mundo, en especial, contra una sociedad que desde su punto de vista ha extraviado los valores del american way of life. Lo suyo es imaginar un mejor país mientras juega en el sótano de su casa con su colección de armas, soñando con la posibilidad de usarlas con total impunidad.
En una de sus noches de bar conoce a Bill Compton (Dennis Patrick), padre de familia adinerado que hace pocas horas mató al novio de su hija Melissa (debut de Susan Sarandon). Producto de la rabia y de ver a Melissa en el mundo del amor libre y de las anfetaminas, Compton se descontroló dando muerte a un muchacho que se parecía más a un tipo de lacra social que a un ser humano. De esta forma, los destinos de Compton y Curran se cruzan, originando en este último una especie de admiración por haber llevado a cabo un crimen contra la generación Woodstock que tanto desagrado le produce. La relación entre ambos sujetos termina por tener efectos inesperados, cuya violencia muestra simplemente la desorientación de una sociedad americana carente de comunicación y sentido.
Cuando se habla del nuevo cine americano se suelen citar filmes como Bonnie and Clyde de Arthur Penn, The Graduate de Mike Nichols, Easy Rider de Dennis Hopper y un largo etcétera que pasa por The Last Picture Show de Peter Bognadovich, Midnight Cowboy de John Schlesinger, The Godfather de Francis Ford Coppola, los filmes de John Cassavetes y un largo etcétera. A Joe se le cita poco en calidad de obra referencial de este movimiento cinematográfico, lo que es extraño o bien se debe a simple desconocimiento. El director detrás de Joe es John G. Avildsen, realizador que quedará siempre asociado a Rocky y a la franquicia de Karate Kid. Avildsen siempre ha sido asociado como cineasta del género deportivo, distinción errónea e injusta porque sus primeros filmes tenían un estilo independiente muy marcado, con historias de choques generacionales. Save The Tiger de 1973 es un ejemplo de ello, filme que le valió el Oscar a Mejor actor a Jack Lemmon.
En Joe, Avildsen profundiza sobre el choque generacional entre adultos y jóvenes. En algunas escenas del filme critica abiertamente a jóvenes que defienden la idea del karma, de la relajación y el dejarse llevar, pero con drogas que suelen provocar la muerte y enfermedades. En la otra vereda están los adultos que se autoprotegen en su estabilidad, en la admiración por la vida que muestra la televisión, en la diferencia de clases y en la ausencia de dialogo visto como un esfuerzo inútil por tratar de comprender qué buscan o qué necesitan sus hijos. En los jóvenes de Joe hay tontera, discursos sin sentido, pero sí hay honestidad y sentido de colectividad. La situación es totalmente contraria entre los adultos, quienes viven más preocupados por aparentar bajo diversas hipocresías.
El Joe Curran de Peter Boyle no comprende donde vive, a la vez que representa la ignorancia machista blanca americana. Tiene violencia en las entrañas, a la vez que ve en Bill Compton la validación social que busca desesperadamente. Desde su lado, Compton siente cierta satisfacción con el crimen cometido. Piensa que podrá seguir su vida sin consecuencia alguna porque desde su clase social se cree imponente contra jóvenes traficantes que nadie echará de menos. Joe tiene una idea parecida, si bien está condenado a fracasar porque se mueve por un tipo de rabia que tendrá que desembocarse de cualquier forma.
El filme de John G. Avildsen, quien también dirigió la recomendable The Power of One, es uno de los filmes más interesantes del cine estadounidense de la década de los años 70, junto a un Peter Boyle de antología y a un carismático Dennis Patrick. En algunas de sus escenas se siente la falta de recursos, pero a nivel narrativo siempre transmite poderosos mensajes que ayudan a comprender qué era Estados Unidos en aquella época, probablemente una de las más convulsionadas, libres, violentas, extrañas y en ocasiones surrealistas del siglo XX. (Julio Bustamante – EspectadorErrante.com)
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